Barcelona Metropolis

La Agencia de Salud Pública de Barcelona ha calculado que en torno al 16% de la población adulta del municipio sufre molestia intensa, y el 4%, un trastorno grave del sueño atribuibles al ruido ambiental del tráfico. Se estima también que el ruido en la ciudad es responsable del 5% de los nuevos casos de enfermedad isquémica del corazón y del 3% de las muertes por esta causa. Además, existen estudios, pendientes de profundización, que también apuntan a efectos en el desarrollo cognitivo de los niños.

Para objetivar el problema y evaluar las medidas para corregirlo, suelen tomarse como referencia las orientaciones de la Oficina Regional de la Organización Mundial de la Salud para Europa y sus umbrales, a partir de los cuales se considera que el ruido puede tener repercusiones en la salud.

La contaminación acústica en la ciudad es alta, aunque no más que en otras ciudades mediterráneas de dimensiones similares. El tráfico rodado es, con diferencia, el principal foco emisor de ruido. A mucha distancia y mucho más localizado, figura el ruido originado por las actividades de ocio nocturno.

Casi la mitad de la población percibe que su barrio es muy ruidoso, y 1 de cada 4 residentes considera que su vivienda tiene ruidos procedentes del exterior. Por término medio, el ruido es el tercer problema más grave, detrás de la inseguridad y la limpieza.

El mapa de capacidad acústica sirve para gestionar el ruido y garantizar un entorno más tranquilo y saludable. El objetivo es evitar, prevenir o reducir la contaminación por ruido que afecta a la población y mejorar así la calidad acústica del territorio. Para cada zona, se definen los límites permitidos, agrupando el territorio en varios niveles de sensibilidad acústica (alta, moderada y baja). Esto se hace teniendo en cuenta tres momentos del día: las horas de luz, el atardecer y la noche.