Frontal de sarcófago con escenas bíblicas (sala 1)
Este frontal de sarcófago fue elaborado probablemente por un taller romano durante el siglo IV de nuestra era, en el mandato de Constantino -el primer emperador cristiano-, para luego ser exportado a Hispania.
En esta pieza de mármol tallada en altorrelieve vemos escenas del Antiguo y del Nuevo testamento dispuestas a modo de friso corrido, es decir sin límites que las separen.
De izquierda a derecha: la resurrección de Lázaro, el sacrificio de Abraham, el milagro de los panes y los peces en el que Jesús aparece entre San Pedro y San Andrés, la figura del orante o del difunto en el centro de la composición, Adán y Eva, y finalmente, la Adoración de los Reyes Magos.
Estas representaciones no están ordenadas temporalmente, pero mantienen un paralelismo entre sí porque se vinculan con la idea de divinidad de Jesús, la Eucaristía y la Redención. En cuanto a la técnica cabe destacar el uso del trépano para resaltar los detalles como los rizos del cabello, los ojos o la vegetación. Mientras que otros detalles como la mano de Dios junto a Abraham o las figuras de los camellos en la Epifanía, están trabajados mediante un relieve menos profundo que configura un segundo plano narrativo.
El sarcófago completo se descubrió en Layos, provincia de Toledo, en el siglo XVII. Posteriormente, el frontal fue separado del sarcófago para convertirse en lauda sepulcral y en su dorso se esculpieron los escudos de una familia noble.