Navarra y Buades, dos voces necesarias en el mundo educativo actual
- Libros
- Pliego de cultura
- Feb 20
- 4 mins
A veces da la impresión de que la enseñanza, en muchos sentidos, no evoluciona y va a la deriva, que todavía estamos muy atrasados. En estos dos libros se habla con conocimiento, con realismo y desde la primera línea de actuación, del estado actual de la educación en nuestro país sin entrar en derrotismos.
En el siglo xvii, el artista holandés Jan Steen pintó unos cuadros con la escuela como tema. Mirando las escenas, es fácil ver una voluntad clara de presentar de manera crítica la vida cotidiana en una escuela de su tiempo. Vemos a niños y niñas escribiendo, durmiendo o jugando; vemos a maestros que enseñan con paciencia y a otros que parecen superados; vemos a clases gamberras y vemos también a un maestro a punto de pegar en la mano a un niño travieso. Son pinturas que hablan de otra época, pero que enseñan que la educación de las generaciones que tienen que ser el futuro siempre ha sido, afortunadamente, tema de análisis y de debate.
Han pasado casi 400 años desde entonces. Ya hemos entrado en el siglo xxi, y vivimos una revolución, la tecnológica, que lo está cambiando casi todo y de forma acelerada. Todo cambia, el mundo y nuestra manera de vivir, pero a veces da la impresión de que la enseñanza se asemeja demasiado a la de hace cuatro siglos, y que en muchos sentidos va a la deriva. Por eso es bueno leer voces como las de Buades y Navarra, que hablan con conocimiento, con realismo y desde la primera línea de actuación, del estado actual de la educación a nuestro país. Y subrayo “primera línea”, porque demasiadas veces se han tenido que llevar a cabo ideas y proyectos de mentes demasiado alejadas de nuestro día a día.
En este sentido, Devaluación continua, de Andreu Navarra, y Educar, per a què?, de Joan Buades, ofrecen dos visiones complementarias, y en algunos puntos coincidentes, sobre todo cuando examinan la escuela en un contexto actual en que parece que todo se acaba —la modernidad, la historia, las ideologías y las revoluciones—, en palabras de Marina Garcés, pensadora que los dos autores citan en varias ocasiones. Tanto Buades como Navarra critican la enseñanza entendida como un producto que debe ser rentable, rechazan la excesiva burocratización en la que se encuentra ahora inmerso el profesorado, hablan de la desmotivación que a menudo sufre y se distancian de la creciente exigencia de que la clase sea más un espacio lúdico que un lugar de aprendizaje.
Lo que reivindica Andreu Navarra es el trabajo bien hecho del profesor entusiasta que sabe y que sonríe, que es positivo y que ofrece confianza.
Navarra, como él mismo afirma al principio de su ensayo, perfila el libro como una presentación de aquellos problemas incómodos que parece que no existan, pero a los que se debería encontrar una solución. Ante esta realidad “incómoda”, con ejemplos reales y siguiendo, entre otros, argumentos del pedagogo Gregorio Luri y de la hispanista sueca Inger Enkvist, experta en las consecuencias de la aplicación de las últimas innovaciones en el mundo educativo, realiza una defensa vehemente de la memoria, del hecho de aprender, de los contenidos y no tanto de las competencias, de la responsabilidad, del respeto. Pero sobre todo lo que reivindica Navarra es el trabajo bien hecho del profesor entusiasta que sabe y que sonríe, que es positivo y que ofrece confianza a su alumnado para que salga adelante.
Joan Buades propone un nuevo planteamiento para hacer de la escuela un lugar que pueda “oxigenar” con éxito los nuevos paradigmas sociales.
Buades hace un ensayo mucho más ideológico, pero con los pies en el suelo. Afirma que ante la realidad cambiante de nuestro mundo y ante los graves problemas que atribuye a una deriva neoliberal (abandono escolar, desigualdad social, desmotivación del profesorado, poca democratización de los centros), es necesario un nuevo planteamiento para hacer de la escuela un lugar que pueda “oxigenar” con éxito los nuevos paradigmas sociales. Defiende un enfoque que valore nuestra lengua y cultura y que impregne al alumnado de la idea de diversidad, de cooperación, de fraternidad y de interculturalidad. Reivindica una enseñanza que defienda realmente a la mujer y que se entregue de lleno a trabajar por la seguridad climática. Y también sostiene, con pasión y con la ayuda de Vandana Shiva, ecofeminista india, el biocentrismo, la defensa del planeta entero y de todas sus especies.
Devaluación continua y Educar, per a què?, dos miradas innovadoras, actuales y necesarias que critican, como hizo Steen, el mundo educativo actual, pero que claman por un mundo que tenga la enseñanza como uno de los pilares más sólidos.
Educar, per a què?, Joan Buades
— Més Llibres, 136 páginas —
Barcelona, 2019
Devaluación continua, Andreu Navarra
— Tusquets, 288 páginas —
Barcelona, 2019
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