Barcelona Metropolis

Las situaciones de crisis son también situaciones de peligro para la democracia. El miedo al futuro puede avivar la tentación de una respuesta autoritaria. ¿Qué debemos hacer para que la democracia salga reforzada? Sobre estas cuestiones reflexionan los autores invitados a participar en este número de Barcelona Metrópolis.

Cuando hace dos años se clausuró la primera Bienal Ciudad Abierta poco podíamos imaginar que la segunda edición tendría que organizarse en medio de una pandemia global que ya ha provocado más de un millón de muertes y ha alterado todos los parámetros de la vida pública y privada. Las condiciones excepcionales en que se celebra esta segunda Bienal nos recuerdan que a los desafíos ya conocidos debemos añadir un componente nuevo, la incertidumbre: tener que responder de repente a una amenaza imprevista y desconocida que pone a prueba todos los engranajes de la organización social.

El enorme trastorno económico y vital que ha comportado la pandemia ha dejado en segundo término otras crisis no menos importantes, como el cambio climático o la emergencia social derivada de las crecientes desigualdades. Pero la crisis del coronavirus también puede actuar como un catalizador de grandes transformaciones en curso que, una vez culminadas, harán que la realidad de mañana no se parezca en nada a la de hoy. El teletrabajo es el ejemplo más evidente.