La Barcelona lésbica en viñetas

El dibujo de un rincón del Paral·lel donde dos mujeres se dan un beso con el Teatre Arnau de fondo, sazonado con la sal del título, Darrere les persianes. Es la puerta de entrada a una historia gráfica que visibiliza en viñetas la memoria de la Barcelona lésbica de parte del siglo xx.

Esta obra, idea de Maria Giralt, ejecutada por la pluma de Isabel Franc y con los dibujos de Rosa Navarro, es una propuesta para recuperar a los referentes del lesbianismo en nuestra ciudad. Parece mentira que, con la cantidad de mujeres que aparecen en este libro, y con la cantidad de nombres que nos han puesto, hayamos podido ser tan invisibles.

Darrere les persianes, expresión que tiene su origen en la primera manifestación LGTBIQ+ de España, en 1977, usa como excusa a dos estudiantes que están realizando el trabajo de fin de máster sobre la historia del lesbianismo en Barcelona. A partir de esta idea, el cómic hace arqueología lésbica en los centros de documentación y recupera a mujeres lesbianas que, de no haber sido por la Guerra Civil y la dictadura franquista, habrían sido referentes de varias generaciones.

De los años treinta, la obra restituye, por ejemplo, a dos pioneras del periodismo, como Irene Polo, lesbiana declarada, amiga de Xirgu y admirada profesionalmente por sus colegas masculinos —entre ellos, el cronista Sempronio—, y Anna Maria Martínez Sagi, reportera, poeta y deportista, con una vida trepidante, bautizada por el periodista César González-Ruano como “la virgen del stadium” y que se enamoró de otra escritora, Elisabet Mulder.

De los años de la posguerra, las alumnas encuentran, tras visitar Ca la Dona, un artículo indispensable de Matilde Albarracín, “Libreras y tebeos, las voces de las lesbianas mayores”, que recoge testimonios que explican las estrategias de las mujeres “del asunto” para sobrevivir durante la dictadura.

Portada del libro Portada del libro

Del franquismo, las dos jóvenes del siglo xxi aprenden que persecución de la homosexualidad fue obsesiva y perversa, primero con la “Ley de vagos y maleantes” y, después, con la “Ley sobre peligrosidad y rehabilitación social”, que no solo penaba las prácticas homosexuales sino también la orientación sexual, por lo que cualquier persona sospechosa de tendencias “anormales” podía ser detenida sin haber cometido ningún acto determinado.

Fue el caso de Elena N. G., detenida en Barcelona en el año 74 “por actitud sospechosa utilizando vestimenta masculina”. La protesta del 26 de junio de 1977 en Barcelona —ilustrada con imágenes inspiradas en las fotografías que captó Colita— marcó un antes y un después.

Un relato para cambiar el sistema

El libro también da visibilidad a referentes vinculadas a organizaciones y asociaciones de lucha por los derechos de las lesbianas, como el Casal Lambda. Y recoge muchos más nombres de mujer, como Gretel Ammann, que lideró el lesbianismo separatista y creó, junto a su compañera, Lola Majoral, el Centro de Estudios de la Mujer; las creadoras de la editorial LaSal, que dieron impulso a la literatura de temática lésbica; la activista feminista Empar Pineda, o Maria Giralt, que trabajó en el mítico bar Daniel’s y que es un referente de emprendimiento. Tiene un mantra que la define y que no se cansa de repetir: “¡Las lesbianas hacemos cosas!”.

El viaje en el tiempo de Darrere les persianes nos lleva hasta los noventa y los 2000, cuando las lesbianas, que ya tenían una ruta de locales y vida nocturna por Barcelona (Members, Patmos, Bahía, Imagine…), empezaron a tener presencia en la cultura. En 1993 Rosa Montero firmó un artículo sobre lesbianas, que fue portada en el dominical de El País; en 1994 abrió Cómplices, la primera librería LGTBIQ+ de España, junto a Berkana (Madrid), que montaron la editorial Egales y que publicaron todo un clásico, Con pedigree, de Isabel Franc (que firma como Lola Van Guardia); en 1997 abrió Antinous, y cinco años más tarde, en 2003 (dos años antes de la aprobación del matrimonio homosexual), rompiendo armarios, se publicó el primer libro de autoayuda para lesbianas, Más que amigas, de Jennifer Quiles.

Darrere les persianes pone el punto final con una frase que es una sentencia y un aprendizaje: “Tener el relato es una forma de cambiar el sistema machista y patriarcal. Con nuestras plumas dibujamos nuestra propia memoria… para que nunca haya olvido”.

Darrere les persianes.
Isabel Franc y Rosa Navarro
Ayuntamiento de Barcelona
Colección ‘Barcelona, Memoria en viñetas’, 2024
96 páginas

El boletín

Suscríbete a nuestro boletín para estar informado de las novedades de Barcelona Metròpolis