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Barcelona cultura

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Corrupción, turismo de masas, muerte. Teatro en Valencia y Mallorca

Vie 22/02/2019 | 19:00 H

Por Andreu Gomila

¿Qué sabemos los catalanes, teatralmente hablando, de lo que se cuece en las Islas Baleares y el País Valenciano? Poca cosa. Pocas son las compañías que frecuentan nuestros teatros. El mallorquín Toni Gomila y el valenciano Carles Alfaro son los 'raros' de la cartelera. Si vamos más allá y preguntamos, ¿qué sabemos de las sociedades isleña y valenciana?, la respuesta puede ser aún más pesimista. Por ello, el Grec 2019 coproduce dos espectáculos con los principales teatros de Palma y Valencia, los respectivos Teatro Principal. Ya estrenado, tenemos 'Rostoll cremat', de Toni Gomila y dirección de Oriol Broggi. Y con fecha de estreno prevista para el 22 de mayo, 'VALENCiANA', de Jordi Casanovas.

'ROSTOLL CREMAT'
Toni Gomila es, seguramente, la cara que muchos catalanes tienen en la cabeza cuando hablamos de teatro mallorquín. El actor forma parte de los castings de la tropa de Broggi y ha escrito dos piezas, 'Acorar' y 'Peccatum', que han recorrido todo el país, sobre todo la primera, que hace años que interpreta sin parar. Él, que ahora está en el TNC haciendo 'La bona persona de Sezuan', nos dice que 'Rostoll cremat' no es más que "la aplicación práctica de 'Acorar'". Si allí explicaba, a través de la matanza del cerdo, la destrucción de la Mallorca tradicional, aquí hace "una reflexión sobre el turismo y la saturación turística", sobre la codicia y ambición humana.

Como hilo de la pieza, Gomila utiliza la 'rondalla' (ocuento popular mallorquín) de 'Joanet de sa Gerra', que habla de un hombre pobre que planta unas habas que llegan hasta el cielo. Él sube varias veces y pide deseos cada vez más jugosos, desde cuatro duros para poder vestir a la familia hasta un palacio. El autor interpreta cada ascensión con diferentes piezas clásicas, desde 'El enemigo del pueblo' a 'Macbeth'. Es, dice, "un puzle".

El autor y actor cree que es curioso lo que ha pasado en Mallorca en las últimas décadas. "Nos hemos criado rodeado de turistas: antes no nos molestaban y ahora sí, nos hemos transformado", asegura. "¿En qué nos hemos convertido?", se pregunta. Y responde él mismo: "En extrema derecha". "Estamos abocados al abismo, o somos los que ponemos nuestra casa en alquiler o somos los que vivimos de alquiler", dispara.

'Rostoll cremat' es ya un hito del teatro mallorquín contemporáneo, porque desde que se estrenó el pasado otoño en Palma, ha recorrido Mallorca (Manacor, Porreres, Alcúdia, Artà), Menorca (Maó) y Ibiza. En verano vendrá a Barcelona y espera hacer temporada.

'VALENCiANA'
Jordi Casanovas no es valenciano, no, pero hace una década que persigue levantar una obra sobre el terrible crimen de Alcàsser, de 1992, que, según recuerda el dramaturgo, marcó toda una generación: tres chicas de 14 y 15 años ( Miriam, Toñi y Desiré), de la edad del autor, fueron secuestradas y asesinadas cuando iban a una discoteca de Picassent. Un taller en Valencia y este proyecto en la cabeza bastaron para que Casanovas, espoleado por la profesión local, presentara la pieza a los Teatres de la Generalitat Valenciana y recibiera enseguida su apoyo, así como el del Grec.

Al final, 'VALENCiANA' va mucho más allá de los hechos de Alcàsser. "Es una historia de lo que se ha denominado Segunda Transición, que iría de primeros de los años 90 a primeros de los 2000", asegura Casanovas. Y, aparte del triple asesinato, habla de "la caída en desgracia de la Ruta del Bakalao" y "una manera de hacer política", corrupta, que se extendió con el zaplanismo (Eduardo Zaplana gobernó de 1995 a 2002) y que ha sido condenada en los tribunales.

El montaje de Casanovas será grande, con doce actores, todos valencianos, la mitad de ellos, dice el autor, son también dramaturgos, directores, lo que demuestra el buen nivel del teatro valenciano de hoy. "Han pasado una época terrible, pero en los últimos años han vuelto a apostar por ello y empiezan a mirar fuera", dice. De hecho, que el Teatre Principal de València y el Grec coproduzcan este espectáculo debería ser lo más normal del mundo. De hecho, el mismo Casanovas, hasta que no le propusieron desde la capital del Turia que hiciera la obra con ellos, dice que no había caído, cuando debería ser lo lógico.

Casanovas asume "la responsabilidad" que tiene a la hora de llevar a escena el momento histórico valenciano. Dice que ha hecho mucho trabajo y que le ayuda, tal vez, mirarlo desde la distancia. Él, sin embargo, tiene bastante experiencia al respecto. Algunos de sus éxitos son 'Una historia catalana' (2013), que podría ser el espejo de 'VALENCiANA', y 'Ruz-Bárcenas' (2015), sobre el interrogatorio al ex tesorero del PP.