![Las personas necesitamos recibir cuidados en todo momento a lo largo de la vida porque somos seres vivos vulnerables e interdependientes](https://www.barcelona.cat/ciutatcuidadora/sites/default/files/styles/paragraph_full_width/public/05_esp.jpg?itok=YhwYUhCI)
![Las personas necesitamos recibir cuidados en todo momento a lo largo de la vida porque somos seres vivos vulnerables e interdependientes](https://www.barcelona.cat/ciutatcuidadora/sites/default/files/04_esp_0.png)
Las personas somos seres vivos vulnerables e interdependientes. Nacemos con una fragilidad extrema. Tardamos un año en levantarnos, dos en comunicarnos mediante el lenguaje y cuatro en poder vestirnos solas para protegernos del frío. Nuestra vulnerabilidad y dependencia son la razón por la que vivimos en comunidad. Para sobrevivir, dependemos del tiempo, los trabajos y los afectos que otras personas nos dedican.
Cuando hablamos de «cuidados» nos referimos al conjunto de tareas que producen bienes y servicios que sirven para regenerar cotidiana y generacionalmente el bienestar físico y emocional de las personas, y que se producen normalmente en circuitos de intimidad y en el marco de los hogares.
Todos y todas necesitamos recibir cuidados de manera permanente a lo largo de la vida, de tipo e intensidades diferentes, dependiendo del momento del ciclo vital en que nos encontramos, y de las capacidades de autocuidado y atención a los demás que tenemos en cada etapa de la vida. Aunque la infancia, la vejez y los momentos de enfermedad requieren cuidados físicos específicos y más intensivos, las personas necesitamos afectos y atención emocional de manera permanente, incluso cuando somos adultas sanas e independientes. Hay que pensar en la necesidad de cuidados no como una situación de excepcionalidad, sino como una característica inherente a la naturaleza humana, en que todos y todas tenemos el derecho, pero también el deber, de recibir y proveer cuidados.
Referencias bibliográficas:
Yayo Herrero, Marta Pascual y María González Reyes (2018). La vida en el centro: voces y relatos ecofeministas. Libros en Acción - Ecologistas en Acción.
Cristina Carrasco (ed.) (2014). Con voz propia: la economía feminista como apuesta teórica y política. La Oveja Roja.
Varios autores (2017). Rebeldías en común: sobre comunales, nuevos comunes y economías cooperativas. Libros en Acción - Ecologistas en Acción.
Amaia Pérez Orozco (2014). Subversión feminista de la economía. Aportes para un debate sobre el conflicto capital-vida. Traficantes de Sueños.
¿Qué cuidado tenemos?
¿Qué cuidado tenemos?
En el modelo de organización social y económica actual, el trabajo de cuidados presenta las siguientes características:
![Foto: P. de Grenet Dos chicas con la cabeza cubierta por un velo mirando a la calle apoyadas en la barandilla de un parque](https://www.barcelona.cat/ciutatcuidadora/sites/default/files/que_son_cures_if_invisible_360x200_1.jpg)
Es invisible
Es invisible
Los cuidados son invisibles pero imprescindibles para mantenernos vivas. La invisibilidad es un factor que contribuye a la falta de reconocimiento social, y sirve para ocultar las condiciones de falta de derechos sociales y económicos.
![Foto: P. de Grenet Varias personas pasean por una calle](https://www.barcelona.cat/ciutatcuidadora/sites/default/files/que_son_cures_if_precarietat_360x200_1.jpg)
Es gratuito y precario
Es gratuito y precario
Dentro y fuera de los hogares, los trabajos relacionados con el cuidado son realizados fundamentalmente por mujeres, y se caracterizan por la informalidad de la relación laboral y por la precariedad en las condiciones salariales y contractuales.
![Foto: P. de Grenet Dos chicas jóvenes vestidas con un uniforme sanitario cogiendo de las manos a una persona anciana](https://www.barcelona.cat/ciutatcuidadora/sites/default/files/que_son_cures_if_classe_origen_360x200_1.jpg)
Tiene sexo, origen y clase social
Tiene sexo, origen y clase social
El cuidado de las personas se sigue resolviendo mayoritariamente desde las familias y con recursos privados. Las abuelas, las trabajadoras migrantes y las mujeres de clases populares y nivel formativo bajos son las protagonistas invisibles del cuidado.