Barcelona Metropolis

El 64% del término de Barcelona está urbanizado. El resto es espacio libre cubierto de vegetación, en gran parte concentrado en la sierra de Collserola. Destacan encinares, pinares y prados secos donde se localiza un rico patrimonio natural. Parques y jardines, públicos y privados, forman la base de la infraestructura ecológica urbana, con algunos espacios especialmente importantes: Montjuïc y sus acantilados, Els Tres Turons y el parque de la Ciutadella, el parque llano más grande de la ciudad.

Existe un contraste acusado en la superficie de verde público por habitante según si se cuenta la masa forestal de Collserola (17 m²) o no (7 m²). El indicador también oscila bastante según los barrios, en perjuicio de los de la franja central, como muestra el mapa. Iniciativas recientes, como los ejes verdes, buscan compensar este desequilibrio y acercan el objetivo declarado del Ayuntamiento de aumentar 1 m² de verde por habitante hasta el año 2030. La Organización Mundial de la Salud recomienda que los núcleos y ciudades dispongan de al menos 10-15 m² de área verde por habitante.

El arbolado es parte esencial de la infraestructura verde urbana y al mismo tiempo un signo de identidad. A lo largo de las calles, las plazas y los parques, conecta los diversos espacios verdes y hábitats de la ciudad y proporciona múltiples beneficios, entre los que destaca la mejora de la calidad del aire y la reducción de la temperatura, que permite mitigar efecto isla de calor.

El plátano común se ha convertido en el árbol barcelonés por excelencia (29% del total), aunque los primeros ejemplares se importaron de Girona hacia el año 1860. Por su disponibilidad, majestuosidad y rápido crecimiento, Ildefons Cerdà lo escogió para embellecer las nuevas avenidas de L’Eixample. Con el tiempo se ha comprobado que esta especie genera molestias a las personas alérgicas, echa raíces largas y requiere poda frecuente.

Por estos motivos y para favorecer la biodiversidad, Barcelona promueve otras especies de árboles como el almez, la sófora o acacia de Japón, el cinamomo o la tipa. La idea es que ninguna supere el 15%.

En los parques ya no se hace jardinería tradicional, sino que se gestiona el verde para que haya más cantidad y de más calidad, y para aumentar la riqueza de flora y abundancia de fauna. Desde 2003 se ha conseguido el desarrollo de especies autóctonas de orquídeas en jardines históricos, que ya son un importante patrimonio natural de Barcelona.

El ente municipal que administra y promociona el verde urbano de la ciudad y el medioambiente invierte este año 68 millones de euros en la construcción, la conservación, la remodelación y el mantenimiento de los jardines urbanos de Barcelona, del arbolado urbano, de los bancos y de las áreas de juegos.

En plena búsqueda de las mejores soluciones para la gestión sostenible del agua, la sequía ha alterado todos los planes y ha impuesto una restricción severa al riego de parques y jardines, que queda limitado a garantizar la supervivencia de las plantas.

Como lugares de ocio, salud y socialización, muchos parques delimitan espacios para niños y niñas, jóvenes y personas mayores, que equipan con mobiliario que ha ido evolucionando en calidad y seguridad. Para el bienestar animal, los perros y sus dueños tienen a disposición más de 100 áreas específicas, la mitad del tipo pipicán y el resto configuradas como espacios de recreo.