Núria Bayó Puxan: "Faltan referentes de liderazgo femenino en ciencia"

Núria Bayó Puxan
02/02/2023 - 13:25 h - Ciencia Ajuntament de Barcelona

El pasado mes de diciembre, el BIST firmó un acuerdo con el Ayuntamiento de Barcelona para emprender acciones que promuevan el liderazgo femenino en ciencia y despierten nuevas vocaciones científicas entre niñas y jóvenes. A raíz de este convenio y a las puertas del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, el 11 de febrero, mantenemos una conversación sobre género y ciencia con Núria Bayó Puxan, la directora de programas de esta institución de cooperación científica.

¿Cómo ha ido tu trayectoria científica?

Mi carrera científica la he dirigido en el ámbito de la biomedicina aplicada, concretamente en el desarrollo de nuevos fármacos contra el cáncer. Parte de la investigación la hice en la Universidad de Queensland, en Brisbane (Australia), donde disfruté del componente internacional, multicultural y estimulante que es la búsqueda de frontera. También tomé conciencia de lo importante que es trabajar en un centro que dispone de los equipamientos e instrumentales científicos más avanzados en el campo.

Luego decidí explorar el campo de la formulación de fármacos y fui a trabajar en una posición doble en Montreal, como investigadora postdoctoral en la Universidad de McGill en un grupo químico y en la Universidad de Montreal en un grupo farmacéutico. Recuerdo una etapa verdaderamente estimulante por el carácter multidisciplinar de mi investigación y la necesidad de comunicar y aportar valor a ambas disciplinas y promover el intercambio de conocimiento entre ambos grupos de investigación. Esa fue una época muy intensa a nivel profesional y también personal en la que también nació mi primera hija.

¿Qué hiciste después?

Después de dos años, surgió la oportunidad de ir a investigar en la ETH de Zúrich, uno de los centros de investigación más prestigiosos de Europa, y no lo pensé mucho. Al ser una ciudad con mucha actividad de investigación, mi pareja encontró también una posición y pudimos trasladarnos los tres.

En la ETH aprendí lo importante que es que las instituciones estén bien equipadas con departamentos y personal de apoyo para hacer que las personas investigadoras seamos más eficaces en nuestra investigación. Participé por primera vez en programas de formación dedicados a darnos herramientas para gestionar mejor nuestros proyectos de investigación, a empoderarnos como mujeres investigadoras ya definir nuestros planes de carrera profesional. En la ETH se trabajaba muy a gusto y se podía compaginar bien la investigación con el cuidado de los hijos porque teníamos una guardería vinculada al centro que se adaptaba a nuestros horarios y la institución funcionaba para que nuestras horas en el laboratorio fueran muy productivas. También recibí muchas facilidades durante mi segundo embarazo y el nacimiento de dos gemelas.

¿Cuándo regresaste a Barcelona?

Después de dos años en Zúrich decidimos regresar a Barcelona para transferir lo aprendido en la experiencia internacional. Estuve investigando primero a una startup y, después, en el IRB Barcelona en proyectos orientados a la transferencia mientras me iba formando con postgrados de innovación y másters de dirección de proyectos para realizar una transición profesional a la industria. Y justo cuando estaba realizando entrevistas para entrar en el sector farmacéutico, se creó el BIST.

Me propusieron formar parte del equipo impulsor de la nueva fundación. Para mí fue una oportunidad de poder mejorar el sistema de investigación, sobre todo la parte de acompañamiento y formación profesional de la comunidad investigadora, así como estimular un espacio de trabajo multidisciplinar con investigación de frontera para hacer avanzar nuestro sistema de I+D +I. Desde entonces he ido trabajando conjuntamente con los equipos de las áreas de soporte de los centros para desarrollar programas de apoyo a la carrera investigadora y también con la comunidad de investigadore spara promover la investigación multidisciplinar y colaborativa.

A lo largo de tu trayectoria, ¿te encontraste con trabas por el hecho de ser mujer?

Sí. Por ejemplo, cuando tuve a la primera hija noté que mi rol en el grupo de investigación era distinto. Ya no era coordinadora de grupo. De alguna forma, se me asignaron otros proyectos que quizás no eran tan atractivos desde el punto de vista académico. Aquí vi que las proyecciones profesionales sobre mi carrera ya habían variado. Todas estamos expuestas a los limitadores internos y externos, inconscientes y conscientes y debemos trabajar constantemente para hacerle frente. Ser cada vez más consciente de cómo funciona el sistema me ayuda a empoderarme y superar barreras. Podría tener una lista muy larga de decisiones que han estado afectadas por la presencia sesgos de género.

¿Tienes más ejemplos?

Cuando miro atrás, me comparo con mis compañeros hombres y pienso en las horas de más que dediqué a mejorar la gestión y coordinación de los laboratorios porque me interesaba el bienestar de los y las personas del grupo de investigación. O en las horas que estuve ayudando a preparar artículos imposibles o repetir diez veces más el experimento para estar segura del resultado. A perfeccionar una presentación, un discurso, a aprender constantemente sobre cada nuevo reto. Con el tiempo me di cuenta de que sus compañeros dedicaban el tiempo a tareas más productivas desde el punto de vista de carrera científica. Y esto me hizo dar cuenta de que tenía una sobrecarga de trabajo para mantener mi carrera por ser mujer y que debía mejorar la gestión de mi tiempo.

En el ámbito profesional del BIST, me ha sorprendido que necesitas más tiempo y más dedicación para ganarte el reconocimiento profesional entre iguales, para visibilizarte y ser escuchada como miembro más en las reuniones de trabajo.

¿Por qué cuesta tanto romper el techo de cristal que dificulta a las mujeres acceder a cargos de responsabilidad en ciencia?

Bien, en realidad hay factores que ponen trabas antes de alcanzar dicho techo. Hay un grupo de mujeres, por ejemplo, que deciden no dedicarse a la investigación incluso antes de toparse con el techo de cristal porque ven que es un espacio excesivamente competitivo, muy individual y absorbente que les es incompatible con otros intereses personales y profesionales. Esto es lo que llamamos leaky pipeline (tubería con fugas).

Hay también un grupo de mujeres que tampoco llegan a chocar con el techo de cristal porque no se ven capaces de acceder, cuando ellas mismas se ponen limitaciones como la autoexigencia, la falta de seguridad o el conocido síndrome del impostor, y perciben las limitaciones externas como falta de visibilidad, de reconocimiento, sesgos inconscientesde género en los procesos de selección. Y es lo que también se llama el suelo de barro. Generalmente, estas son estudiantes que justo han finalizado su doctorado o una vez han completado los primeros años postdoctorales.

Y las que superan estas dificultades, se topan con el techo de cristal.

Exacto. Por último si, hay un grupo de mujeres, generalmente investigadoras postdoctorales, que chocan directamente con el techo de cristal y, por mucho que lo quieren, tienen capacidad y lo intentan, no pueden acceder porque se encuentran con un sistema con unas dinámicas de promociones afectado por procesos de selección con sesgos inconscientes de género, donde se valora la visibilidad y excesivamente la productividad meramente de artículos científicos y premios. A ello se suma que la época de acceder a las posiciones estables de dirección científica coincide en el tiempo de decidir tener hijos o de querer una estabilidad profesional.

El techo de cristal también es evidente para las investigadoras que quieren continuar promocionándose hacia direcciones de programa o de instituciones y no encuentran el apoyo y reconocimiento de su comunidad, mayoritariamente masculina, para acceder.

¿El científico es un ámbito particularmente masculinizado, en comparación con otros?

El sector científico y tecnológico está gobernado principalmente por hombres que son los que ocupan prácticamente todas las posiciones estables en un 76% (jefes de grupo, profesores titulares, catedráticos) y la totalidad de las posiciones directivas (directores de centros y rectores de universidades) según el último informe del estado de la ciencia en Cataluña. Y las posiciones de formación (estudiantes de doctorado) y de transición (investigadores postdoctorales) están ocupadas en torno al 53% de hombres según el mismo estudio

¿Qué hay que hacer para dar la vuelta a esto?

Es necesario reforzar las políticas de género y cambiar los entornos de trabajo para que la investigación sea un espacio profesional de interés para las mujeres y poder así contar con tu talento y tener la oportunidad de transformar el liderazgo científico. A parte, en todo este proceso carecen de modelos de referencia en cuanto a liderazgo femenino en ciencia. Faltan estas figuras que te hagan ver que es posible alcanzar estas posiciones de liderazgo y que los demás también te reconozcan y valoren esa potencialidad.

¿Está mejorando la situación?

Se están haciendo muchas políticas a distintos niveles para revertir esto, el sector es muy activo para introducir estas políticas, que van en la dirección de empoderar a las mujeres, pero también de sensibilizar a los hombres sobre el potencial del liderazgo femenino. Por ejemplo, en el conjunto de los centros BIST, en los últimos dos años, de quince nuevas incorporaciones de jefe de grupo de investigación,ocho han sido mujeres investigadoras. Creo que en pocos años veremos un cambio bastante sustancial. Y espero que esto sirva de modelo a otros sectores de la sociedad.

¿Cómo nos va a favorecer este cambio?

Estamos viendo que cuando las mujeres se incorporan en posiciones de liderazgo científico cambia el statu quo. Las preguntas que se hacen desde diferentes miradas producen respuestas diferentes y esto nos hace ampliar las fronteras del conocimiento. También cambia cómo se realiza la investigación, cómo se crean equipos, quizás más colaborativos y con unas dinámicas más de apoyo y reconocimiento mutuo. Asimismo cambian las ganas y la forma de hacer llegar la ciencia a la sociedad y mejorarla.

Por tanto, los centros están viendo que el femenino es un talento que no pueden dejar perder y que va en beneficio de conseguir estas transformaciones.

¿Qué acciones ha emprendido el BIST en esta línea?

La fuerza del BIST es que agrupa a siete centros de investigación de excelencia de Cataluña, con el trabajo conjunto que hacemos con todos ellos: CRG, IBEC, ICFO, ICIQ, ICN2, IFAE e IRB Barcelona. Hemos ido diseñando e implementando acciones y programas para apoyar la progresión profesional de los investigadores con una oferta de cursos enmarcada en el programa MOSAIC que se ajusta a sus necesidades en cada etapa de su carrera académica y con la Career Week que les ayuda a diseñar sus planes de carrera y transiciones de carrera, también fuera de la academia. Son importantes las acciones para promover un entorno de trabajo de apoyo con los nuevos programas WellBIST de apoyo psicológico y el programa de BIST Mentoring, y acciones concretas para acompañar a las mujeres hacia posiciones de liderazgo, especialmente de las que son madres con el programa To the Mothers of Science.

¿Qué representa el acuerdo firmado con el Ayuntamiento para tomar acciones a favor de la igualdad?

Con el convenio del Ayuntamiento damos un paso más allá y nos proponemos por un lado, desarrollar un programa de apoyo a las mujeres investigadoras que ya son líderes de grupo para que se consoliden como científicas de referencia en sus respectivos ámbitos de investigación, transformen los modelos de liderazgo científico y se conviertan en modelos de referencia para la sociedad, y también de apoyo a las investigadoras postdoctorales para que accedan a posiciones de liderazgo científico.

Por otra parte, el convenio quiere promover el interés por la ciencia y la tecnología entre las chicas aproximándolas a la comunidad investigadora del BIST. Como acciones concretas, hemos iniciado el programa de BIST Mentoring, también hemos ampliado el programa To the Mothers of Science para ofrecer talleres a todas las mujeres para trabajar la gestión del estrés, la gestión del tiempo, el liderazgo y la gestión de conflictos. Y estamos trabajando en un programa específico para las mujeres junior líderes de grupo. El acuerdo también nos ha permitido dar mayor apoyo al programa #100tífique y el STEAMConf ya desarrollar proyectos STEAM con estudiantes de secundaria acercando a investigadoras como modelos de referencia.

¿Cómo ha contribuido a definir estas acciones el estudio ‘Mujeres y ciencia en Barcelona’?

El estudio confirma los datos que habíamos constatado también como comunidad BIST. El saber que el Ayuntamiento definía como unos de sus objetivos dar solución a la brecha de género en la investigación, nos permitió acercarnos y plantear acciones concretas para mejorar la situación. También con la voluntad de desarrollar acciones concretas en el seno de la comunidad BIST, comprobar que efectivamente son efectivas y después poder extenderlas a todo el sistema de búsqueda.

El cambio es lento, ¿no?

Creo que es algo que pide un tiempo que puedes acelerar, pero que no es instantáneo. Pienso que el tiempo lo irá mejorando y que ahora cada uno desde su posición debe romper el máximo de hielo posible, debe abrir el máximo espacio y avanzar el máximo para que la gente que viene justo detrás lo tenga más fácil y , desde ese punto, seguir avanzando.

Veo mucha diferencia entre las estudiantes del máster de investigación multidisciplinar en ciencias experimentales (MMRES)que coordinamos en el BIST, que están mucho más empoderadas, sienten mucha más seguridad de investigar, tienen las ideas mucho más claras y la comunidad de estudiantes chicos las reconocen también esta valía. Y también lo veo con mis hijas, que todavía no han descubierto la discriminación de género porque se sienten capaces. Cada generación va haciendo sus mejoras y llegará un momento en que esto quedará resuelto. Es un cambio cultural muy importante.

Así, ¿nos encontramos en un buen momento?

Estamos viviendo un momento de mucho cambio y veo muchas cosas que están cambiando. Ahora hay hombres muy sensibilizados con el tema, chicas muy empoderadas y se está viendo la ventaja de que haya esta transformación. Es cuestión de que toda la masa crítica que está en la base, pueda acceder a estas posiciones y esto se normalice. Además, muchos hombres se están sumando a esta lucha porque están viendo que es una posibilidad de transformación del statu quo. La lucha no es sólo de las mujeres, sino más compartida con los hombres. Con esto ganas en fuerza.