Isaac Vila Doblas. Asistente de Dirección y Producción Ejecutiva Grec Festival

La del título es una de las preguntas recurrentes que a lo largo de los casi catorce años que he dedicado al Festival nos hemos ido formulando con cada director artístico con el que he tenido la suerte de colaborar. Y es que lejos de querer provocar inseguridad, he sabido que parte de mi trabajo era cuestionar, poner en duda, hacer reflexionar, ayudar a tomar decisiones firmes y arriesgadas. Hacer de espejo. ¿No nos estamos pasando? ¿Qué nos falta? ¿Funcionará?

Tres directores. Tres personas muy diferentes, con sensibilidades, miradas y caracteres diversos (un maestro exquisito, un bohemio visionario, un apasionado de capacidad infinita) todos ellos con una creencia común: a través de la cultura, el mundo puede ser un espacio un poco más justo. Y junto con ellos, un grupo de almas entregadas a remar a través de los océanos y tormentas de los cinco continentes para llegar al puerto de Barcelona donde cada julio hay miles de personas esperándonos para hacer de las artes escénicas una fiesta.

Cuando la mayoría de comensales recibe el programa del Grec en la mesa desconoce el proceso de producción previo. En la 'cocina', fuera de la vista pública, se pone en marcha una maquinaria de personas que trabaja frenéticamente, con creatividad, con entusiasmo, a veces sudando por los tortuosos caminos administrativos. El Institut de Cultura de Barcelona es una casa que me ha acogido y que amaré siempre, creo que es un motor de cultura inconmensurable, y solo pido a quien corresponda que se procure aligerar la carga burocrática que deben pasar las iniciativas creativas de nuestro país.

Me he oído decir muchas veces que el Grec es un festival importante, y a mí siempre me ha costado asumir este adjetivo, ya que me parece que una manifestación artística tiene tanta importancia como cualquier otra, y me resulta más fácil catalogarlo como 'grande'. El tamaño importa. Es un vehículo pesado de conducción exigente, y he tenido la suerte de poder pilotarlo durante trece estaciones junto a un equipo maravilloso.

Trifulcas, reuniones, viajes, risas y desconciertos. Y anécdotas de todos los colores. Año 2009. Ya dentro de la sala de prensa, y a punto de comenzar la presentación, me vibra el teléfono. La actriz protagonista de la obra que estaban a punto de presentar: "Isaac, me duele el cuello, no actuaré en el Grec, me voy a París. Antes de ir al aeropuerto te agradeceré que me reserves mesa en la Barceloneta para comer una paella. Merci beacoup."

O aquel artista japonés, que cuatro horas antes de actuar nos dice que tenemos que repartir tapones para los oídos, ya que las frecuencias que desprende su concierto no son aptas para todos los públicos. Nosotros corriendo de farmacia en farmacia: "¿Tiene tapones para los oídos? ¿Cuántos quiere? Todos los que tenga". Finalmente un señor del público comenta: "¡Esto más que un espectáculo japonés ha sido una tortura china!"
   
Estrenos exitosos y fallidos, cancelaciones, descubrimientos, diversión, riesgo, criticas buenas y malas, muchas puertas abiertas, algunas que se quedarán por abrir. Después de casi catorce años, me voy para emprender un viaje personal, y me llevo una mochila cargada de vínculos, experiencias, sufrimientos, esfuerzos, aciertos, errores, disgustos y alegrías. Rosas y espinas. No ha sido solo una etapa profesional, sino de evolución y crecimiento como persona. Levantar cada año una programación coherente y equilibrada de un centenar de proyectos escénicos de todo el mundo requiere implicación, entrega, dedicación en cuerpo y alma, y ​​no concibo que se pueda hacer de memoria, sin dejar la epidermis. Por eso ahora siento que es momento de reponer, coger fuerzas, y dejar que otra persona con la misma pasión con que llegué en 2006 pueda aportar energía nueva y maneras de hacer diferentes, y ayudar a seguir poniendo leña a la locomotora.

De muy joven, me organizaba y bajaba de Vic para ir a ver espectáculos del Grec. Creo que el Festival marca un momento concreto del calendario, deja huella y lo seguirá haciendo por el país y también dentro de mí mientras viva. Gracias.

Nos volveresmos a encontrar en los teatros.