¿Quién se atrevería a llevar a escena la obra más conocida de Karl Marx? Lo hace un director de culto de la escena francesa que, además, se ha marcado el reto de convertirlo en el espectáculo más divertido del mundo.
Con espectáculos como Le père tralalère y Notre terreur, la compañía francesa D’ores et déjà y el joven director Sylvain Creuzevault captaron la atención del mundo teatral francés. Eran dos creaciones colectivas fruto del deseo de experimentación de los artistas que formaban parte de la compañía, unas improvisaciones reflexivas que Creuzevault se ocupaba de dirigir con una sabiduría teatral poco común. Ahora lo aplica a un reto todavía más difícil: mostrar en escena las estructuras secretas del mundo capitalista alrededor de las cuales se organiza nuestra vida, tal como las enseña El capital, una obra difícil que Marx dejó inacabada. Editado en 1867, este análisis crítico del capitalismo y sus prácticas abriría una época de luchas y combates a la vez que ofrecía una reinterpretación de la historia desde una perspectiva nueva. ¿Cómo acometer la transformación de esta obra en un montaje teatral? Con pasión, deseo de explorar y unas buenas dosis de humor negro con las que explicar las monstruosidades inconcebibles de un gran vampiro mundial.
Posada en escena: Sylvain Creuzevault; Intèrprets: Vincent Arot, Benoit Carré, Antoine Cegarra, Pierre Devérines, Lionel Dray, Arthur Igual, Clémence Jeanguillaume, Lucette Lacaille, Léo-Antonin Lutinier, Frédéric Noaille, Amandine Pudlo, Sylvain Sounier, Julien Villa, Noémie Zurletti; Disseny d'il·luminació: Vyara Stefanova, Nathalie Perrier; Vestuari: Pauline Kieffer, Camille Pénager; Màscares: Loïc Nébréda; Producció i difusió: Élodie Régibier;
