Barcelona Metropolis

Participar en la vida cultural es más que asistir a alguna de las actividades, de pago o gratuitas, que ofrece la ciudad. Es ir a ver espectáculos, visitar exposiciones o leer un libro. Pero también es formar parte de asociaciones culturales, actuar en obras de teatro amateur o pintar un cuadro.

El Instituto de Cultura de Barcelona ha elaborado la “Encuesta de participación y necesidades culturales de Barcelona” con el objetivo de conocer las inquietudes culturales y el valor que los ciudadanos otorgan a la cultura. Los resultados confirman desigualdades en el acceso y en la participación, pero también muestran que toda la ciudadanía valora la cultura positivamente.

Cómo es la participación cultural en Barcelona

La ciudadanía participa en la cultura de formas muy diversas y también con grandes desigualdades de acceso a las distintas actividades. La lectura es la práctica cultural más extendida. Solo el 15,6% afirma no leer libros nunca o casi nunca. Cerca de una de cada cinco personas asiste a espectáculos de danza (22,4%) y a actividades relacionadas con la literatura (22,3%). Más de la mitad de la población (62,4%) accede a algún tipo de actividad cultural, y casi una de cada cuatro personas (39,7%) practica alguna actividad. Solo una de cada 10 personas practica de forma intensa actividades como sacar fotografías, escribir, pintar o tocar un instrumento.

La participación cultural no se limita a las actividades de lo que se ha dado en llamar “cultura legitimada”, sino que se desarrolla por medio de otras actividades no siempre reconocidas como culturales. Un 70,6% de los encuestados participa en este tipo de actividades, casi un 10% más que las personas que acceden a actividades legitimadas (62,4%). Pasear por la ciudad (70,6%) o por la naturaleza (43,4%) e ir a restaurantes (43,5%) son las más extendidas.

Los factores de la desigualdad en el acceso

La renta y el entorno familiar son los principales condicionantes de las desigualdades cuando se trata de participar en la vida cultural. Los habitantes de los barrios de rentas bajas asisten menos a actividades culturales e incluso practican menos actividades culturales no legitimadas que la media de la población.

El hecho de que la madre practique más actividades culturales también es un factor condicionante cuando se trata de acceder a la cultura. Cuando la madre hace una o más actividades culturales, la mitad de sus descendientes declaran practicar una, dos o más actividades. En cambio, en el caso de las madres que no practican ninguna actividad o solo una, el 67,2% de sus hijos o hijas no participa en ninguna actividad cultural.

Las necesidades culturales

Todo el mundo querría dedicar más tiempo a las actividades culturales, tanto quienes ya las practican como quienes no practican ninguna. Las personas con menos oportunidades y recursos, es decir, las que viven en barrios de renta baja, manifiestan una mayor necesidad de participar en actividades culturales (legitimadas y no legitimadas). En cuanto a la práctica, quienes practican más actividades son quienes querrían practicar todavía más. Por otro lado, el acceso a la educación en expresiones artísticas también está condicionado por la renta.

Tanto los hombres como las mujeres presentan necesidades culturales similares cuando se trata de practicar y de asistir a actividades culturales. Las personas que practican menos actividades son las que tienen más necesidad de practicarlas. En concreto, el 69,6% de los hombres y el 64,5% de las mujeres que no practican ninguna actividad desearían participar activamente en alguna.