Memoria Viva y la Asociación de Vecinos y Vecinas de Eduard Aunós han impulsado la primera edición del “Bingo Memorable” celebrado el sábado 15 de julio en el marco de la fiesta mayor del barrio. Su objetivo es realzar la música y la fiesta como momentos comunitarios capitales en su historia, recordando las canciones que sonaban en las fiestas de las "casas baratas" y recuperando fotografías de aquella época.
Un escenario, altavoces, mesas y sillas llenan la plaza de Falset en el barrio de Eduard Aunós, en la Marina. Unos cincuenta vecinos y vecinas están acabando de comer y, entre conversaciones de sobremesa, esperan con expectación que empiece la primera edición del “Bingo Memorable”. En este barrio, que en los años noventa se transformó de las "casas baratas" a los bloques de piso actuales, la celebración y la música han jugado históricamente un papel clave en la vida comunitaria. De hecho, ha sido precisamente la voluntad de recordar y recuperar este espíritu el motivo de lo que viviremos hoy, Se empiezan a repartir los cartones por las mesas y el funcionamiento es el de un bingo convencional, con la única diferencia que no se cantan números, sino que suenan canciones.
La idea ha sido fruto del proceso comunitario impulsado por Memoria Viva y la AVV de Eduard Aunós durante los últimos meses: han sacado mesas y sillas a la calle, delante del local de la Asociación, y entre las personas que se han acercado han empezado a florecer los recuerdos de la fiesta años atrás, donde cada calle organizaba, de manera autogestionada, distintas actividades que para el resto de vecinas eran sorpresa. De todos modos, lo que nunca fallaba y todo el mundo esperaba año tras año era la caseta de “discos solicitados” donde se podían pedir canciones para dedicar.
En el paso hacia los bloques de pisos, esta tradición y el espíritu espontáneo se fue perdiendo, pero sí se mantuvieron los juegos de mesa en la calle y, concretamente, el bingo. De hecho, conectando estas dos actividades ha sido como ha surgido el “Bingo Memorable”, que recoge las canciones de la época que han propuesto los vecinos y vecinas. Quien llene primero su cartón, se llevará una cesta de productos ecológicos de Keras Buti, la cooperativa de consumo que tiene el local a dos calles de la plaza. En cualquier caso, tal como explica Marta Vallejo del proyecto Memoria Viva, “no es tan importante ganar como recordar este paisaje emocional compartido con las canciones”.
Ya tienen todos su cartón y empiezan a sonar las primeras canciones: Antonio Machín, Roció Jurado, Kiko Veneno, Joan Manuel Serrat, Alaska… Y también otras más actuales como Rosalía o Bizarrap, que han propuesto las jóvenes del barrio. Con los acordes más antiguos, la emoción y la memoria se activan de golpe. Las vecinas más atrevidas se levantan de la mesa para bailar, mientras otras no disimulan las caras de ilusión, sorpresa y nostalgia al explicar las anécdotas que recuerdan con cada nota que suena. Incluso hay quien deja caer alguna lágrima de emoción.
Una de las más implicadas en la organización, y que ahora, lo mismo baila que se emociona, es Ginesa Pérez: “Me ha dado una alegría inmensa ver a la gente reunida pasándoselo tan bien, y claro, me he emocionado mucho cuando ha sonado la canción que me recuerda a mi difunto marido, que también estaba muy implicado en la vida del barrio", explica. De hecho, más allá de la nostalgia, su voluntad es mantener este espíritu colectivo: "No quiero que se pierda la esencia de ayudarnos entre nosotros en el día a día, por más que los tiempos cambien y, por eso, creo que encontrarnos en la calle, también para celebrar, es importante para mantener el barrio vivo".
Hoy también se han compartido las fotografías del archivo de Montse Higueras, vecina del barrio. Detrás de cada cartón hay una foto distinta y, una vez termina el bingo, todo el mundo rebusca entre los cartones sobrantes para recordar momentos y personas. Además, también se ha presentado un fanzine con más imágenes y testimonios recogidos durante todo el proceso. De fondo, la música sigue sonando. Ahora es el turno del colectivo Jokko, formado por jóvenes músicos afrodescendientes que tienen el local en el barrio, quienes remezclan los temas que han sonado en el bingo con ritmos electrónicos actuales.
Sin lugar a dudas, lo que se ha vivido hoy y el proceso para llegar hasta el particular bingo, ponen de manifiesto el valor comunitario de la fiesta y, concretamente, de la música. “Es un momento donde nos encontramos y colaboramos con otras compañeras por el placer de hacerlo, lejos de objetivos económicos, productivistas y consumistas, y nos recordamos quiénes somos, el poder colectivo que tenemos de hacer las cosas a nuestro modo, y encima nos sentimos protagonistas", explica Edi Pou, músico y colaborador de Memoria Viva, que ha acompañado este proceso y que se ha encargado de pinchar las canciones y dinamizar el bingo.