Calvario (sala 7)
Los cambios en los gustos estéticos solían significar la sustitución y posterior eliminación de algunas imágenes que decoraban las iglesias. Este calvario de mediados del siglo XIV se salvó de los cambios realizados en la iglesia burgalesa de San Pedro de Tejada al ser colocado posteriormente en la parte alta del retablo mayor tardo gótico.
Es un trabajo de una calidad notable. En él, vemos en el centro a Cristo, flanqueado por María y San Juan, el único de los apóstoles que lo acompañó al pie de la cruz. Las tres figuras tienen una anatomía naturalista, de formas redondeadas y suaves. El rostro de Cristo es sereno. La Virgen muestra una actitud resignada y apenada y San Juan sostiene con su mano izquierda el libro, y en la otra apoya el rostro triste, gesto muy habitual en las representaciones del evangelista en los calvarios medievales.
A raíz de su restauración se ha recuperado la policromía original, permitiendo una mejor apreciación de los detalles en rostros, indumentaria y cruz.