La esperanza contra el miedo
No es casualidad que en los últimos años nos lleguen tantas distopías apocalípticas en las propuestas literarias y cinematográficas. Ni que el catastrofismo y la polarización hayan anidado en el discurso político hasta cambiar el prisma a través del cual contemplamos la realidad. El mundo está a punto de derrumbarse. Este marco mental cataliza y amplifica al mismo tiempo el malestar que provocan los cambios de nuestro tiempo. En la realidad distorsionada de la ficción y las redes todo son llamas, y esto nos condiciona, con la dificultad añadida de que las palabras están perdiendo su significado: tanto pueden querer decir una cosa como la contraria.
Afrontamos dos grandes órdenes de problemas. Por un lado, los materiales, derivados de las crisis del metabolismo de la Tierra —como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, las carencias de agua, las crisis urbanas y las grandes migraciones— y los que provocan los cambios tecnológicos que transforman nuestro mundo. Por el otro, el miedo y la incertidumbre que todo esto genera en la ciudadanía, y que los enemigos de la democracia aprovechan para socavar sus cimientos. Obviamente, estos dos órdenes están interrelacionados y donde más intensamente se expresan es en la ciudad.
El miedo al futuro genera nostalgia del pasado. Pero el mundo que el discurso reaccionario pretende rescatar no es ninguna Arcadia idílica perdida, sino una nueva ley de la selva que no es más que la ley del más fuerte. Los términos parecen invertirse: ahora, las fuerzas conservadoras y reaccionarias son cada vez más antisistema, y las fuerzas progresistas luchan por conservar: preservar la naturaleza, preservar el estado del bienestar, preservar el sistema legal e institucional que hace avanzar la justicia social… Libertad, igualdad, fraternidad… ¿Qué queda de los valores de la Ilustración? Tenemos la percepción de que la propia democracia peligra, atravesada por las múltiples fracturas del presente. Todo se reduce, en realidad, a un combate entre la esperanza y el miedo.
Los autores que encontraréis en las siguientes páginas reflexionan sobre algunas de estas cuestiones. Todos ellos participan en la Bienal de Pensamiento, que, bajo la idea “El mañana de todo”, convertirá la ciudad de Barcelona, entre el 8 y el 13 de octubre, en el escenario de un gran y necesario debate.
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