Ellas también estaban allí
- Pliego de cultura
- Tendencias
- Jul 24
- 20 mins
Este 2024 se celebra el centenario del nacimiento de la primera emisora de radio que emitió en España, Ràdio Barcelona. A esta larga historia de éxito han contribuido muchas mujeres que han luchado por alcanzar presencia y prestigio. Sin embargo, todavía hoy los hombres siguen ocupando despachos y franjas matinales, y presentan programas con mayor presupuesto y equipo.
Para reconocer la aportación de las mujeres a la radio, el proyecto “Dones a les ones” ofrece un espacio multimedia con un banco de voces que recoge alrededor de 400 mujeres radiofonistas. Todas ellas han contribuido a mantener vivo este medio de comunicación en los cien años transcurridos desde la inauguración de la radio en nuestro país.
La gente de Barcelona observa con curiosidad cómo en la azotea del hotel Colón de la plaza de Catalunya se han instalado unas altísimas antenas que difundirán los sonidos de un nuevo invento: la radio. El 14 de noviembre de 1924 se inaugura la emisora Radio Barcelona con el indicativo oficial de EAJ1. Empieza así un medio de comunicación que ha resultado primordial no solo en el ámbito de la radiodifusión, sino también en el de la política y la sociedad.
La radio nace en plena dictadura de Miguel Primo de Rivera, régimen que obliga a emitir con censura informativa, en español y otorgando un papel secundario a la presencia femenina. La historia de la radio ha tenido que convivir con dos dictaduras, una república, una guerra civil, una transición y una democracia. En cada una de estas etapas históricas, el medio se ha adaptado a las exigencias políticas, económicas y sociales de la época, y las radiofonistas han tenido que lidiar con las normativas de género que iban implícitas.
Las voces que han hecho historia. Pioneras
Una de las primeras voces que se escuchó por la radio fue la de Maria Sabaté, la secretaria del director, que en 1924 hacía las pertinentes pruebas de sonido. Luego se encargó de leer los anuncios publicitarios de las empresas que daban su apoyo a la emisora.
La primera locutora no llega hasta 1926, y es Maria Cinta Balagué, a la que se encarga conducir el programa femenino. Esa chica culta, con buena voz y dicción, comienza el programa con el pseudónimo Salus, y un tiempo después lo abandonará para aparecer con su nombre. Precisamente, en el programa Radiotelefonía Femenina, del 27 de mayo, Balagué da paso a una voz importante de ese momento, Carme Karr, escritora y periodista, que lee su manifiesto: “A las mujeres. Lo que es Acción Femenina”.
Ese año también comienza a operar como técnica de emisión María Ángeles Fernández, la sobrina del director, Joaquín Sánchez Cordovés. Gracias a ese parentesco, su tío le enseña el funcionamiento técnico de los aparatos y ella se inicia en las operaciones de control de sonido a los 22 años. Fernández se mantendrá en activo en la emisora durante 38 años, hasta 1965, cuando se jubila como encargada de emisiones, una larga trayectoria distinta de la primera locutora: Maria Cinta Balagué condujo el programa femenino durante pocos años, quizá porque desde 1917 ya trabajaba en el Departamento de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona.
Locutoras republicanas
Hasta la década de los treinta, con la proclamación de la República, no aparece la primera y única periodista de la época, Maria del Carme Nicolau, redactora jefa de la revista La Dona Catalana. Nicolau comienza como locutora en Ràdio Associació de Catalunya, pero en 1932 es contratada por Ràdio Barcelona como auxiliar de los servicios informativos. Redacta las noticias y conduce el informativo del mediodía, que ella catalaniza como La Paraula. En un interesante ejercicio de transversalidad, introduce en el mismo contenedor informativo un espacio dirigido a la audiencia femenina, el programa Radio Fémina, y le adjudica el mismo rango de importancia que a las llamadas noticias generalistas.
La República abre rendijas de libertad que las mujeres aprovechan para ampliar las posibilidades de trabajar y estudiar, y, sobre todo, para atreverse a hacer cosas impensables en la época de la dictadura. El invento de la radio fascina a muchas jóvenes que se sienten atraídas por el medio y se acercan a las emisoras que han ido surgiendo por toda Cataluña para probar cómo suena su voz a través de las ondas.
Cuando en 1934 se publica la Guía de locutores de las emisoras de radio de toda España, en el territorio catalán hay muchas más emisoras per cápita que en el resto del país y también una mayor presencia de mujeres ante los micrófonos. La guía recoge 49 estaciones de emisión en toda España, de las que 9 son catalanas. Si establecemos en porcentajes la presencia de locutores y locutoras, encontramos que en España las mujeres representan el 52,5%, mientras que en Cataluña las locutoras alcanzan el 81,8%. Esto demuestra cómo, en la mayoría de estas nueve emisoras, cuentan con una o más radiofonistas desarrollando las tareas de locución.
Es lícito pensar que la situación profesional de las locutoras durante los años treinta del siglo pasado estaba suficientemente consolidada, con nombres conocidos y queridos por la audiencia como Rosa Cotó, en Ràdio Barcelona, o Rosalia Rovira, en Ràdio Associació, dos actrices, dos auténticas estrellas a quienes la llegada del franquismo no solo apagó, sino que castigó con el silencio, alejándolas del micrófono y de cualquier trabajo que tuviera que ver con la radio o el teatro.
Cae un telón oscuro
En los primeros años de franquismo las emisoras vuelven al español. Algunas radiofonistas, como Maria Tersa, que había sido locutora de Ràdio Lleida y de Ràdio Girona, deciden dejarlo, y otras, como Antolina Boada, en Ràdio Terrassa, o Francina Boris, en Ràdio Associació de Barcelona, transitan desde la época de la República hasta la de la democracia. Boada dejó la emisora del Vallès en 1976, y Boris, tras una época en la que fue retirada del micrófono, regresó a la radio de Girona, donde permaneció en activo hasta los 87 años.
La programación de estos oscuros años se nutre de religión, propaganda y entretenimiento en lengua española; el catalán queda desterrado de los espacios públicos y reducido a la comunicación familiar. Los concursos de todo tipo representan una forma de distracción que fideliza a la audiencia y evita complicaciones con la censura. Los programas infantiles, que ya se habían popularizado durante el periodo republicano, aparecen de nuevo en antena a través de personajes simpáticos como Maginet, que será habitual de los espacios dedicados a la beneficencia y que recibirá varios nombres según la emisora; y Pau Pi, acompañado de Pilar Montero formando un tándem de éxito en la radio, primero en la calle de Casp y, después, como Paulinet, en la emisora de la Rambla, desde donde se hacen programas de cara al público en la sala Mozart.
Enriqueta Teixidó es una de las grandes voces de EAJ1: actúa como locutora y como narradora, y, cuando conviene, también canta y toca el piano. Ella es quien presenta el famoso programa de Antonio Losada Recortes de prensa, es quien recita en las sesiones abiertas al público que se retransmiten desde la sala Mozart y quien presenta muchos programas a lo largo de los casi cuarenta años que pasa en la emisora. Un detalle curioso: fue la primera locutora de España que, junto a Enrique Fernández, actuó como presentadora en las pruebas de televisión realizadas en la Feria de Muestras de 1948.
Durante el franquismo, la mayor parte de las locutoras quedan reducidas a los espacios de música, donde presentan el Disco solicitado o Disco dedicado.
La caja de música
La mayor parte de las locutoras quedan reducidas a los espacios de música, donde presentan el Disco solicitado o Disco dedicado, y llenan horas de emisión con la música y las palabras que piden quienes pagan el durillo que cobra la emisora. Locutoras como Maria Escrihuela o Maria Costa, en Ràdio Badalona; Luz Acero, en Tortosa; o Isabel Freixinet, en Reus, entre otras muchas, ejercieron durante años de disc jockeys avant la lettre, una especialidad como presentadoras de música que no se les reconoció cuando, en los años sesenta, llega el formato de Los 40 principales. La Ser consideró que la voz femenina no resultaba lo suficientemente convincente para presentar las novedades discográficas y tuvo que pasar más de una década para que las locutoras pudieran hacerlo.
Y hablando de música, hay que mencionar Radio Juventud, una de las emisoras que más revitaliza la radio en aquellos años sesenta y setenta en Cataluña. Cuando Radio Unión adjudica a Radio Juventud la Estación Escuela número 15, aquella modesta estación que había empezado en 1951 en Sant Just Desvern y en Esplugues de Llobregat, se traslada a Barcelona y se convierte en una escuela abierta a todo el mundo. Este espíritu convierte a Radio Juventud en el punto de arranque de otras formas de hacer radio, de estilo más moderno y desenvuelto, con jóvenes que improvisan y que se dirigen a las nuevas generaciones saltándose el guion, a diferencia de lo que era habitual en la radio sometida a la censura de la época. Locutoras como Pilar Matos, Maribel Álvarez o Mari Cruz Román, entre otras muchas, llenan con sus voces y espontaneidad aquel dial, y la emisora opera como estímulo y trampolín para otras, como una jovencita Elisenda Roca, que se inicia en Radio Juventud para seguir después una exitosa carrera profesional.
El teatro radiofónico
Otro de los elementos que configuraron aquellas décadas de los cincuenta, sesenta y la primera mitad de los setenta fueron las producciones de dramáticos, unos espacios de radioteatro que se hicieron populares en muchas emisoras. En las de la capital, como Ràdio Barcelona, Radio Nacional y Radio España, tenían contratado su propio cuadro artístico, formado por actores y actrices profesionales, así como directores y guionistas. Entre las que se dedicaban a la adaptación de obras clásicas y modernas, se puede contar a Amanda Camps o Cecília A. Màntua, en Ràdio Barcelona; Mari Carmen García Lecha, en Radio Nacional; u Odette Pinto, en Radio España. Actrices como María Victoria Durá y Ángela Liaño, en Teatro invisible, de Radio Nacional; Encarna Sánchez, que, junto a Isidro Sola, eran una pareja de éxito en Ràdio Barcelona; o Núria Cugat y Luis Posada, en Radio España, triunfaban en las emisiones del popular radioteatro.
Los consultorios
Algunos formatos dirigidos a la audiencia femenina han tenido éxito y se han mantenido más de cuatro décadas en antena, como los consultorios sentimentales, que empezaron en la época republicana y terminaron bien avanzada la democracia. Maruja Fernández haciendo de Elena Francis despide el espacio en 1984 en Radio Peninsular, y Mercedes Laspra interpreta a Montserrat Fortuny desde 1939 hasta 1981, aunque el consultorio permanece en Radio España / Cadena Catalana hasta 1986. Seguramente ha sido el formato más longevo de la radiodifusión.
Durante muchos años, las respuestas a las consultas que las oyentes enviaban a las supuestas consejeras se fueron amoldando al discurso hegemónico, basado en la concepción nacionalcatólica que establecía para cada sexo los roles de género y las normas de conducta que propugnaba la ideología del régimen. Exceptuando algunos cambios que se fueron produciendo a partir de la Transición, puede decirse que, durante las casi cuatro décadas de franquismo, la programación radiofónica en general y los consultorios en particular se constituyeron en cómplices perfectos del patriarcado.
Transición, otra radio
Con la Transición y la llegada de la democracia, la programación recibe una sacudida y los perfiles radiofónicos se modifican. La eliminación de la censura y de la exclusividad informativa del Estado, que había durado 38 años (1939-1977), permite crear los servicios de noticias y, como consecuencia, muchas periodistas aterrizan en la radio, como Anna Comas (R4) o Núria Ribó (la Ser); y algunas locutoras se convierten en editoras y presentadoras de sus propios programas, como Adelina Castillejo o Montserrat Minobis.
Las radios libres y las emisoras municipales son un soplo de aire fresco que propicia una comunicación radiofónica más abierta, en la que las voces de la audiencia entran por antena a través del teléfono, favoreciendo así que otros profesionales procedentes del movimiento de radios libres y locales aporten nuevos temas y enfoques. Estos ejemplos crean espacios y la dan una vuelta a la rígida radio convencional, que afloja los corsés del guion y del lenguaje.
Nuevas emisoras en catalán
Otro de los fenómenos que permite la democracia es la creación de cadenas de emisoras en catalán, tanto públicas como privadas. En diciembre de 1976, Ràdio 4, de RNE, y, un poco antes, Ràdio Olot inician su camino. Y en 1983 abre Catalunya Ràdio, donde triunfa por las tardes Adelina Castillejo. Hacia la misma época, Cadena 13 pone en marcha una red de emisoras que funcionará durante nueve años, que facilitará que muchas profesionales prueben el micrófono, como Mònica Terribas (Barcelona), Pepa Fernández (Cervera), Fina Brunet (Blanes) o Gemma Nierga (Vilassar de Dalt).
COM Ràdio aparece en marzo de 1995 bajo los auspicios de la Diputación de Barcelona, conducida por buenas profesionales que presentaron programas, como Silvia Cóppulo y Elisenda Roca, entre otras.
Ona Catalana fue una emisora de iniciativa privada, en catalán, que se puso en marcha en 1998 en Girona y se expandió por Cataluña. Fichó a Neus Bonet como directora de contenidos, que, a su vez, encargó a Montse Prat conducir la redacción; sin embargo, esta experiencia no se alarga mucho en el tiempo: en 2007 acaba cerrando.
El 1 de mayo del 2000 se inaugura RAC1 como una emisora de radio en catalán de carácter generalista y comercial, donde comienzan periodistas como Núria Ferrer. Es la primera cadena de radio privada —después de la desaparecida Cadena 13— que emite las 24 horas del día íntegramente en catalán y, desde el inicio, el número de oyentes no deja de crecer hasta situarse como emisora líder en Cataluña. Por el contrario, son pocas las radiofonistas que sitúa en la presentación y conducción de programas: RAC1 no se ha distinguido por promocionar a sus profesionales femeninas.
Las comunicadoras en los nuevos soportes y formatos
Los avances en telecomunicaciones, en informática y en la industria del audiovisual han configurado una sociedad de la información que resulta cada vez más compleja y dinámica, un espacio donde internet ha sido decisivo para conseguir que el sonido y la imagen se esparzan por todas partes y a gran velocidad, una radio que ya no es solo sonido, sino que ahora abarca todo un “perímetro digital”. Hoy, con un ordenador, un micrófono y un aparato grabador portátil cualquier persona puede crear programas de radio o un pódcast.
En estos últimos años, en los que los magazines radiofónicos dedican gran parte del tiempo a la información, las periodistas y comunicadoras se han hecho suyo este formato y han conseguido altos índices de audiencia, de credibilidad y de estima por parte del público. Julia Otero, que en los años ochenta conducía programas con mirada feminista en Ràdio Miramar, después de un tiempo en televisión volvió a la radio y, actualmente, desde Onda Cero convoca a miles de personas que la escuchan cada tarde en Julia en la onda. Àngels Barceló, que después de Catalunya Ràdio trabajó unos años en televisión, presenta Hoy por hoy, el magazín matinal de la Ser. Si seguimos la huella de los nombres líderes de la comunicación radiofónica, se puede constatar que actualmente en Cataluña hay todo un grupo de radiofonistas que lideran espacios y formatos distintos, de política, de deporte, de ecología, de cultura, musicales, de opinión, de humor… En cualquier registro encontramos una polifonía de voces femeninas que conducen programas y espacios informativos, junto a mujeres que se encargan de la producción, realización, guion, control técnico…, unas profesionales que aplican su talento a construir un panorama radiofónico rico y diverso, plural y estimulante para la radiodifusión catalana.
En estos cien años, las mujeres han trabajado para alcanzar espacios, presencia, credibilidad y prestigio en la radio, pero todavía no se ha obtenido la igualdad profesional con los hombres, que siguen ocupando despachos y franjas matinales y presentando programas con mayor presupuesto y equipo. Ahora que celebramos el siglo de existencia de la radio, es necesario que hagamos valer que ellas también estaban allí, que a través de su trabajo y esfuerzo hicieron posible que aquel invento sonara, nos hiciera compañía, nos entretuviera y nos informara. Y que lo siga haciendo.
Del número
N131 - Jul 24 Índice
El boletín
Suscríbete a nuestro boletín para estar informado de las novedades de Barcelona Metròpolis