Palabras de amor. Núria Güell
Como texto curatorial de esta exposición, Núria Güell ha decidido hacer público el proyecto Morir de amor, que presentó al Premio de Videocreación el 18 de octubre de 2023.
MORIR DE AMOR
Ensayo de deconstrucción del ideal del amor desde lo teatral
Barcelona, Premio de Videocreación, 2023-2024
INTRODUCCIÓN
Por un lado, tenemos la cultura y sus representaciones culturales: Fedra, Edipo, Medea, Antígona, Narciso, Adán y Eva, Los amantes de Teruel, Calisto y Melibea, Romeo y Julieta, Carmen, Tristán e Isolda, Don Juan Tenorio y Doña Inés, casi todos los boleros, las bachatas e, incluso, el perreo. La lista de representaciones culturales en torno al amor sería interminable: desde la mitología griega y sus tragedias, atravesadas por el catolicismo, pasando por el amor cortés, el Siglo de Oro, el romanticismo del xviii y parte del xix, hasta las expresiones culturales más populares o alternativas de nuestros días: también Bad Bunny, Rauw o Bad Gyal se preguntan por los estragos relacionados con el amor en nuestra época.
Por otra parte, tenemos a los kamikazes que ofician en nombre del amor a Dios; a todos los nacionalistas que siguen lanzándose a su mutua destrucción por amor a alguna patria; a las adolescentes que entienden los rasgos celotípicos —y la violencia implícita— como signos de una pasión hacia ellas; a la madre que mata a sus hijos para que no sufran; a dar la vida o quitarla por amor a una idea de revolución social; o al amante que decide matar al amado antes que perder su amor.
¿Qué responsabilidad tiene la cultura en todas estas paradojas? ¿Y las producciones culturales? ¿Qué mitos susurran inconscientemente a nuestros discursos? ¿Qué relación existe entre los ideales de la época y las identificaciones singulares de cada sujeto? ¿Qué ideales ocultos tras la máscara de las convicciones y las creencias compartidas en torno al ideal del amor, se manifiestan para transformar la coacción en persuasión? ¿Pueden renovarse las fuentes del amor?
PROYECTO
En esta ocasión, el núcleo del que saldrá la estructura del videoensayo será una acción escénica que realizaré en el Teatre Nacional de Catalunya en abril de 2024. La acción consiste en organizar un recital de poemas de amor escritos y leídos por sujetos que alegan haber matado por amor. Con la producción de esta acción como eje, el videoensayo se propone investigar la relación entre las producciones culturales occidentales en torno a la pasión amorosa y algunas de las consecuencias que esas representaciones y discursos tienen sobre lo real de los cuerpos, tanto en lo singular como en lo institucional.
Practicar una «política bonita», «que el amor nos ilumine» o «poner los cuidados en el centro» son lemas que están usando los políticos considerados más progresistas del Estado español. También sabemos que, actualmente, la mayoría de las instituciones culturales y artísticas con financiación pública hacen bandera de los cuidados, dicen y defienden poner los cuidados en el centro, y también sabemos que los cuidados están conducidos por una especie de amor al prójimo.
Al mismo tiempo, muchas son las voces que señalan al amor —romántico, neurótico, obsesivo, sacrificial y/o pasional— como la principal forma de alienación en nuestra sociedad. Es innegable que este producto ideológico ocupa un lugar de honor entre los mandatos interiorizados que nos impone nuestra cultura. De hecho, parece como si fuera una contradicción conceptual referirse a este sentimiento de un modo crítico, señalando sus limitaciones, sus contradicciones, y no digamos ya la función oscurecedora o directamente engañosa que a menudo cumple la apelación a lo amoroso en el mundo actual.
REFERENCIAS CONCEPTUALES
La Representación y la Cultura
Sabemos que lo representado no preexiste a su representación, las representaciones crean lo que representan. Las civilizaciones humanas se fundamentan en representaciones, el lenguaje dota al ser humano de la capacidad de representar algo como existiendo, y el único requisito para que funcione es que la mayoría de los sujetos de la comunidad reconozcan lo representado como existente. Y es la cultura la encargada del mantenimiento y actualización de dichas representaciones. Bien es cierto que las representaciones se crearon y se crean con la intención de adecuarse a lo real, pero como lo real, sea lo que sea, es irrepresentable, los efectos de esas representaciones, cuando se toman por reales, suelen provocar conflictos y malestares; un abismo insondable separa lo representado de lo existente.
La idea que tenemos del «amor» es también una representación, un hecho cultural y, por lo tanto, aprendido.
El Lenguaje
Mencionábamos que hay un abismo entre la representación y la existencia. Siempre que estamos en el campo de la palabra, estamos en el campo de la ficción, puesto que el lenguaje solo puede ser binario, no da para más, y aquí empieza el desajuste.
El humanismo trasladó la verdad al campo de la palabra; se cree en la verdad de los significantes, cuando, de algún modo, esta es la que puede opacar lo real, con los mitos, las creencias, las atribuciones y los juicios implícitos en esos significantes. Huellas pasadas que siguen teniendo sus efectos hoy en día.
La cultura occidental y sus inscripciones
Carmen González Táboas, psicoanalista argentina de orientación lacaniana, cree que la lengua/cultura hispana habilita disfrutes distintos de las otras lenguas y culturas. Es cierto que nuestra cultura —de tradición grecorromana y judeocristiana— está llena de mitos, ideales, creencias y sueños. Según ella, podemos permitirlo porque el paraíso y la eternidad están prometidos, aunque sea a cambio de amor sacrificial. El cristianismo lleva en su seno el drama de la pasión (de Cristo), un acto «de amor» soberano: Dios sacrifica a su hijo y su hijo se sacrifica por la humanidad. Las míticas imágenes de la crucifixión están en cualquier fantasma donde tenga lugar el sufrimiento. El amor a nuestra cultura se estructura como la religión cristiana: con condiciones, te sacrificas y vas al cielo. Y Dios, o el otro, solo pide amor incondicional, o sea, fe.
Política cultural y cuidados
No hace muchos años, los centros culturales y los centros de arte contemporáneo se transformaron en centros de acogida de refugiados; pocos años después, esos mismos centros querían transformarse en hospitales; y lo que ahora tenemos, según dicen, son espacios que sitúan los cuidados y afectos en el centro: las bondades de las prácticas culturales no tienen fin. Reflexiones al margen, lo que me interesa es investigar en qué medida la institución, que se autoproduce y se autolegitima, puede escapar de la repetición para permitir coherencia entre la teoría y la práctica, más allá de la retórica que implican los ideales.
El ideal del amor
Todos estos mitos y relatos sobre el amor que se han mencionado en un inicio construyen un ideal de amor a nuestra cultura que, como todo ideal, sabemos que es del orden de lo imaginario, aunque se presente como natural. El ideal, por definición, anhela lo inabarcable, sueña con lo que no está, no tiene equivalencia en lo real. Si nos abandonamos al hipnótico abrazo de los mitos y los ideales, nos incitarán a confundir a los signos con sus seductoras ilusiones.
Morir de amor
La pasión amorosa, cambiante en las formas por las modalidades de los tiempos, sigue apareciendo como una marca femenina por excelencia. Morir de amor, real o psíquicamente, concierne también a los hombres, pero en nuestra cultura se muestra como un paradigma femenino. La tragedia griega ya lo sabía: Fedra es su arquetipo.
Angustia, depresión, desesperación son el reverso de la autonomía del sujeto, implican el sacrificio extremo en nombre del amor —en el arte, en la media naranja, en la patria, etc.—. Igual que los testigos de aquellas y aquellos que justifican el maltrato sufrido como un signo de amor por parte del amado, aunque sea un signo dañino. Un maltrato ejercido en nombre de un amor pasional, desgraciado, degradado al odio.
La salida del mito
Sorprende, a cien años de los descubrimientos de Freud, la cantidad de sociología supuestamente crítica que se desarrolla como si la vida de los seres humanos transcurriera exclusivamente en el ámbito de lo explícito y transparente, de lo racional y consciente. Urge aceptar que el ser humano, ante todo, es un animal con lenguaje y deseante, guiado por pulsiones cuya causa, a priori, desconoce —de vida y de muerte, Eros y Tánatos—, pulsiones abiertas a la influencia de la cultura administrada, es decir, pulsiones cuyos objetos y canalizaciones se adaptan al espíritu de la época.
Solo en este enlace entre lo psíquico y lo social podemos penetrar en el secreto de la «servidumbre voluntaria», que también podría explicar los estragos que aún conlleva el amor pasional en la sociedad «del amor líquido».
Núria Güell
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Palabras de amor. Un ensayo sobre las pasiones, de Núria Güell, proyecto premiado en la 10.ª edición del Premio de Videocreación. Una coproducción de un proyecto de videocreación entre los Centros Territoriales del Sistema Público de Equipamientos de Artes Visuales de Cataluña,* Santa Mònica, el Departamento de Cultura de la Generalitat de Catalunya y LOOP Barcelona.
El Premio de Videocreación se consolida este año con una década de trayectoria a sus espaldas. El premio tiene el propósito de promover el trabajo de artistas que destaquen por sus planteamientos innovadores en el ámbito de las artes contemporáneas e incorporen el vídeo como elemento único o parcial en el conjunto de la propuesta. Uno de sus principales objetivos es llevar a cabo acciones estratégicas para que los artistas visuales, los centros y las instituciones implicadas puedan desarrollarse en red e incrementen su visibilidad en el territorio y su presencia internacional.
*Los Centros Territoriales del Sistema Público de Equipamientos de Artes Visuales de Cataluña son: ACVic Centre d’Arts Contemporànies (Vic); Bòlit, Centre d’Art Contemporani (Girona); Fabra i Coats: Centre d’Art Contemporani de Barcelona; M|A|C Mataró Art Contemporani; Mèdol – Centre d’Arts Contemporànies de Tarragona; Centre d’Art la Panera (Lleida); Lo Pati – Centre d’Art Terres de l’Ebre (Amposta); y Centre d’Art Tecla Sala (L’Hospitalet de Llobregat).
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En el marco del Festival LOOP
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Núria Güell (1981, Vidreres) se licenció en Bellas Artes en la Universidad de Barcelona, en la especialidad de escultura, y continuó sus estudios en la Cátedra Arte de Conducta de La Habana (Cuba). Su práctica artística se caracteriza por ser una práctica de confrontación, de cuestionamiento de evidencias y convenciones morales. Entiende su práctica como social y políticamente necesaria, y en ella se ponen en juego lo cultural y lo establecido.
Entre sus exposiciones individuales se encuentran Confinements, Escape Plans and a Various Kinds of Jouissance, en Salle Principale (París, 2023); Todo orden se quiere puro. Una exposición retrospectiva, en Fabra i Coats (Barcelona, 2021); Nation State. Four Escape Strategies, en Biennale Warszawa (Polonia, 2019); Au nom du Père, de la Patrie et du Patriarcat, en CAC Brétigny (Francia, 2018); y Troika Fiscal Disobedience Consultancy, en Project Arts Centre (Dublín, 2016).
Ha colaborado en exposiciones colectivas como The Museum of Arte Útil, en Van Abbemuseum (Eindhoven, 2013); Un saber realmente útil, en Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid, 2014); Today Is Our Tomorrow, en PUBLICS (Helsinki, 2019); Coreografías del género, en CCCB (Barcelona, 2019); Un même monde, en Maison des Arts Georges & Claude Pompidou (Francia, 2021); “Everyone is an Artist”: Cosmopolitical Exercises with Joseph Beuys, en Kunstsammlung Nordrhein-Westfalen (Düsseldorf, 2021); y Palestina libre. Exposición de Apoyo al Pueblo Palestino y por el Fin de la Ocupación, en Espacio Tangente (Burgos, 2024).
Asimismo, ha recibido varios premios y becas a lo largo de su trayectoria, y colabora regularmente con centros sociales y educativos.
Más info: nuriaguell.com