Cartel
Visiones del futuro y choques de realidades
La reconocida ilustradora Maria Picassó desdibuja las fronteras entre utopía y distopía con el cartel anunciador de la tercera edición del Festival 42.
Las distopías y utopías que pueblan las creaciones fantásticas de las últimas décadas se nutren del retrofuturismo de los años cincuenta, sesenta y setenta, una corriente optimista que se mostraba fascinada por el futuro y por los avances tecnológicos que lo acompañarían. Este movimiento tiene su contrapartida en la oleada de distopías que han surgido en los últimos años. Fruto de esta paradoja, Maria Picassó, la autora del cartel de este año del Festival 42, ha encontrado en los géneros escapistas la mejor manera de poner un espejo ante nuestra sociedad.
Arquitecta de formación y dibujante por vocación, Picassó (Manresa, 1983), presenta una trayectoria bien heterogénea con una marca propia claramente identificable gracias a su estilo vectorial y geométrico, que destila la realidad hasta su esencia. Su uso de formas y degradados de color aporta una mirada impactante y atemporal que conecta a la perfección con el espíritu de los géneros no miméticos. No en balde la autora es colaboradora habitual de editoriales de ciencia ficción y, de hecho, ha ilustrado obras de Ursula K. Le Guin, el clásico Dune, de Frank Herbert —la cubierta del cual ha sido seleccionada para formar parte del anuario de la revista Communcation Arts Illustration— y algunas novelas de la autora de hopepunk Becky Chambers.
Fidel a su heterogeneidad, Picassó también se ha atrevido a adentrarse en el mundo de los videojuegos, donde ha trabajado para franquicias internacionales de terror, fantasía y ciencia ficción como The Walking Dead o Star Trek, donde se ha encargado del diseño de los iconos de la interfaz del juego. No es extraño, pues, que el cartel de la próxima edición del festival emule el panel de control de una nave, una máquina o un ordenador. La autora confiesa que busca el efecto inmersivo, reproduciendo este efecto de interfaz de un videojuego: ¿qué pasaría si alguien pulsara los botones?
La imagen del 42 de este año, pues, quiere ser una frontera entre nuestra realidad y un universo fantástico. ¿Es el futuro? ¿Un pasado muy lejano? ¿Una dimensión paralela? ¿Otro planeta? Todo queda en la imaginación del espectador o asistente. Mediante los colores, las formas y la trama de puntos, la ilustradora se basa en el estilo retrofuturista que tanto le interesa. Los diversos controles del cartel, además, añaden información sobre el festival: los diversos géneros no miméticos se representan a través de pictogramas y la pantalla principal ofrece un universo imaginario dividido. Aquí encontramos a un personaje situado al límite entre utopía y distopía, una dualidad que se reproduce en él mismo y que se puede interpretar como dos mitades, dos posibilidades... o un todo. El objetivo es que el espectador deje volar su imaginación y la interprete a su medida, ya que este año el festival reflexionará en torno a futuros posibles y nuevas realidades. Además, la estampa distópica de la ilustración hace referencia al edificio Fabra i Coats, sede del festival. Este elemento kilómetro cero potencia su impacto en contraposición con la tranquilidad que se respira en la mitad utópica del dibujo, dominada por la vegetación en un claro referente solarpunk. Un solo cartel, una infinidad de mundos posibles. O, parafraseando el lema no oficial del festival: Hay otros mundos, pero todos están en el 42. Y ahora, también, en su cartel.