Barcelona + Sostenible

“Trabajamos para una arquitectura ecologista y asequible. La idea es que una persona con recursos limitados también pueda hacerse una casa sostenible con medios naturales”, Marc Fando, socio de Voltes Cooperativa.

¿A qué se dedica Voltes Cooperativa?

Somos una cooperativa de arquitectos que trabajamos en 6 líneas de servicio: obra, urbanismo, participación, formación y pedagogía, estructuras efímeras y experimentación arquitectónica con materiales naturales.

¿Cómo surgió este proyecto?

Todas las socias estudiábamos a la misma facultad y compartíamos la misma inquietud: trabajar temas de bioconstrucción y sostenibilidad y tratar la vertiente más política y crítica de la profesión. Nos encontramos en el Espacio Social de Formación de Arquitectura de la facultad. Al dejar este espacio, en el 2014, buscamos la manera de seguir trabajando conjuntamente. Así cuando empezamos a trabajar, bajo el modelo de asociación, teníamos ya experiencia juntas y dinámicas de militancia y trabajo conjunto. En el 2018 constituimos la cooperativa.

¿Por qué decidisteis constituiros como cooperativa? ¿Cuál es la importancia de este modelo?

Pienso que es la idea romántica de la empresa más social. Una empresa que contribuye al mercado social de la economía social y solidaria, donde las propias trabajadoras toman las decisiones dentro de la empresa y no se busca el beneficio de ningún accionista sino la mejora de condiciones laborales de las socias trabajadoras y del entorno físico dónde estamos. Es el modelo de empresa en el cual nos podemos sentir más cómodas. Empezamos como asociación, pero el funcionamiento nos resultaba complicado. Cuando dimos el paso a constituirnos como en cooperativa tuvimos muchas facilidades y ayudas desde la Red de Economía Solidaria y a nivel municipal.

La arquitectura consciente es un tema que trabajáis en vuestros proyectos. ¿Cómo lo hacéis?

La gente se queda tranquila con el hito de alcanzar la eficiencia energética, pero nosotros seguimos insistiendo en la huella ecológica de los materiales de construcción, intentando minimizar el uso de los materiales más contaminantes. Priorizamos en todos los proyectos, y estamos casi consiguiéndolo, que la estructura principal sea de madera. El objetivo es hacer estructuras ecológicas con materiales naturales. Trabajamos para una arquitectura ecologista y asequible. La idea es que una persona con recursos limitados también pueda hacerse una casa sostenible con medios naturales. Pero el camino es largo.

En vuestra web hablad de urbanismo participativo. ¿Qué importancia tiene la participación del tejido asociativo de los barrios en los proyectos o procesos urbanísticos?

Los proyectos de urbanismo los hacemos desde la participación. Nuestro papel es de puente: trasladamos lo que los vecinos y vecinas quieren sobre el plano y sobre un proyecto urbano. Colaboramos con los ámbitos más sociales para poder ofrecer mejor servicio. También hacemos asesoramientos a ayuntamientos, estudios de accesibilidad, planes de usos, etc. pero nos encontramos más cómodos trabajando con la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona, ayudándolos a modificar planeamientos y canalizar sus demandas en el Ayuntamiento.

¿Habéis trabajado y colaborado mucho en el barrio de Vallcarca, cuál ha sido vuestro rol? ¿Qué habéis aportado?

Nos involucramos a la Asamblea de Vallcarca en un momento que ya se había trabajado mucho por parte de la Asociación de Vecinos y Vecinas y de la Asamblea, pero que no se había plasmado todavía en nada. Hicimos investigación y colaboramos publicando el libro Cargadas de razones, que criticaba el plan urbanístico por su contenido obsoleto y planteaba modificaciones. El Ayuntamiento escuchó la Asamblea y puso en marcha un concurso público para modificar este planeamiento, y a nosotros, como asociación, encargaron la redacción de las bases del concurso. También conseguimos que vecinos y vecinas participaran como jurado del concurso y pudieran incidir en el contenido del definitivo. Se consiguió que el planeamiento aprobado conserve las pocas casas que quedan, cuente con un parque verde, un espacio libre, zonas de peatones, etc. Ahora bien, de aquí que se urbanice pasarán muchos años.

Trabajáis también en centros educativos y ofrecéis formaciones y cursos a diferentes públicos…

Sí, trabajamos sobre todo en dos líneas, la primera de repensar los espacios de los centros educativos con dinámicas más participativas, y la otra, de construcciones en mimbre y caña para los patios. En cuanto a las formaciones, el objetivo es divulgar las técnicas de bioconstrucción sostenible y acercarlas a las personas. Construcción con caña, arquitectura por la sostenibilidad, materiales naturales y eficiencia energética, etc. Y concretamente para infantes trabajamos el empoderamiento, el trabajo en grupo, el trabajo con materiales naturales y ecológicos, hacemos también talleres feministas con madera, etc.

¿Nos podrías explicar algún reto o proyecto de futuro de Voltes Cooperativa?

Queremos implementar un plan de sostenibilidad más ambicioso que el que tenemos actualmente. Hemos hecho un par de sesiones para replantearlo a nivel de movilidad sostenible y también queremos encontrar espacios para implementar los refugios de la biodiversidad en la arquitectura.

¿Qué es el que más se te enorgullece de tu trabajo?

El hecho de trabajar con amigos, trabajar con gente con quien tienes confianza. La libertad que te aporta el modelo de cooperativa en frente del modelo convencional.