La división entre el mundo protestante y el católico, que se produjo hace quinientos años, configuró un nuevo mapa en Europa. En ambos ámbitos el objetivo fundamental era disciplinar las mayorías, enseñar a creer por la persuasión y, si así no era posible, por la intimidación. En este contexto, la conjunción de la imprenta y los grabados generó una capacidad extraordinaria para transmitir nuevas ideas a una población que mayoritariamente no sabía leer. El grabado se convirtió, entonces, en un arma para enseñar a creer. La Reforma protestante y la Contrarreforma católica usaron ampliamente estas armas gráficas, si bien de manera diferente. Esta obra propone una mirada desde Barcelona al mundo europeo y se centra en los combates por la hegemonía cultural, el nacimiento de la sátira gráfica y la difusión de ideas a través de las estampas y de la Biblia grabada. La obra también recoge, sobre todo gracias a la colección Gelonch Viladegut, un vasto repertorio de la iconografía de ambos lados, con imágenes que son la clave para comprender la empresa propagandística que tuvo lugar en Europa entre los siglos XVI y XVIII.