El Palau de la Música Catalana

C Palau de la Música, 2

El Palau de la Música embruja al visitante con una naturaleza irreal de color lujurioso y ninfas que bailan coronadas de flores que se escapan de unos vitrales que parecen imposibles. Es la exuberancia en estado puro vigilada por los rostros severos de los grandes maestros de la música. Medio escondido entre las calles de Ramon Mas y del Palau de la Música, el templo dedicado a la música emerge como por arte de magia convertido en un jardín de cerámica, cristal y metal.

El estallido de la creatividad

Un segundo de silencio que se hace eterno. El mismo en el que se sume el público al acabar de escuchar una sinfonía perfecta o un aria con la voz pura de una soprano. Un silencio que se rompe para estallar en un aplauso abrumador. Eso es lo que se siente cuando se entra por primera vez en el Palau de la Música. Exuberante, voluptuoso, impresionante… No se agotarían nunca los adjetivos para describir el magnífico edificio del arquitecto Lluís Domènech i Montaner, la única sala de conciertos declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1997, un edificio modernista de arriba abajo que refleja la voluntad de modernización de la ciudad de Barcelona.

La historia empieza en 1905, cuando Lluís Domènech i Montaner, uno de los creadores de la corriente del modernismo catalán, recibió el encargo de construir un auditorio para acoger el Orfeó Català. Con total libertad creativa, proyectó una alegoría de la naturaleza en la que ninfas, flores y ornamentos vegetales creaban un marco perfecto para escuchar la música. El edificio se construyó en torno a una estructura metálica recubierta de cristal, una idea muy avanzada para la época, e integró todas las artes aplicadas: la escultura, la forja, el vitral y la cerámica. Domènech i Montaner quiso también que la luz fuera un elemento arquitectónico más, por eso los grandes vitrales, los ventanales y el tragaluz central inundan de luz el Palau. El modernismo que se refleja en el Palau de la Música es más que una corriente estética: representa todo un movimiento ideológico que buscaba la modernización de la ciudad.

Un escenario privilegiado

Desde su inauguración en 1908, el Palau de la Música, enclavado en el centro del distrito de Ciutat Vella, ha sido un escenario privilegiado para la música, pero también para la política y las ideas. Grandes maestros de la música, como Enric Granados, Manuel de Falla, Maurice Ravel, Ígor Stravinski o Frederic Mompou, hicieron su debut en este auditorio. El Palau de la Música es una sala de referencia no solo dentro del mundo de la música o de la arquitectura modernista: es el símbolo de toda una época en Barcelona, la edad en la que la ciudad se volvió moderna.

Patrimonio cultural

  • Ciutat Vella

    Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera
Dirección:
C Palau de la Música, 2
Districte:
Ciutat Vella
Barrio:
Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera
Ciudad:
Barcelona

El Palau de la Música Catalana va ser construït entre el 1905 i el 1908 per l'arquitecte Lluís Domènech i Montaner com a seu de l'Orfeó Català, finançat amb fons procedents de subscripció popular.

El Palau de la Música Catalana és una perla arquitectònica del modernisme català, l'única sala de concerts modernista declarada Patrimoni Mundial per la UNESCO (4 de desembre de 1997), que constitueix actualment un punt de trobada ineludible de la vida cultural i social de Catalunya. A més s'ha erigit en patrimoni simbòlic i sentimental de tot un poble que s'identifica amb la seva història.

L'edifici s'articula al voltant d'una estructura central metàl·lica recoberta de vidre, que en rebre la llum natural converteix l'edifici més significatiu de l'obra de Domènech i Montaner en una caixa de música màgica on es combinen totes les arts aplicades: escultura, mosaic, vitrall i forja.

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