La entrevista: El Mural del Clima

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24/01/2024 - 13:31 h - Medio ambiente y sostenibilidad Ajuntament de Barcelona

“Me encanta ver cómo la gente que participa en el taller hace un clic cuando entiende conceptos científicos, todavía al principio del taller pensara que la ciencia no iba con ellos”, Marie Mélinon, representante del Mural del Clima.

¿Cuál es el objetivo de vuestra organización?

El Mural del Clima es un taller-juego de 42 cartas con diferentes conceptos sobre el sistema climático para entender las causas y consecuencias del cambio climático. La primera fase consiste en ordenar las cartas siguiendo una lógica de causa-consecuencia; la segunda parte se centra en asentar los conocimientos relacionando las cartas y añadiendo dibujos para tener un mural expresivo. La tercera y última fase es un espacio de debate sobre las acciones que podemos llevar a cabo para minimizar nuestra huella de carbono.

Utilizamos datos de los informes del IPCC (Intergovernmental Panel donde Climate Change) con el objetivo de transmitir los conocimientos científicos actuales para poder entender los retos del cambio climático y que cada uno pueda tomar las decisiones adecuadas como individuo o a su organización.

En abril del 2023, alcanzamos el objetivo inicial de sensibilizar a un millón de personas.

¿Cuándo y cómo iniciasteis el proyecto?

El taller-juego El Mural del Clima lo inventó en el 2015 un ingeniero y profesor francés para sus estudiantes. En el 2018, se creó una asociación para facilitar la difusión en toda Francia y el proyecto llegó a España, concretamente en Barcelona, a principios del 2020.

Se fue extendiendo, pues, gracias a la voluntad de personas sensibilizadas que querían compartir este método de concienciación.

¿Cuántas personas colaboran? ¿Cómo os organizáis?

Desde el 2018, la asociación se ha expandido a escala internacional. Actualmente, estamos en más de 130 países y el taller-juego está disponible en 45 idiomas. Somos más de 45.000 personas facilitadoras –610 por toda España- formadas y certificadas para sensibilizar a través de este taller.

Además, tenemos coordinadores voluntarios para cada país que hacen de puente entre la asociación en Francia y las personas facilitadoras para transmitir las necesidades concretas de cada territorio.

¿Qué proyectos tenéis entre manos?

Además del taller-juego, tenemos proyectos más específicos, como por ejemplo programas para escuelas -de secundaria a superior- y programas para representantes oficiales políticos, con el objetivo de formarlos para poder tomar decisiones más informadas.

¿Qué dificultades encontráis, en vuestro día a día, para impulsar la sostenibilidad? ¿Cómo las resolvéis?

Nos es más difícil sensibilizar empresas y otros tipos de organizaciones que la ciudadanía. La temática del cambio climático no parece tan prioritaria en sus agendas, en cuanto intentamos conectar con el máximo número posible de individuos sensibles a la temática para poder llegar dentro de las organizaciones y no dejar el tema sólo en mano de los ciudadanos.

¿Creéis que hay mucha desinformación hacia la sostenibilidad?

Sí, como con todos los temas polarizados y que nos parecen poco palpables o demasiado grandes para poder cambiar de cabeza.

Lo que sí que vemos es una falta de responsabilidad por parte de todos los actores, es decir, los ciudadanos, el Estado y las empresas se pasan la pelota de la responsabilidad a cada uno. Esta situación genera una parálisis y nadie -o muy poca gente- hace nada esperando que el otro ponga en marcha acciones.

¿Cuándo y como conocisteis B+S? ¿Qué os hizo participar?

Conocía B+S porque tenía un proyecto de sostenibilidad que formaba parte de B+S. Pensé que ser partícipe de la Red podría dar a conocer nuestra propuesta y pude nuevas colaboraciones y sinergias con otros colectivos y entidades afines.

¿Qué es el que más se te enorgullece de tu trabajo?

Me encanta ver como la gente que participa en el taller hace un clic cuando entienden conceptos científicos, todavía al principio del taller pensaran que la ciencia no iba con ellos. Me alegra ser testigo de las ideas de acciones que se comparten y ver los compromisos que toman los participantes. Es muy empoderador y motivador porque te recuerda cada vez por qué dedicas tiempo a la sensibilización.