Política sobre soberanía tecnológica y directrices para su implementación
Principios y directrices
La política referente a la soberanía tecnológica del Ayuntamiento se basa en los principios y directrices indicados en el Plan Barcelona Digital 2017–2020: Transición hacia la Soberanía Tecnológica, los Estándares de Servicios Digitales (ESD) y el Código de Prácticas Tecnológicas (CPT).
En líneas generales, estos principios consisten en:
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El uso de estándares abiertos para todos los servicios digitales
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La preferencia por el software libre y la reutilización de recursos informáticos
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Un nuevo modelo relacional con proveedores y las comunidades de software libre
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Una política flexible de propiedad intelectual
Comentamos a continuación los principales elementos de esta política.
La implementación de estos principios y directrices se llevará a cabo progresivamente a través de la realización de los proyectos de transformación digital y migración al software libre del Ayuntamiento e irá a cargo del IMI, que marcará el ritmo y permitirá la dedicación de recursos, la creación de infraestructura y la adquisición de competencias para tal fin. De esta forma, se realizará la gestión del cambio que supone la aplicación de esta política dentro del organismo de manera iterativa a través de proyectos concretos. Algunos proyectos y su extensión (por ejemplo, Decidim Barcelona, Sentilo, BIMA) ya cumplirán en mayor grado las directrices indicadas a continuación, otros lo irán consiguiendo con un proceso de implementación más progresiva.
Estándares abiertos e interoperabilidad
Los servicios digitales del Ayuntamiento de Barcelona deberán implementarse con arquitecturas comunes y abiertas de servicios, información y tecnologías. Los servicios se construirán implementando soluciones comunes para la integración de sistemas y sus interfaces. Las soluciones utilizarán los estándares abiertos.
Software libre y reutilización de recursos
La política del Ayuntamiento respecto al software libre se establece para el mayor provecho de los beneficios del modelo de desarrollo del software libre, tanto de cara al objetivo general de soberanía tecnológica como por motivos económicos y de calidad tecnológica. Por ello, los principales elementos de este aspecto de la política de soberanía tecnológica del Ayuntamiento son:
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Facilitar y promover el uso efectivo y eficiente del software libre dentro del Ayuntamiento.
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Reutilizar software existente y facilitar la reutilización del software del Ayuntamiento por parte de terceros, tanto entre administraciones como por parte de otras personas y entidades (bajo licencias libres).
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Migrar sistemas del Ayuntamiento a soluciones libres.
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Contribuir y participar en comunidades de software libre, fortaleciendo en particular las comunidades locales.
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Garantizar el respeto de los derechos del Ayuntamiento y de terceros, en especial de los desarrolladores y de los miembros de la comunidad de software libre.
Al disponer del código fuente de las aplicaciones del Ayuntamiento junto con los derechos de reproducción, modificación y distribución inherentes a las licencias libres, se garantiza la independencia del Ayuntamiento frente a los proveedores específicos y el mantenimiento de cara al futuro y la sostenibilidad de los sistemas municipales. Asimismo, un sistema basado en software libre es particularmente idóneo cuando se construyen servicios que serán usados por varias entidades municipales y puedan ser compartidos con otras administraciones, así como con una comunidad más amplia de usuarios. El acceso público al código fuente también es una garantía de transparencia para sistemas particularmente importantes o sensibles, como por ejemplo sistemas de votación electrónica o de cálculo de impuestos.
Dentro de estas líneas generales, los principales elementos de esta política, recogidos en el Código de Prácticas Tecnológicas, se exponen a continuación. Comentaremos cada elemento con más detalle, aportando explicaciones y orientaciones para su implementación.
Directrices generales
Los principios básicos de software libre del IMI para cumplir con los principios de soberanía tecnológica de la ciudad son:
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La compra pública de herramientas y sistemas dará preferencia al software libre.
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Todos los proyectos de tecnología municipales que desarrollen software internamente o bajo contrato, en la medida de lo posible, harán que este esté disponible como software libre.
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Para tal fin, los proyectos de desarrollo internos se basarán por defecto en tecnologías abiertas que permitan que el producto final sea liberado.
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El uso del software libre se hará de forma progresiva para todos los sistemas y aplicaciones municipales a medida que se implemente el Plan de Migración a Software Libre del Ayuntamiento.
Estos principios se concretan en las siguientes directrices recogidas en el Código de Prácticas Tecnológicas:
Proyectos
El uso de software libre y las correspondientes metodologías de desarrollo y tecnologías abiertas tiene implicaciones particulares para la preparación y gestión de proyectos de servicios digitales.
Los anteproyectos (p. ej. diseños previos del sistema que se va a construir) son una pieza clave en el proceso de adquisición y contratación pública del IMI. Sus informes deberán siempre incluir la consideración de opciones tecnológicas basadas en tecnologías abiertas.
Estos principios se concretan en las siguientes directrices:
Un nuevo modelo relacional con los proveedores y la comunidad
La política de soberanía tecnológica de la ciudad prevé evitar dependencias de un solo proveedor, lo cual también es un factor clave para aumentar la capacidad de innovación en los servicios públicos. En la medida de lo posible la contratación de servicios digitales debe aumentar la diversidad de proveedores.
Los desarrollos de software libre más innovadores y efectivos requieren una gestión efectiva de una comunidad de interesados que participen y contribuyan a la evolución y sostenibilidad del software. El IMI seguirá los principios de comunidad sostenible, abierta, transparente y participativa.
La gobernanza de la comunidad y la gestión técnica de estos proyectos, incluida la aprobación de código para su incorporación al proyecto y la definición de requisitos y su Roadmap, son aspectos que hay que tener en cuenta. Se promoverá la diversidad de contribuciones, pero para proyectos críticos el IMI mantendrá el control efectivo de los desarrollos técnicos financiados por fondos públicos.
Estos principios se concretan en las siguientes directrices:
Política flexible de propiedad intelectual
Respecto a la propiedad intelectual, el Ayuntamiento concibe tanto la figura tradicional de la cesión de derechos sobre desarrollos nuevos al Ayuntamiento como la opción de dejar la propiedad intelectual del desarrollo al proveedor, siempre que este libere el código bajo licencia libre. Eso fomenta la industria local y la reutilización de recursos.
Por regla general, se evitará la acumulación de propiedad intelectual en el IMI y, si la tuviera, se propiciará que se pueda liberar o se permitirá la reutilización del software o de las soluciones adquiridas. Por lo que, cuando sea conveniente, la propiedad intelectual sobre los desarrollos no será transferida completamente al IMI por los proveedores y otros contribuyentes, de modo que estos retendrán la capacidad de reciclar desarrollos para otros proyectos. Siempre que el IMI pueda reutilizar, combinar y modificar a voluntad el software generado y, en su caso, liberarlo.
Para facilitar y agilizar la liberación y reutilización de aplicaciones, cada proyecto tecnológico que gestione el IMI establecerá un marco legal claro para gestionar los derechos de propiedad intelectual e industrial, el uso de componentes bajo diferentes licencias y las contribuciones al proyecto, e identificará claramente el titular de los derechos sobre el software y el alcance y las características de las cesiones de derechos.
Las contribuciones externas fuera del contrato de suministro o servicio requerirán un proceso formal para instrumentar la cesión de derechos al Ayuntamiento, ya sea mediante un acuerdo de cesión de derechos, en la forma de la licencia del proyecto o un acuerdo de licencia sobre contribuciones (llamado CLA), ya sea mediante una manifestación sobre derechos (DCO), para asegurar que no se incluya erróneamente la propiedad intelectual de terceros.
Los proyectos deberán utilizar una herramienta centralizada del IMI para gestionar tanto las licencias generadas como aquellas de los componentes usados en el desarrollo.
Estos principios se concretan en las siguientes directrices: