Cartel
Misteriosas criaturas al buril
Agustín Comotto emplea la xilografía expresionista en el cartel de la cuarta edición del Festival 42, con dragones áureos, mares siderales, astronautas y dioses antiguos
Narrador en imágenes, ilustrador e historietista, Agustín Comotto es para el mundo de los géneros fantásticos en Catalunya el artífice de las portadas del ciclo de Terramar, de Ursula K. Le Guin en Raig Verd, pero también el ilustrador de 20.000 leguas de viaje submarino, de Verne; La caída de la Casa Usher, de Poe, y de Cosas aparentemente intranscendentes, de Pere Calders, en Nórdica. Barcelonés de origen argentino, entusiasta de la literatura infantil y juvenil, y ganador de premios como el de “A la orilla del viento”, Comotto se distingue por introducir el arte narrativo visual en sus propuestas, y su cartel para la cuarta edición del Festival 42 no es una excepción.
Así, la propuesta destaca por plantear un misterio inquietante a partir de cuatro elementos extensivos al resto de la imagen gráfica del festival.
- Por un lado, Comotto ha dispuesto en el centro de la imagen, y en torno a la cifra 42 que da nombre al festival, un espléndido DRAGÓN emplumado, heredero de la cultura maya, que escupe agua y no fuego, porque es dador de vida y contenedor de todo el ciclo del planeta representado. El dragón, uno de los ejes de la cuarta edición del festival, presenta además un cuerpo áureo que sigue la divina proporción de Fibonacci, presente en el cosmos y en la naturaleza desde la forma del ADN hasta la espiral de las galaxias.
- Por otro lado, en un mar heredero de la misma línea exploradora que lo llevó a incorporar la xilografía medieval en el discurso moderno de la ciencia ficción y la fantasía de Le Guin, el artista ha jugado con el misterio de las aguas fosilizadas y ha introducido así referencias que van de la sequía a la ciudad marítima que es Barcelona, y que también forman parte este año de los debates del certamen.
- Bajo la influencia del buril y el grabado expresionista de la República de Weimar, además, Comotto ha apostado por una opción cromática basada en colores saturados de alto contraste y, con el apoyo del diseñador Tono Cristòfol, también por una tipografía redondeada que permite aproximarse a la ciencia ficción clásica, subrayada en este caso por la presencia de un astronauta que explora lo que podrían ser las ruinas de un planeta extinto y que un día pudo ser fértil.
- En el lado opuesto, la inquietante presencia de los restos de una civilización perdida, simbolizados por una cabeza gigante fosilizada y medio sepultada en la arena, invita al espectador a preguntarse qué ocurrió milenios atrás en este espacio marcado por la fascinación y la decadencia, sin saber si gracias al poder del dragón podría revivir en cualquier momento. Esta invitación a la sombra ritual —muy ligada a ejes también del festival del 2024 como son la mitología y el folk horror— se convierte en la guinda de una propuesta que no se agota en la particularidad de sus componentes, sino que obliga al espectador a completar orgánicamente el relato.
Esta es la esencia misma del 42, un festival que homenajea a Douglas Adams con la idea de que hacen falta menos respuestas y mejores preguntas, las que nos regalan los libros y las imágenes, esta vez de la mano del artista narrativo Agustín Comotto.