Eva Carbó y Diana Escobar: “La Fiesta de la Ciencia se ha consolidado como el mayor evento de divulgación científica de la ciudad”
A las puertas de la 17a edición de la Fiesta de la Ciencia, aprovechamos para conversar con Eva Carbó y Diana Escobar , coordinadoras de proyectos de divulgación científica en el Ayuntamiento de Barcelona y dos de las personas con más experiencia en cuanto a esta gran festividad donde la ciudadanía puede vivir en primera persona la experiencia de la investigación y del conocimiento científico. Hablamos de las últimas ediciones y de las novedades y peculiaridades de la que se aproxima el próximo 7, 8 y 9 de junio en el Born Centro de Cultura y Memoria y plaza Comercial.
La Fiesta de la Ciencia es un gran evento con 17 años a sus espaldas. ¿Qué significa celebrar la ciencia?
¡Y qué 17 años! Es realmente importante celebrar la ciencia, ya que gracias a ella podemos entender el mundo que nos rodea y nuestro sitio en el universo. Nos permite hacer preguntas y buscar respuestas. Alimenta el espíritu crítico y nos empodera en la toma de decisiones. Realmente, ¿hay razones para no celebrarla?
Ni una. Dicho esto, ¿cuál es la razón por la que la ciudadanía debería venir este próximo junio?
Por muchas razones. Es un espacio de encuentro para alimentar la curiosidad, para encontrar respuestas, inspirarse, abrir la mente y dejarse sorprender. Una fiesta que nos acerca cultura y conocimiento fundamental para nuestras vidas. La ciencia es uno de los pilares de nuestra sociedad y, si la ciudadanía se acerca al espacio de este año, el Born Centre de Cultura i Memòria y cercanías, encontrará un montón de actividades participativas y amenas para adentrarse en la búsqueda como nunca lo ha hecho.
¿Qué le diríais a alguien que nunca ha ido a la fiesta?
¡Que no se la puede perder! ¿Qué mejor que divertirse aprendiendo? Además, el programa de este año incluye más de 150 actividades de formatos diferentes para público de todas las edades, de los 0 a los 90, que abordan temas muy diversos como la salud, la astronomía, los números, el medio ambiente o la ciencia y arte, por poner algunos ejemplos. Con esta variedad es fácil que todo el mundo encuentre alguna propuesta que le interese y le anime a venir.
Edición tras edición, ¿cuál es el feedback general de las personas visitantes?
A lo largo de los años hemos realizado encuestas a una gran parte de las personas asistentes y las opiniones son muy positivas, tanto en lo referente al tipo de actividades como a las temáticas. Al ser un evento en el espacio público, a menudo nos piden más lugares de sombra, como es lógico. En alguna edición hemos podido tener puntos de restauración que han sido muy bien recibidos, pero por desgracia no siempre es posible incluirlos.
¿Existe alguna reclamación en especial que os haya impactado?
Algunas sí, y nos han dejado algo perplejas. En una ocasión, con un programa de más de 170 actividades diferentes, ¡alguien comentó que echaba de menos propuestas! Pero son situaciones anecdóticas…
Cada edición tiene un rasgo que la hace especial. ¿Cuál sería el de la Fiesta de la Ciencia de este año?
Cada año tratamos de incorporar novedades con alguna efeméride, alguna celebración del año internacional de Naciones Unidas o recogiendo algún ámbito científico relevante. Además, en las últimas ediciones la fiesta se ha desplazado a diferentes barrios, desde la Barceloneta, la Rambla del Raval o la Rambla Prim, en el Besòs-Maresme.
Este año volvemos a la Ribera y ocupamos el magnífico Born Centre de Cultura i Memòria y la plaza Comercial. Asimismo, recuperamos el Centre Martorell de Exposicions y el Invernadero, donde también se han programado actividades. Otra singularidad de este año son las actividades destacadas en torno al mar, el agua, la inteligencia artificial y la arqueología.
Que la Fiesta de la Ciencia lleve 17 años de recorrido es todo un éxito. ¿Os lo parece?
En 2007 se celebró el Año de la Ciencia y una de las actividades principales fue llevar la ciencia a la calle. Consideramos que la mejor forma de hacerlo era con un evento abierto a todo el mundo, en uno de los parques más emblemáticos de la ciudad como la Ciutadella, y que mostrara el potencial de la investigación y la divulgación de Barcelona. El recibimiento que tuvo esta propuesta, tanto por la ciudadanía como por los centros de investigación, universidades y las personas profesionales del mundo de la divulgación, motivó que el Ayuntamiento de Barcelona creara un programa estable de cultura científica, hoy consolidado, con la Fiesta de la Ciencia como una de las piezas centrales.
El hecho de que la fiesta continúe siendo uno de los acontecimientos de referencia en la divulgación científica en nuestro país pone de manifiesto que la iniciativa y su continuidad es todo un éxito y estamos muy contentas y satisfechas.
Como habéis dicho, este año se ha apostado por la arqueología y la mirada al pasado. Ya que miramos años atrás… ¿Cómo recordáis la primera edición?
La primera edición, aunque en menor escala, tenía ya las principales características de la fiesta actual. Ocupó todo el paseo de los Til·lers, en el parque de la Ciutadella, y abrió las puertas del Castillo de los Tres Dragones, el Invernadero, el Umbracle y el Museo de Geología, actual Centre Martorell de Exposicions. Se programaron cerca de 80 actividades de formatos muy diversos como talleres, demostraciones, microcharlas, observación astronómica, una estación meteorológica, visitas teatralizadas, espacio de lectura y cuentacuentos, cine, instalaciones y espectáculos diurnos y nocturnos.
¿Y cómo fue?
Fue un éxito de público, 10.000 asistentes, y fue toda una semana de actividades en torno a la fiesta en centros de investigación, universidades, bibliotecas y museos.
¿Por qué consideráis que es importante la fiesta? ¿Dónde está su valor principal?
A lo largo de los años la fiesta se ha consolidado como el mayor evento de divulgación científica de la ciudad y ha conseguido fidelizar a un gran número de público. Sin embargo, uno de los principales valores es que tiene lugar en el espacio público y favorece acercar la ciencia a muchos volantes que se la encuentran azarosamente y disfrutan de ella sin necesidad de tener conocimientos científicos.
Pero no sólo eso, otro de sus valores es facilitar la transferencia de conocimiento desde las instituciones de investigación hacia la sociedad. La fiesta es posible gracias a la colaboración de un gran número de agentes que tienen la oportunidad de conectar con jóvenes y mayores. También es un excelente punto de encuentro del sector de profesionales de la divulgación para compartir experiencias e inspirar nuevas ideas.
A título personal, ¿qué relación tenéis con la ciencia? ¿Organizar la fiesta os permite mantener vuestro vínculo vocacional con ella?
Ambas somos biólogas, por tanto, nos sentimos afortunadas de poder trabajar y contribuir a estrechar el vínculo entre la ciencia y la sociedad. Como trabajadoras del Ayuntamiento de Barcelona creemos firmemente que hacer cultura científica es un servicio público imprescindible.
¿Qué no puede faltar en una Fiesta de la Ciencia para que sea un éxito? La presencia de actividades familiar, ¿quizás?
Una parte sustancial de la fiesta está pensada para familias, aunque su esencia es dirigirse a todo tipo de público y ser inclusiva. Para conseguirlo, es necesario ofrecer diversidad de aproximaciones sin descuidar cualquiera de las ramas de las ciencias, desde las experimentales hasta las sociales o humanísticas y ofrecer propuestas tanto participativas como reflexivas. Así que, de algún modo, todo es vital para que sea un éxito de participación. Podríamos decir que lo más importante es la variedad, clave para motivar a todos por igual.
Y esto puede observarse a partir de los datos de participación de las últimas ediciones.
Exacto, el potencial de la Fiesta de la Ciencia se refleja en sus indicadores. A lo largo de todas las ediciones, ha tenido casi 210.000 visitantes, lo que supone una media anual de más de 13.000 personas, más de 125 actividades que han llevado a cabo aproximadamente 100 instituciones, entidades y empresas de divulgación científica. El éxito está ahí, con la participación colectiva, la divulgación y la práctica científica para todos los públicos.