Cualquier metrópolis ve cómo llegan, pasan o se quedan miles de personas. Eva Parey retrata las historias de gente con la que se cruza o que busca por las calles. Lo ha hecho en Barcelona, pero también en varios países de Europa y Oriente Medio. Babel-Barcelona, XXI es una selección de historias que Parey ha descubierto durante la última década acercándose a diferentes comunidades.
En esta Babel conviven las niñas de Camerún y Nigeria en Ciutat Meridiana, las mujeres pakistaníes del Raval, la comunidad gitana de La Mina, los sin techo a quienes se acercó durante el confinamiento... Las imágenes de Parey captan la corriente de solidaridad que une a las personas que retrata. También recogen la dureza de la calle, siempre con un atisbo de esperanza.
Refugio de verano
El casal de La Indomable es, desde hace más de una década, un refugio de verano en Ciutat Meridiana para menores de familias en situación precaria. En el verano de 2014 jugaban, inseparables, Lucia y Honey (de Camerún).
© Eva Parey
Refugio de verano
Yohara de Torre Baró daba de comer a Angie (de Nigeria). Gracias al casal de verano de 2014, muchos niños y niñas de Ciutat Meridiana podían huir de palabras como desahucio, policía, pobreza o prisión, y vivir una experiencia cálida de solidaridad.
© Eva Parey
(Sobre)vivir en la calle
El joven de la imagen, originario de Senegal, cargaba con un refrigerador que le habían dado los trabajadores de una panadería de la calle Santa Anna (verano de 2021). En vez de tirarlo, le avisaron para que pudiera venderlo a una chatarrería. Esta es una muestra de que la calle puede ser un espacio de solidaridad entre vecinos.
© Eva Parey
(Sobre)vivir en la calle
La solidaridad en la calle también la vivieron los jóvenes de origen nórdico de la imagen. Se encontraron y permanecieron juntos bajo la muralla de la ciudad durante todo el confinamiento estricto, entre marzo y mayo de 2020. Otras personas, como ellos, quedaron atrapadas en la calle. Por un lado, las fronteras estaban cerradas y no podían regresar a casa, y, por otro, se encontraron con los hostales cerrados o no pudieron alquilar una habitación por el miedo de los ciudadanos al contagio.
© Eva Parey
Veteranos en la intemperie (marzo-abril de 2021)
Este joven venezolano llegó a Barcelona en 2014 y trabajaba como artista de circo antes del confinamiento. No quería ir a un albergue habilitado en la Fira de Montjuïc debido a su pánico a las multitudes.
© Eva Parey
Veteranos en la intemperie (marzo-abril de 2021)
Babi y Nanda, él de Grecia, ella de Cáceres, al pie del Arc de Triomf, pudieron resguardarse bajo un gran plástico que les facilitó un vecino del barrio. Los albergues habilitados por el Ayuntamiento no eran una opción para ellos, al ser para hombres o para mujeres, y no querían separarse, se cuidaban mutuamente.
© Eva Parey
Atrapados en el limbo
Sidali, de origen argelino con nacionalidad española, tenía que gestionar el subsidio de desempleo tras haber trabajado un tiempo de albañil. La covid-19 paró los trámites, pero encontró refugio en el Pabellón n.º 7 de la Fira de Montjuïc.
© Eva Parey
Atrapados en el limbo
En 2010, Rashid vino a pie desde Pakistán hasta Europa pagando a las mafias más de 7 000 euros. En Barcelona seguía caminando, vendiendo refrescos y cervezas. Esto provocó que su comunidad musulmana lo rechazara. Poco después regresó a su país con su familia.
© Eva Parey
La sabiduría en un libro
Este libro se mantuvo abierto sobre las ruinas desde finales de noviembre de 2015, cuando se derribó la casa donde vivía José Cruz, hasta el 27 de enero de 2016, día en que se tomó la foto. José, el último habitante del Turó de Montcada, se había instalado allí en 2014. Había venido a Barcelona con su familia en 1989, a Ciutat Meridiana, pero al separarse se fue a vivir al huerto del Turó de Montcada que había comprado en 1997, y después a la casa de botellas, para evitar su demolición. José leía este libro y siempre tenía un refrán listo para cada situación. “Al retratar este libro, y leerlo (ni lo toqué sobre el terreno), descubrí que era una de las fuentes de sabiduría de José.”
© Eva Parey
Primera y última línea
Los hospitales, la primera línea en la lucha contra la covid-19, y los albergues, la última, están llenos de historias de superación personal. Shamaila, de Bangladesh, contrajo la covid-19 durante el embarazo de su quinto hijo, al que no conoció hasta que el personal del Hospital del Mar la llevó frente al mar para reencontrarse con su marido y sus hijos tras pasar tres semanas en la UCI.
© Eva Parey
Primera y última línea
Los hospitales, la primera línea en la lucha contra la covid-19, y los albergues, la última, están llenos de historias de superación personal. Adnan, de Siria, con estatus de refugiado por la ONU desde 2018, había vivido seis meses en la calle con su hijo antes de alojarse en la Fira durante el confinamiento. Tenía una orden de deportación a Siria por parte de Alemania. El fútbol fue su refugio mientras esperaba a que se le concediera el asilo en Barcelona, que obtuvo en noviembre de 2020. Ahora lucha para traer a su mujer y a dos hijos más, que están en Alemania.
© Eva Parey
El poder de la educación y el deporte
Las mujeres pakistaníes del Raval, en Barcelona, y de Sant Roc, en Badalona, eran las vecinas invisibles en 2009. Solo salían de casa para aprender español en el centro cívico de la imagen superior. Las clases significaron un primer paso para ganar espacio público.
© Eva Parey
El poder de la educación y el deporte
Las jóvenes pakistaníes en Barcelona ya estudian español y catalán en la escuela. Se han empoderado y han formado el segundo equipo de críquet femenino de España, con el impulso de la Fundació per l’Esport i l’Educació de Barcelona y del Centre d’Estudis Africans i Interculturals. Entrenan temporalmente en Baró de Viver hasta que se habilite un campo en Sants-Montjuïc, tras obtener la primera posición en la fase de votación de los presupuestos participativos del Ayuntamiento de 2021.
© Eva Parey
Los rituales de las mujeres
Las creencias religiosas se expresan a través de rituales y, en muchos casos, las mujeres tienen que vivirlos apartadas de los hombres. En la comunidad musulmana chií de Barcelona, las mujeres pueden utilizar la mezquita de Sant Adrià, donde se encuentra la mujer de la imagen superior, solo durante el periodo de celebración de la Ashura. Es la conmemoración de la muerte del sucesor legítimo de Mahoma, según la comunidad chií.
© Eva Parey
Els rituals de les dones
Les creences religioses s’expressen a través de rituals i, en molts casos, les dones els han de viure apartades dels homes. Aquesta jove gitana celebrava als 13 anys el seu ajuntamiento l’any 2009 al barri de la Mina. El ritual més destacat és la prova del mocador per demostrar la virginitat de la núvia. Envoltada de les dones de la comunitat, la juntaora comprova l’existència de l’himen amb un mocador blanc, i per cada prova fa un nus que anomenen rosa.
© Eva Parey
Los márgenes de la ciudad
Los márgenes se convierten en el hogar de personas expulsadas por la ciudad. Glenda, de Honduras, venía de limpiar una casa. Vivió con su marido en el asentamiento de barracas del Turó de Montcada desde 2014 hasta principios de 2016, en una cabaña construida por ellos mismos. La mayor parte del tiempo vivieron rodeados de escombros de la demolición iniciada en noviembre de 2014, después de que el Turó pasara a formar parte del Parque Natural de Collserola como territorio forestal.
© Eva Parey
Los márgenes de la ciudad
Los márgenes se convierten en el hogar de personas expulsadas por la ciudad. El asentamiento de barracas del Turó de Montcada también fue el hogar del joven de la imagen, que trasladaba gasolina en bidones para tener alguna fuente de energía, puesto que las barracas no disponían de conexión a la electricidad. Fue uno de sus últimos habitantes.
© Eva Parey
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