La pintura al borde del precipicio
- Exposiciones
- Pliego de cultura
- Mar 21
- 7 mins
La Fundació Vila Casas reúne por primera vez toda la obra de Vicenç Viaplana en la exposición Vicenç Viaplana. Los lugares de la pintura. Esta retrospectiva nos permite conocer un proceso meticuloso de cuarenta años de oficio que considera la práctica pictórica como una búsqueda en sí misma que no termina en la superficie del cuadro, sino que va más allá.
En estos últimos años son pocas las veces que me he encontrado con exposiciones que me transporten de una forma tan clara como lo hace la exposición Vicenç Viaplana. Los lugares de la pintura. Para aquellos que procedemos de los estudios de Bellas Artes de principios de los noventa, las primeras obras que encontramos en la exposición nos pueden resonar e interpelar porque nos hacen regresar al taller, a la materia y a una época en la que algunos estábamos bastante desorientados. Un momento en el que parecía que a la pintura no le quedaba mucho por decir, en el que algunos también ardíamos ante los nudos de un sistema del arte cerrado, lleno de egos y retóricas vacías. Recuerdo cómo, ante la desorientación que vivíamos en los talleres de pintura de la facultad, disponíamos de dos recursos fundamentales para dar sentido a lo que hacíamos: la retórica (era muy importante saber argumentar) y el personaje (la gama de recursos estéticos y/o performáticos que daban valor añadido a la obra). También recuerdo como entonces, ante lo que implicaba enfrentarse a la complejidad del lenguaje pictórico, muchos optamos por otros lenguajes, como el vídeo o la performance, que nos permitían escapar de esa soledad e incertidumbre que parecía estar unida al hecho de pintar. Pero Vicenç Viaplana se quedó con el compromiso desde una posición firme; y ahora, en esta exposición, nos muestra claramente cómo, afrontando lo que muchos no nos atrevíamos a afrontar, ha sabido darle la vuelta a todo y transformar un pretendido fin de la pintura en un lugar.
En esta exposición, el autor ha sabido darle la vuelta a todo y transformar un pretendido fin de la pintura en un lugar.
Los comisarios Àlex Susanna y Natàlia Chocarro han reunido por primera vez toda la obra del artista en una exposición que ocupa los Espais Volart de la Fundació Vila Casas. Esta retrospectiva nos permite conocer un proceso meticuloso de cuarenta años de oficio que considera la práctica pictórica como una búsqueda en sí misma que no termina en la superficie del cuadro, sino que va más allá. En este recorrido vemos el proceso de afrontar plenamente el lenguaje pictórico para conducirlo hacia un lugar actual y, a la vez, único. Un proceso que nos demuestra que ir a fondo, con compromiso, desde la materia, no es una evasión sino un acto de escucha.
Sin referentes ni certezas
En un recorrido ordenado cronológicamente en siete ámbitos, el artista nos conduce poco a poco hacia un espacio atmosférico, un espacio sin referentes claros ni certezas. Un espacio en el que la realidad se encuentra desdibujada y en la que se fusiona lo pequeño y lo grande, lo minúsculo y lo inmenso, lo interior y lo exterior. Un lugar en el que el medio se hace presente y en el que la pintura ya no muestra ni concreta, sino que más bien se abre para transmitir un estado en un aparente no-lugar. Este estado transmitido por el artista en sus obras me recuerda a esos momentos en los que, relajando la vista, difuminando la mirada, te detienes y, sin pensar en nada, en una aparente mirada fija desdibujada, te encuentras, por unos instantes, fuera del espacio y del tiempo. En las pinturas de Viaplana sientes cómo se abandona el reconocimiento y se abre un espacio de difusa calma que implica una expansión de la mirada. De este modo, ya no es mediante la apariencia de las cosas sino mediante una estructura profunda que el artista habla con tiempo y espacio. Y desde aquí lo comprendo cuando dice que la tercera dimensión que encontramos en los cuadros se pierde en la pintura fotografiada. Porque la relación directa con el cuadro es necesaria para crear un diálogo vivo, un encuentro que posibilita la comunicación silenciosa y sutil de la materia.
En la atmósfera construida por el pintor, más allá de la idea, encontramos una exploración meticulosa que exige tiempo, silencio y conocimiento profundo de la materia.
Viaplana sostiene que “una buena pintura debe llevarnos siempre al borde del precipicio. Nos sitúa en el lugar preciso en el que la mente ha desconectado del pensamiento”. En la atmósfera construida por el pintor, más allá de la idea, encontramos una exploración meticulosa que exige tiempo, silencio y conocimiento profundo de la materia. Así es cómo logra que las obras hablen por sí mismas.
Cabe decir que los espacios de la Fundació acompañan la extensa obra del artista, haciendo posible el tránsito entre varios períodos en un recorrido que se transita en el espacio de dos plantas (uno arriba y otro abajo) y que, de forma explícita o sugerida, incluye los cuatro elementos: fuego, aire, agua y tierra. Esta última, la tierra, está presente en una serie de obras realizadas en medio del bosque junto a la montaña del Sui, en un momento en el que aquí, en Cataluña, vivíamos toda la represión y la lucha por decidir un futuro en libertad. En este momento, el artista se pregunta: “¿Puede una obra que aparentemente contiene un convulso conjunto de plantas reflejar una dramática situación política?”. Os recomiendo escuchar la entrevista proyectada en la sala situada al final de la exposición, en la que también se muestran fragmentos del proceso de trabajo. En este espacio, una vez más, se explicitan la actitud y el compromiso (con uno mismo, con los demás y con la pintura) que ha llevado a Vicenç Viaplana tan lejos y, a la vez, tan cerca.
Vicenç Viaplana. Los lugares de la pintura se puede visitar en la Fundació Vila Casas, Espais Volart, del 22 de enero al 9 de mayo. El próximo mes de marzo el artista presenta el cuadro de gran superficie que ha realizado en el Museu d’Art de Granollers acompañado de una banda sonora compuesta por el músico Ramon Solé (Vicenç Viaplana. Pintant a la 4a planta. Del 25 de marzo al 9 de mayo). En Girona, en el Centre Cultural la Mercè, se podrá visitar la exposición Vicenç Viaplana. La iluminación verdadera no brilla. Y, en Barcelona, en la galería Marc Domènech, la exposición Vicenç Viaplana. Cadències. 1970-2000.
Vicenç Viaplana. Los lugares de la pintura
Vicenç Viaplana
Fundació Vila Casas.
Espais Volart, del 22 de enero al 9 de mayo
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