Con una vocación transformadora y feminista clara, el Ayuntamiento de Barcelona quiere impulsar un conjunto de actuaciones, programas y propuestas que contribuyan a socializar la responsabilidad de cuidado, reconociendo el valor social y garantizando que el derecho a cuidar y ser cuidado se produzca en condiciones de dignidad y calidad.
Entendemos que hacer política pública para democratizar el cuidado tiene que intervenir sobre la diversidad de problemáticas que detectamos en la provisión de cuidado, razón por la cual se han definido los siguientes ejes estratégicos de actuación:
- Reconocer el cuidado como parte central de la vida socioeconómica de la ciudad.
- Promover la corresponsabilidad de todos los actores sociales a la hora de garantizar el derecho a un cuidado digno y de calidad.
- Reducir las desigualdades sociales que caracterizan la provisión y la recepción de cuidado.
- Impulsar el empoderamiento de las personas que reciben y dan cuidado.
Un nuevo abordaje para el cuidado
En los últimos años, el cuidado ha adquirido una mayor visibilidad social. Junto con el estallido de la crisis financiera global del 2008, el movimiento feminista empezó a hablar también de «crisis de los cuidados», en la que se ponía de manifiesto la incapacidad del sistema económico y social de garantizar el bienestar de amplísimas capas de población. Numerosas voces han propuesto una transformación radical del modelo de organización social del cuidado, en el que este se tiene que convertir en una responsabilidad prioritaria para el conjunto de la ciudadanía, que pueda ser asumida y atendida por varios actores sociales, en espacios físicos y mediante vínculos sociales que vayan más allá del parentesco. En este contexto aparece el paradigma de democratización del cuidado y la justicia de género, defendido por autoras como Nancy Fraser, Amaia Pérez Orozco, Cristina Carrasco y otras economistas y activistas feministas.
Desde hace más de 40 años, desde el movimiento feminista se han ideado y promovido diferentes estrategias para intervenir sobre la organización social del cuidado. Por una parte, políticas de igualdad como la apertura de equipamientos públicos para el cuidado de menores o las políticas de conciliación, han contribuido enormemente a facilitar la promoción del empleo femenino, pero ni han modificado las condiciones de desventaja con que las mujeres se incorporan al mercado laboral ni han promovido la incorporación de los hombres a las tareas de reproducción social. Por otra, medidas como las prestaciones económicas vinculadas a los permisos de maternidad o la celebrada ley de dependencia, han tenido como objetivo dar apoyo económico al cuidado que se produce de manera informal en las familias, pero no han conseguido transformar un imaginario colectivo que aún asocia el cuidado a una condición inherentemente femenina.
Hoy queremos dar un nuevo impulso que contribuya a cambiar los imaginarios que todavía vinculan el cuidado a las mujeres y a repartir más equitativamente la responsabilidad de cuidar. Por este motivo, proponemos una política feminista que trabaja desde la perspectiva de la democratización y la justicia de género.
El cuidado es responsabilidad de todos y todas
El cuidado es responsabilidad de todos y todas
Una nueva política municipal que tiene como objetivo implicar al conjunto de agentes sociales en la provisión de cuidados en la ciudad