“No somos machos, pero somos muchas”
- Libros
- Pliego de cultura
- Ene 19
- 5 mins
Es fascinante la alegría transgresora que transmiten las fotografías recopiladas en este exhaustivo repaso de la Barcelona queer desde principios del siglo XX hasta hoy. Todas las fotografías muy diferentes pero con un hilo que las recorre: las protagonizan personas que se atreven a vivir y amar tal como son y como quieren, y no como marcan las normas de la sociedad de la época. Gent de ploma i marabú es un libro sobre ser rebelde por el simple hecho de quiere existir sin perder la identidad: es la historia de esta lucha.
Empiezo hablando de la belleza. De una belleza que salta a la vista desde la portada y cuando lo ojeas por primera vez: este libro es precioso. Cuando se hace una reseña literaria, a menudo se tiene en poco la formalización, el diseño. En el caso de Gent de ploma i marabú, escrito por Thais Morales y Carme Pollina y editado por el Ayuntamiento de Barcelona, sería una barbaridad no hacer una mención especial a la excelente labor que ha realizado el diseñador Roger Adam para pensar gráfica y objetualmente el conjunto de textos y fotografías que conforman este exhaustivo repaso de la Barcelona queer desde principios del siglo XX hasta hoy. La división a dos colores (rosa pálido y blanco) de cada página, la disposición del material gráfico y textual, la identidad tipográfica, el mapa y el desplegable, todo ello hace que sea una delicia tenerlo entre las manos.
Y sigo hablando de su belleza. De una belleza que por primer vez se nos muestra como tal: es fascinante la alegría transgresora que transmiten las fotografías recopiladas —extraordinario trabajo de documentación de Marta Delclòs a partir de más de una veintena de archivos—, que muestran escenas en blanco y negro del Barrio Chino de los treinta, espectáculos que rezuman excitación, manifestaciones o las fiestas multitudinarias actuales. Todas muy diferentes pero con un hilo que las recorre: las protagonizan personas que se atreven a vivir y amar tal como son y como quieren, y no como marcan las normas de la sociedad de la época. Gent de ploma i marabú es un libro sobre ser rebelde por el simple hecho de quiere existir sin perder la identidad: es la historia de esta lucha.
Thais Morales y Carme Pollina se saben la ciudad de los pies a la cabeza, y, sobre todo, el Raval, génesis de la movida LGBT+: desde el año 2015 organizan rutas para explicar la relación geoemocional de este colectivo con la ciudad. Este libro es un documento de ello, y muy necesario, porque, así como la época de antes de la guerra está muy bien explicada en el libro de Paco Villar La Criolla. La puerta dorada del Barrio Chino (Comanegra, 2017), Gent de ploma i marabú traza una panorámica que da mucha información sobre otros momentos clave de la historia del colectivo LGBT+ en Barcelona, como por ejemplo el período 1977-1997, que es el de la batalla por los derechos y la construcción de diversos epicentros del ambiente que acabarían desembocando en la creación del Gaixample. Es muy loable el esfuerzo de las autoras por reivindicar el papel de las mujeres, lesbianas y trans —demasiadas veces las siglas LGBT+ acaban enmascarando una sola G—: su ímpetu es crucial, desde el colectivo graciense La Nostra Illa, con más de cuarenta años de activismo, la empresaria Mer, la deportista y anarquista Ana Maria Martínez Sagi o la editorial y local feminista La Sal, entre tantas otras.
Capítulo tras capítulo, conoceremos el primer bar de ambiente de Barcelona (Cal Sacristà, abierto en 1929 en el Barrio Chino) y salas de fiestas como el Gambrinus, que en 1968 “supuso un renacimiento del transvestismo que había dado tanta fama al barrio durante la Segunda República.” Veremos a Trotsky y a su mujer en el reservado del mítico La Criolla con la estrella trans Flor de Otoño, y viviremos el esplendor del Paral·lel, con su incesante desfile de divas en el escenario de El Molino. Nos estremecemos al enterarnos de la existencia del Pabellón de Clasificación de Montjuïc, una especie de centro de internamiento de delincuentes y homosexuales en los años treinta donde ahora están los jardines de Joan Maragall. Reviviremos el cabaret Barcelona de Noche y las noches en que Madame Arthur enamoraba a Fellini mientras Paco España soltaba frases tan míticas como “No somos machos, pero somos muchas” (hoy es la infausta comisaria de Nou de la Rambla). Asistiremos al despuntar de Bibi Andersen o Pavlovsky, gritaremos bien fuerte con los activistas de la primera manifestación LGBT+ del Estado en 1976, saldremos de juerga con Ocaña y recordaremos la Bodega Bohemia y los inicios de El Cangrejo con Gilda Love, Carmen de Mairena o el Gran Gilbert. Las autoras nos acompañaran por la Gràcia de los ochenta (la malograda Martin’s abrió en 1985 cuando la Riera de Sant Miquel estaba llena de locales de ambiente), por Sant Gervasi, donde las chicas empezaron a tener puntos de encuentro con tanta solera como el Member’s, el Daniel’s, el Patmos, Bahia o La Rosa, y nos explicarán la eclosión del Gaixample en los noventa (Satanassa y Metro abren en 1989, Punto en 1990 y Arena en 1996).
Gent de ploma i marabú es un paseo minucioso, sorprendente y emocionante, por un siglo de historia LGBT+ barcelonesa, un libro que indaga para reivindicar las entrañas de lentejuelas de esta ciudad que siempre ha sido puerto en ebullición.
Gent de ploma i marabú
Autoras: Thais Morales i Carme Pollina
Edita: Ajuntament de Barcelona
232 páginas
Barcelona, 2018
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