SCOREwater, el conocimiento que se esconde en las cloacas

El Carmel es uno de los barrios en los que se ha llevado a cabo el estudio sobre lo que dicen las aguas residuales de los hábitos de sus habitantes. © Dani Codina

Las aguas residuales reflejan nuestros hábitos: a qué hora nos levantamos o vamos a dormir, cuándo nos vamos de vacaciones o qué medicamentos consumimos, porque los picos de eliminación de agua delatan nuestra actividad. Así es como el estudio SCOREwater ha descubierto algunas diferencias de la vida cotidiana de tres barrios con rentas muy distintas: el Carmel, el Poblenou y Sant Gervasi.

Las aguas residuales de una ciudad son la consecuencia directa de la vida cotidiana de sus habitantes. Recogen, obviamente, los productos que se tiran por el fregadero o el inodoro —no siempre orgánicos y, a veces, perjudiciales—, pero también información, entre otros, de los alimentos, fármacos y drogas que consumimos. Además, las aguas residuales reflejan claramente nuestros hábitos: si madrugamos más o menos, a qué hora vamos a dormir y en qué periodos del año nos vamos de vacaciones, porque los picos de eliminación de agua delatan nuestra actividad.

Los 1.643 kilómetros de cloacas que tiene la ciudad de Barcelona hace ya tiempo que son el foco de atención de la investigación y, ahora, concretamente, de una disciplina que se llama sociología del alcantarillado. Y es que las aguas sucias son una fuente de observación privilegiada mucho más rápida y fiable que las inspecciones o encuestas. En realidad, son metodologías complementarias que ayudan a afinar mejor la gestión y las políticas públicas.

El Ayuntamiento de Barcelona, a través de Barcelona Cicle de l’Aigua (BCASA), el Instituto Catalán de Investigación del Agua (ICRA-CERCA), el Instituto Metrópoli, el Eurecat Centro Tecnológico de Catalunya y la empresa s::can Iberia, participa en el proyecto europeo SCOREwater.[1] En el marco de este proyecto, Barcelona ha puesto en marcha un laboratorio de innovación urbana que durante un año ha extraído información de las aguas residuales de tres barrios de la ciudad con niveles de renta diferentes: el Carmel (bajo), el Poblenou (medio) y Sant Gervasi (alto). El proyecto, presentado en Smart City Expo World Congress 2023, es pionero porque hasta ahora se analizaban las aguas que llegan a las depuradoras, pero nunca se había estudiado un ámbito tan local. Las comparaciones entre barrios arrojan luz a la realidad social y, a la vez, abren muchas posibilidades de aplicación. El conocimiento que se ha extraído permite, entre otras cosas, dirigir mejor las inspecciones de vertidos ilícitos, detectar alertas sanitarias o ambientales y abordar campañas de educación ambiental o de salud pública de forma mucho más efectiva.

Carteles de la campaña 'Las aguas residuales hablan de ti' La campaña de difusión “Las aguas residuales hablan de ti” muestra los resultados del proyecto y da consejos para promover hábitos saludables.

Este proyecto es un buen ejemplo de cómo extraer valor a los datos de la “ciudad inteligente” por varios motivos: identifica bien los objetivos; integra fuentes diversas de datos, entre las que encontramos sensores en línea, resultados de análisis de muestras en el laboratorio y encuestas; y aplica big data e inteligencia artificial, sin olvidar la transparencia y la participación ciudadana. En este último caso, la campaña de difusión “Las aguas residuales hablan de ti”[2] muestra lo que se ha encontrado y da consejos sobre cómo actuar. También se ha diseñado un juego para aprender buenas prácticas,[3] que se ha puesto a prueba con doscientos niños y niñas de escuelas de los barrios implicados.

Resultados distintos según el barrio
Durante un año, en las tres zonas se han analizado once parámetros en continuo y otros a través de muestras en el laboratorio. Todo ello ha permitido procesar información sobre el consumo de fármacos, tabaco, alcohol, café y drogas, así como sobre qué prácticas no sostenibles ambientalmente se producen, como, por ejemplo, tirar toallitas húmedas, aceites, grasas o restos de comida excesivos por el fregadero o el inodoro. También se han medido los riesgos, no muy conocidos, de alimentos o cosméticos que desprenden plastificados que acaban siendo expulsados por la orina, así como los efectos de parabenos y filtros solares que también van a parar al agua. Finalmente, se ha realizado un seguimiento epidemiológico del SARS-CoV-2 y se ha estudiado la presencia de genes de resistencia a los antibióticos en los microorganismos.

La pregunta principal que se plantearon los investigadores es si habría diferencias significativas en las aguas residuales entre los tres barrios. Los datos demuestran que sí. Por ejemplo, los picos de agua liberada en el alcantarillado muestran que los habitantes del Carmel madrugan más y se levantan casi 1,5 horas antes que los del Poblenou, aunque, en conjunto, los fines de semana la ciudadanía reduce las horas de actividad diaria de 13 a 10. Incluso podemos saber en qué momento se produce el descanso en un partido de fútbol Barça-Madrid por el incremento del caudal de aguas residuales. Con las vacaciones pasa al revés: en verano, durante unos días baja el flujo, lo que se ve claramente en Sant Gervasi y en el Carmel, pero no tanto en el Poblenou, quizá por la actividad turística y de ocio que mantiene todo el año. Los fines de semana, en cambio, solo se marchan de la ciudad de forma generalizada las personas que residen en Sant Gervasi. En los otros dos barrios, no existe diferencia entre los días laborables y los festivos. En este caso, la dinámica puede relacionarse claramente con la renta media de Sant Gervasi, que triplica la del Carmel y dobla la del Poblenou.

También se ha observado que los vecinos del Carmel generan menos aguas residuales por persona que los de los otros dos barrios analizados. En concreto, 109 litros por habitante y día, mientras que en Sant Gervasi son 141, y en el Poblenou, 183. La cifra más alta del Poblenou no se explica por el consumo doméstico, sino sobre todo por la restauración y otros servicios, ya que la zona analizada incluye una concentración elevada de estos locales. En este barrio es donde también se ha detectado una mayor presencia de restos de comida, tabaco, alcohol y café, seguramente por el mismo motivo, lo que señala el sector al que dirigir las inspecciones sobre vertidos ilícitos, ya que las cantidades de aceites y grasas identificadas son muy altas.

En cuanto a las toallitas húmedas, las encuestas dicen que se utilizan más en el Carmel y en el Poblenou, pero es en Sant Gervasi donde se tiran más en el inodoro, como ocurre también con las compresas menstruales. Las toallitas provocan obstrucciones en las tuberías y en el alcantarillado, y contaminan los ecosistemas acuáticos, como los ríos y el mar. Son un quebradero de cabeza y un gran gasto para quienes gestionan los residuos. Se deberán realizar, pues, campañas específicas para evitar estos comportamientos. El estudio se ha fijado, además, en qué población está más expuesta a los contaminantes ambientales, e indica que las rentas más bajas son las que utilizan menos parabenos, filtros solares y plastificados, lo que sugiere que son necesarias campañas informativas y educación en el consumo para el público más acomodado.

Múltiples aplicaciones para el control de fármacos y enfermedades
En cuanto a los fármacos, no podían investigarse todos y se han estudiado 39. En el caso de los medicamentos comunes para los trastornos psiquiátricos, se ha mirado la presencia de alprazolam, citalopram, fluoxetina, lorazepam, paroxetina y venlafaxina, que son frecuentes, pero seguro que se dan otros. Por tanto, los datos no son exhaustivos, pero sí lo es la comparativa y las proporciones. Los analgésicos son los fármacos más consumidos en los tres barrios, aunque existen diferencias. El uso de analgésicos y antibióticos es superior en el Poblenou, seguido de Sant Gervasi y del Carmel. El consumo de diuréticos también es mayor en el Poblenou, seguido del Carmel y, finalmente, de Sant Gervasi.

La resistencia a los antibióticos, un problema de salud pública de primer orden, también ha podido detectarse cuantificando los elementos genéticos responsables de esta resistencia en microorganismos. La hipótesis era que las aguas residuales de los barrios presentarían diferencias en función de las realidades socioeconómicas, y así se ha confirmado. El barrio donde se han encontrado más resistencias es Sant Gervasi, lo que se asocia a un mayor consumo de estos fármacos. Las encuestas han corroborado que a menudo los vecinos guardan los antibióticos que les sobran y se automedican más adelante. Esto permite diseñar una campaña de uso responsable más ajustada a lo que está ocurriendo.

Otra de las aplicaciones del estudio es la monitorización de enfermedades. El seguimiento de la covid-19 y de las medidas adoptadas se llevó a cabo con este sistema en muchos países. En Barcelona, la plataforma Sarsaigua complementa los datos de presencia del virus en las aguas residuales con las informaciones sanitarias. En el caso del consumo de drogas, también hace tiempo que se utiliza esta vía porque otras fuentes, como decomisos o encuestas, son menos fiables. Con este estudio, han podido extraerse conclusiones del consumo en la ciudad, que se harán públicas más adelante.[4] complementa los datos de presencia del virus en las aguas residuales con las informaciones sanitarias. En el caso del consumo de drogas, también hace tiempo que se utiliza esta vía porque otras fuentes, como decomisos o encuestas, son menos fiables. Con este estudio, han podido extraerse conclusiones del consumo en la ciudad, que se harán públicas más adelante.


[1] scorewater.eu
[2] scorewater.institutmetropoli.cat
[3] water.test-girona.com
[4] sarsaigua.icra.cat

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