NEGRO, MUY NEGRO, DISTÓPICO OSCUR
Como géneros, la ciencia ficción y la novela negra siempre han tenido puntos en común, como la crítica social o la habilidad para hacer reflexionar a las lectoras y los lectores sobre cuestiones que nos afectan directamente como comunidad. Así pues, la aparición de títulos que experimentan con estos dos géneros y los entrelazan ha sido una constante que ahora se reaviva especialmente. Solo en el último año podemos encontrar cuatro ejemplos magníficos de esta tendencia, llevados a cabo con habilidad por autores y autoras de reconocido prestigio. Es el caso de Anna Maria Villalonga con Encara maten els cavalls, un homenaje en clave futurista a la gran novela de Horace McCoy ¿Acaso no matan a los caballos? (La Campana). No es la única obra híbrida de la temporada: Joan Roca Navarro plantea, en Sota el fang (La Magrana), un misterio oscuro donde los paisajes del delta del Ebro se convierten en auténticos protagonistas del relato. En la misma línea, Sergi Puertas apuesta, a La cepa afgana en Barcelona (Pez de Plata), por una plaga distópica ambientada en una Ciudad Condal en cuarentena y bajo el deterioro de toda civilización. Finalmente, Jordi de Manuel, un habitual del juego entre negrura y distopía, ha llegado a una de sus cimas en Caront (Clandestina), además de haber coordinado la mencionada antología steampunk: Vapor negre. Barcelona steampunk 1911.