Mariana Enríquez, una de las voces más destacadas de la narrativa argentina actual, produce terror. Y concretamente, terror del bueno, del mejor, del que solo en un género como este puede llegarse a producir. También hace otras cosas, por supuesto, y utiliza códigos de dentro y fuera del género para obtener, como corresponde, los mejores resultados. Así, el Festival 42 siempre ha sido su casa y, en esta tercera edición, le ha puesto la alfombra roja. No en vano, y gracias a obras como la inmensa Nuestra parte de noche (Anagrama) o la cautivadora recopilación de relatos Las cosas que perdimos en el fuego (Anagrama), Enríquez goza del reconocimiento internacional de crítica y público y ha sido galardonada con premios como el Herralde, el Celsius o el Kelvin 505. Traducida a más de veinticuatro lenguas, la autora aterriza en el Festival para hacer un repaso de su trayectoria como autora y de su corpus literario, así como para compartir con el público su visión del terror actual tanto dentro de la literatura como fuera; y en este caso lo hará acompañada del especialista en género y crítico mallorquín Nadal Suau, gran conocedor de su obra.