48 pillars despliega una innovadora arquitectura lumínica: columnas y focos que se desplazan a través de raíles crean una sinfonía de imágenes y sonido en una exposición cambiante que juega con la luz y la sombra, y que transforma radicalmente nuestra percepción del espacio. Esta vívida instalación toma forma en el patio del Museo Can Framis. El sonido y la música envolventes, creados específicamente para la obra, intensifican esta experiencia inmersiva y transportan al visitante a un universo sensorial único.

La obra nace de la simplicidad: solamente con luz, movimiento y sonido. Sin embargo, estos elementos básicos dan lugar a un sinfín de ilusiones ópticas, una danza de sombras cambiantes en constante evolución. Las 48 columnas, orquestadas por una coreografía precisa de luces en movimiento, crean patrones geométricos que se multiplican y se desvanecen en un flujo continuo en el cual la geometría del espacio resalta la potencia visual de la proyección de sombras. Como contrapunto a nuestra acelerada vida urbana regida por la tecnología, este diseño minimalista y geométrico permite a los espectadores sumergirse y dejar que su mente llene de manera natural el espacio con interpretaciones personales.




 

Bruno Ribeiro, artista multimedia y director creativo, desarrolla una obra que abarca desde instalaciones y piezas interactivas hasta escenografías luminosas, experiencias inmersivas, proyecciones monumentales, videoclips y cortometrajes. Su búsqueda constante de nuevos lenguajes artísticos y técnicos lo lleva a crear formas narrativas innovadoras basadas en la experiencia sensorial. Mediante una metodología dinámica y evolutiva, su obra explora sutilmente las diferentes dimensiones de la percepción. Sus proyectos gravitan alrededor de tres ejes fundamentales: la percepción del cuerpo, del sonido y de la realidad. A partir de estos elementos, Ribeiro construye ecosistemas inmersivos y sinestésicos en los que cuerpo, imagen, sonido, luz y escenografía confluyen en una coreografía armoniosa y fluida.