Casi un tercio de los niños y niñas en Cataluña viven en hogares pobres. De hecho, los menores de 18 años son el grupo de edad con mayor riesgo de pobreza. Las redes sociales (familiares, amigos, vecinos del barrio) así como el acceso a servicios públicos y privados son fundamentales para el bienestar de los hogares y pueden intervenir el impacto de las dificultades económicas en los mismos. A través de una metodología mixta, este estudio proporciona nueva evidencia sobre la pobreza infantil en Barcelona. En concreto, examinará: la distribución geográfica de la pobreza infantil en Barcelona y su evolución temporal, las experiencias de las familias de bajos ingresos y las estrategias que utilizan para enfrentarse a situaciones de vulnerabilidad económica. El elemento cualitativo del proyecto parte del concepto de welfare bricolage, desarrollado para analizar el uso y la provisión de servicios de salud (Philimore et al. 2021), y lo expande para explorar los recursos y estrategias utilizadas por hogares con hijos y bajos recursos para hacer frente a situaciones críticas, efectividad relativa de diferentes estrategias y cómo éstas varían en el territorio. Efectivamente, las oportunidades y recursos que dan forma a las estrategias de las familias están ancladas en el barrio en el que desarrollan su día a día. El estudio examinará el rol de los servicios, redes sociales y organizaciones locales en las experiencias de las familias. Asimismo, aspira a contribuir a abrir el debate sobre la situación de las familias en situación de pobreza en la ciudad de Barcelona, amplificando la voz de las personas de bajos recursos.
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