Plano secuencia por la vertiente más íntima de Luis García-Berlanga

© Fundació “la Caixa”

Una fotografía de Luis García-Berlanga en la desaparecida Bodega Bohemia nos da la bienvenida a la exposición Interior Berlanga. Cine, vida y humor, que puede verse en CaixaForum Barcelona hasta el 20 de abril de 2025. Un recorrido en plano secuencia que quiere ofrecer, en palabras de sus comisarios, Sol Carnicero y Bernardo Sánchez Salas, una nueva mirada, más íntima y reflexiva. La vida y obra del director de Bienvenido, Mr. Marshall (1953), figura clave del cine español, se muestra a través de cientos de piezas rescatadas de su inmenso archivo personal.

“Mi padre tenía Diógenes”, explica José Luis García-Berlanga a propósito de la afición de su progenitor, Luis García-Berlanga, por guardar y organizar, ya desde muy pequeño, todo tipo de objetos y documentos, hasta el punto de que él y sus hermanos heredaron un archivo con más de 27.000 piezas. Desbordados por esta cantidad ingente de material, hace cinco años José Luis escribió al buzón de sugerencias de la Fundación “la Caixa” para pedir ayuda. Así comienza el laborioso proceso de catalogación y preservación digital del patrimonio legado por uno de los cineastas más importantes de la historia del cine español. La exposición Interior Berlanga. Cine, vida y humor culmina esta tarea con una muestra muy bien seleccionada de 300 piezas. Ilustran facetas menos conocidas de su vida y obra para acabar revelándonos la cara más íntima y reflexiva de Berlanga, que lo aleja de esa imagen de “anarcofallero” que a él mismo le gustaba cultivar en público.

La primera parada de la exposición, “Gabinete. Refugio, vivienda y familia”, reúne los objetos más personales de Luis García-Berlanga. Encontramos, por ejemplo, una lista donde anotaba las cintas que iba viendo, que nos permite comprobar su devoción por el cine francés y alemán de antes de la Segunda Guerra Mundial, sobre todo por directores como René Clair, con quien mantuvo una relación epistolar. Un montaje confeccionado para la muestra, La barraca del cine, recopila escenas de algunas de estas películas, desde Cero en conducta (1933), de Jean Vigo, hasta títulos más olvidados pero que para él supusieron toda una revelación, como el Don Quichotte (1933) de G. W. Pabst.

También podemos admirar algunos de los juguetes ópticos que atesoraba, como un patheorama o un ombro-cinéma de sombras chinas con la efigie de Charles Chaplin, un director al que Berlanga llegó a enviar un guion con la propuesta de que lo protagonizara. Chaplin, como se puede ver en la carta de respuesta, rechazó el ofrecimiento con el argumento de que solo intervenía en los filmes que él mismo escribía. El valenciano mantuvo contacto con otros miembros de la familia Chaplin, de la cual se muestra la recopilación de felicitaciones navideñas, entre ellas una dibujada por Oona Castilla Chaplin, hija de Geraldine y nieta de Charles.

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La Guerra Civil y la obra de Berlanga

La sala “Episodios nacionales” se adentra en la relación del director con la historia de España y en cómo esta se convierte en un eje central de su filmografía. Podemos leer un mecanuscrito del 19 de abril de 1939 en el que, con 18 años, Berlanga plasma el impacto que la Guerra Civil tuvo en una familia acomodada como la suya. Según la comisaria, Sol Carnicero, el peso del conflicto bélico marca la obra de Berlanga, que convierte parte de su filmografía en un grito de alerta para que no se repita un hecho similar, una preocupación que se pondría de manifiesto en la intención de sacar adelante La vaquilla (1985) ya desde el año 1948.

Pero la censura no dejó de ponerle trabas. También cuando quiso convertir en películas otros episodios de la historia de España, como el de la bomba de Palomares, en uno de los diez guiones que no llegó a rodar y a los que podemos echar un vistazo. Más conocida es la participación del cineasta en la División Azul, experiencia de dos años de la que guardó varios recuerdos que pueden descubrirse en la exposición, desde tabaco y cajas de cerillas hasta las cartas a su familia. Igualmente, se recoge la notificación de El Pardo en que lo avisan de que Franco se dispone a ver Esa pareja feliz (1953), su primer largometraje, que codirigió con Juan Antonio Bardem. Después del estreno de El verdugo (1963), el dictador llegó a tachar al cineasta de “mal español”.

Berlanga se consideraba “mal preparado para este mundo del cine”. Pero las salas que recorren su trayectoria profesional ponen en evidencia su formación en este campo, en el entonces llamado Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas, que se convertiría posteriormente en la Escuela Oficial de Cinematografía. Y su participación y vínculo irregular —porque no le gustaba atarse a ninguna institución ni a ningún partido— con eventos como las Conversaciones de Salamanca o la Filmoteca Española, de la que ejercería de presidente. Como tal, recibió una carta del año 1981 de Josep Tarradellas, también expuesta, en la que el expresidente de la Generalitat ofrecía el fondo de películas sobre la Guerra Civil que había preservado durante su exilio en Francia.

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En otras vitrinas, se exhiben storyboards o las listas con primeras ideas de casting de sus filmes, que permiten descubrir, por ejemplo, que había pensado en Gila como primera opción antes que en Cassen para el papel protagonista de Plácido (1961). O disfrutar del álbum de fotos del rodaje en Manresa de esta cinta que le montó y regaló el cineclub de la capital de El Bages. En el centro de este recorrido destaca la reconstrucción del cine Atlántico, la sala a la que acuden los protagonistas de Esa pareja feliz, a quienes encarnan Fernando Fernán Gómez y Elvira Quintillá.

La exposición desemboca en una última sala presidida por una falla que ha construido especialmente para la ocasión el escenógrafo Carles Berga, en homenaje a la valencianidad del director de Moros y cristianos (1987). Interior Berlanga. Cine, vida y humor se extiende más allá de la muestra con una serie de actividades que nos invitan a reflexionar en torno a la condición berlanguiana del país, de la vida y, al fin y al cabo, de todo el mundo.

Interior Berlanga. Cine, vida y humor

CaixaForum. Hasta el 20 de abril de 2025.

Exposición creada a partir de la catalogación y digitalización del archivo particular de Luis García-Berlanga, que, por primera vez, se muestra al público. Comisariada por Sol Carnicero y Bernardo Sánchez Salas.

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