El parque de Cervantes está situado en los terrenos que antes ocupaba el torrente Estela, que recogía las aguas que bajaban desde la cima de Sant Pere Màrtir. Se puede recorrer subiendo desde la avenida Diagonal, que es donde está la entrada principal del parque, o bien de una forma más relajada, bajando tranquilamente desde la ronda de Dalt.
Historia
La vinculación de Barcelona con las rosas tiene una larga trayectoria. Buena muestra de ello es el concurso internacional que se celebró en el Palacio de Pedralbes entre los años 1929 y 1936, y en el que participaron los mejores especialistas en rosas del mundo.
Más tarde, a finales de 1980, en la rosaleda del parque de Cervantes se celebraron concursos populares de rosas cortadas, que tras el éxito inicial decayeron.
El actual Concurso Internacional de Rosas Nuevas de Barcelona, iniciado a principios del siglo XXI, toma, pues, el relevo de este más que notable pasado histórico.
La primera edición del Concurso Internacional de Rosas Nuevas de Barcelona se celebró en el 2001, y se ha convertido en un gran escaparate de las nuevas creaciones de todo el mundo. Este acontecimiento ha permitido renovar y consolidar la vinculación de la ciudad con las rosas.
Obtener una rosa nueva no es fácil y, por eso, toma gran importancia el certamen de Barcelona. Las nuevas plantas, creadas a partir de hibridaciones y de la selección artificial, deben desarrollarse y, con el tiempo, tienen que poner de manifiesto unas características relevantes. Pueden pasar bastantes años hasta que se consigue una variedad con suficiente calidad para poder presentarla a concursos y, si tiene éxito, comercializarla.
Biodiversidad
La vegetación del parque de Cervantes es lozana, frondosa, sencillamente espectacular, con grandes árboles que determinan el paisaje y se convierten en los grandes protagonistas. De hecho, el parque son los árboles, que se elevan sobre los parterres de césped ornamentados con grandes masas arbustivas, entre las que destacan las adelfas (Nerium oleander).
Una hilera de olmos de Siberia (Ulmus pumila) hace de frontera protectora a la larga fachada del parque que transcurre paralela a la avenida Diagonal. En la zona próxima a la carretera de Esplugues destacan los palos rosas (Tipuana tipu) y cuatro magníficos ejemplares de tilo (Tilia europaea), dos especies arbóreas que también encontramos en otras zonas del parque. En la gran plaza central de sablón, las protagonistas son las acacias de Constantinopla (Albizia julibrissin), con un parterre de grandes encinas (Quercus ilex) en uno de los lados de la plaza.
En este parque también hay pinos piñoneros (Pinus pinea), altísimos pinos blancos (Pinus halepensis) de copas poderosas, y grandes ejemplares de cedro del Himalaya (Cedrus deodara), de ciprés (Cupressus sempervirens), de ciprés de Arizona (Cupressus glabra ‘Glauca’😉 y de ciprés de Lambert (Cupressus macrocarpa).
Los olivos (Olea europaea) —que forman un grupo en el extremo de la punta de lanza que hace el parque donde confluyen la avenida Diagonal y la carretera de Esplugues—, las acacias (Robinia pseudoacacia), los pimenteros falsos (Schinus molle), las melias (Melia azederach) y los castaños de India (Aesculus hippocastanum), así como algunos ejemplares de tuya gigante (Calocedrus decurrens) y de árboles del coral (Erythrina crista-galli), son otras especies destacadas del total de 27 especies arbóreas que hay en el parque de Cervantes.
La colección de rosas
Es la joya de la corona del parque. La rosaleda de Cervantes contiene cerca de 10.000 rosales de unas 2.000 especies y variedades diferentes que, en el mejor momento de la floración —entre los meses de mayo y julio—, pueden llegar a presentar, como mínimo, cerca de 150.000 rosas abiertas al mismo tiempo.
Un circuito botánico que atraviesa toda la rosaleda permite viajar, a través de los rosales, por Asia, Oriente Medio, Europa y América. Hay parterres dedicados a las especies silvestres, agrupadas según su país de origen, y otros dedicados a los rosales híbridos antiguos, obtenidos antes de 1876 y que ya cultivaron egipcios, griegos y romanos. También hay parterres dedicados a los híbridos modernos, cuya creación se inició a finales del siglo XIX, posteriormente a los rosales de té.
Los híbridos antiguos están agrupados según su procedencia genética: híbridos de Rosa gallica, Rosa X centifolia, Rosa X alba, Rosa moschata, Rosa rugosa, Rosa pimpinellifolia, Rosa chinensis y los híbridos de Bourbon, de Noisette, las rosas de té y los híbridos perpetuos. En cuanto a los híbridos modernos, están agrupados según su creador, como los rosales de Dot, de Meilland, de Kordes, de Harkness, de Austin, de Lens, de Poulsen, de Dickson, de Tantau, de Guillot o de Barni, entre otros.
Esta zona del parque es rica en especies arbóreas y, haciendo compañía a los rosales, hay muchos árboles frutales, como el cerezo de flor (Prunus serrulata), el peral (Pyrus communis), el caqui (Diospyros kaki), el manzano (Pyrus malus), el membrillo (Cydonia oblonga), el ciruelo (Prunus cerasifera) y el azufaifo (Ziziphus jujuba). También hay una gran presencia de plantas aromáticas, gramíneas, vivaces, iris y arbustos de flor, que delimitan y ornamentan los bordes de los parterres.
En la parte más baja de la rosaleda, cerca de la avenida Diagonal, hay un bosquecillo de pino blanco (Pinus halepensis), grandes ejemplares de tilos (Tilia europaea) y de cedros del Himalaya (Cedrus deodara) y una hilera de olivos (Olea europaea). Distribuidos en diferentes zonas del jardín encontramos ejemplares magníficos de tuyas gigantes (Calocedrus decurrens), altas palmeras de dátiles (Phoenix dactylifera), patas de vaca (Bauhinia grandiflora), tejos (Taxus baccata), cipreses (Cupressus sempervirens y Cupressus macrocarpa), olmos de Siberia (Ulmus pumila) y árboles del paraíso (Elaeagnus angustifolia). También destacan una enorme encina (Quercus ilex) y un ombú (Phytolacca dioica) de gran copa.
Arte y arquitectura
En el parque de Cervantes hay dos monolitos, uno de piedra dedicado al escritor y diplomático Àngel Ganivet, obra del escultor Jaume Monràs, y otro en homenaje a Concha Espina, hecho por Juan Díaz de la Campa, de mármol y con un medallón de bronce con la imagen de la escritora en la parte superior.
En la zona de la rosaleda hay dos esculturas: Rombes bessons (1977), de Andreu Alfaro, una obra de carácter geométrico situada cerca de la parte superior de la rosaleda y, delante del jardín de los perfumes, un desnudo femenino: Serenitat (1964), de Eulàlia Fàbregas de Sentmenat.
Casi en el centro del parque hay una plaza inmensa de sablón muy soleada, con juegos infantiles, unas cuantas mesas de pimpón y una fuente. Es el lugar ideal para los que quieren broncearse en verano o disfrutar del sol en invierno. Cerca de la plaza hay una zona de pícnic sombreada por un pinar que a menudo se convierte en lugar de práctica de taichí.
Paisajismo y diseño
Desde que despunta la primavera hasta bien entrado el otoño, un mar de rosas inunda el espacio de cuatro hectáreas situado en un extremo del parque de Cervantes. Es la rosaleda, con una colección excepcional de más de 10.000 rosales.
Si empezamos la visita desde la ronda de Dalt, lo primero que encontramos es una gran pérgola semicircular repleta de rosales trepadores de 233 variedades diferentes. Este es un lugar sombreado, con bancos para sentarse y contemplar no solo la rosaleda, sino también las vistas magníficas de Barcelona.
Los parterres de la rosaleda de Cervantes están ordenados, rodeados con un césped carnoso que personaliza los rosales y facilita el acercamiento. Pequeños arcos de troncos adornados con rosales trepadores nos invitan a entrar y, de una forma muy sutil, nos indican que en este jardín el paseo no se tiene que dar solamente por los caminos de sablón —que también los hay, delicados y muy bien delimitados—, sino sobre todo por los caminos de césped, que son los que nos permiten intimar con las rosas.
El jardín de los perfumes
Dándonos la bienvenida, en el acceso principal de los jardines, en la avenida Diagonal, encontramos un espacio dedicado a los rosales, que destacan por el aroma de sus flores. Hay 235 variedades y no es necesario acercarse mucho para sentirse embriagado por el perfume de las rosas. Un aroma exquisito nos acompañará durante toda la visita.
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- Teléfono
- Tel.: 010
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- Accesibilidad
- Accesible para personas con disminución física
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- Titularidad
- Centro público
Horarios
Periode | Dies | Hores | |
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Horari d'hivern de l'1 de novembre al 31 de març |
Cada dia | de 08.00 h a 19.00 h | |
Horari d'estiu de l'1 d'abril al 31 d'octubre |
de 08.00 h a 21.00 h |
aproximada, en funció de
l'horari solar (tanquen
quan es fa fosc, al capvespre)
- Secciones de este equipamiento
- Àrea de joc infantil
- Àrea de joc infantil
- Espai de memòria de les catorze roses
- Taules ping-pong
- Roserar
- Àrea de joc infantil