Es un símbolo de cómo puede llegar a ser la naturaleza de tozuda y de cuánto puede llegar a soportar un ser vivo para seguir estando vive. Jojo es un orangután condenado por los hombres a una vida de cautividad ligado por una cadena. Pero Jojo es también el primer eslabón de una cadena de salvación orquestada por hombres que quieren salvar a los animales de otros hombres. Jojo, el orangután protagonista de la historia de la compañía Borja Ytuquepintas, fue cazado de muy pequeño y condenado a vivir ligado y malnutrido durante once años hasta que alguien se apiadó de él y, para poderlo salvar y para poderlo rescatar y acoger, fundó Animal Rescue, una ONG que después ha ayudado a muchos animales a recobrar su libertad. Jojo, a pesar de que fue rescatado, nunca pudo ser liberado porque su cuerpo, sus huesos, quedaron deformados por los años de sufrimiento y de carencia de alimentos.

Jojo, como símbolo que para muchos es de una mirada de respeto hacia la naturaleza y al resto de animales con quienes la compartimos, es el protagonista del nuevo espectáculo de la compañía mataronina Borja Ytuquepintas que combina sobre el escenario su tradicional arte con arena con la música y un títere gigante, que representa a Jojo.

El trabajo de esta compañía tiene su eje en el dibujo con arena que hace Borja González sobre una mesa de luz y que se proyecta en una pantalla gigante, un trabajo que adquiere toda su fuerza poética gracias a la música y, en esta ocasión, con la interactuación con el títere gigante que representa a Jojo, primero en su infancia y después, ya liberado, en su vida adulta.