Principios generales de soberanía tecnológica
El 6 de octubre de 2016 la Comisionada de Tecnología e Innovación Digital presentó el Plan Barcelona Digital 2017–2020: Transición hacia la Soberanía Tecnológica, cuya misión es “resolver los retos de la ciudad y de las personas a través de un uso más democrático de la tecnología. Impulsar la innovación tecnológica y digital, por un gobierno más abierto, como herramienta para el desarrollo de una economía plural que fomente la transformación social y ambiental, y que favorezca el apoderamiento ciudadano”.
El Plan, que se estructura en tres ejes, es una muestra de la voluntad de Barcelona de liderar una transición hacia la soberanía tecnológica, una soberanía tecnológica del gobierno y de la ciudadanía que permita hacerles partícipes para decidir y actuar sobre las prioridades y estrategias en el uso de la tecnología en la ciudad. En particular, dentro del eje gobierno y ciudad, el Plan se centra en un gobierno abierto y eficiente, que se vale de la tecnología para la transformación y la innovación digital del sector público basada en software libre y unos estándares abiertos. Además, se propone contar con una infraestructura de datos pública y abierta para desarrollar aplicaciones innovadoras basadas en datos.
Según la Medida de Gobierno, la soberanía tecnológica del gobierno y de la ciudadanía permitirá decidir y actuar sobre las prioridades referentes al uso de la tecnología en la ciudad, decidir sobre cómo se desarrolla nuestra ciudad y recuperar el conocimiento de la gestión de la ciudad con herramientas tecnológicas –conocimiento que hasta ahora demasiado a menudo ha estado en manos de pocas empresas–. Será una soberanía que permita dejar este conocimiento como legado para la propia ciudad. Además, esta soberanía tecnológica, promovida con estándares abiertos, tiene que ser una herramienta para el bien común, que genere nueva economía y facilite también compartir conocimiento entre diferentes ciudades.
Dentro del marco de este plan, se establece que, además de diseñar los servicios públicos como “servicios digitales por defecto”, poniendo la ciudadanía en el centro del proceso de diseño y aportando valor público, estos servicios tienen que construirse de forma más ágil y a la vez abierta, tienen que ser más sencillos, modulares e interoperables, para evitar dependencias con vendedores y proveedores de soluciones propietarias específicas; por eso hay que potenciar el uso del código abierto y de los estándares abiertos.
Como actividad destacable, la Medida establece la “transición hacia el software libre y estándares abiertos”: la transición hacia el software libre y los estándares abiertos, estudiando las mejores prácticas europeas y españolas en este ámbito. Es por eso por lo que se diseñará un plan de migración y se establecerá un código de buenas prácticas sobre tecnología que guíe la transformación interna, la reutilización y compartición de código con y de terceros y el desarrollo o utilización de soluciones de gobierno comunes.
Por estas razones, la soberanía tecnológica dentro del Plan Barcelona Digital 2017–2020 se basa en tres principios fundamentales:
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La transición y el uso de software libre
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La interoperabilidad de servicios y sistemas
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El uso de estándares abiertos