7. El cristianismo, los visigodos y la ciudad
A principios del siglo V, Barcino sufrió cambios de gran trascendencia. El Gobierno y la Administración imperial fueron sustituidos por nuevos poderes, los de los monarcas visigodos y la Iglesia cristiana. En la ciudad convivían la población de tradición romana y una minoría germánica, y el cambio de creencias condicionó su crecimiento.
Las reducidas dimensiones de la urbs y la potente muralla que la defendía propició que los visigodos la adoptaran como plaza fuerte. Asimismo, la jerarquía eclesiástica erigió sus propios espacios de representación, y la pequeña ciudad se fue consolidando como capital de facto del territorio