Economía en cuarentena
- Datos abiertos
- Sep 21
- 9 mins
Albert Martin Disseny (Storydata)
El impacto de la covid-19 va mucho más allá del ámbito sanitario. Desde el turismo hasta el comercio de barrio, pasando por el mercado laboral o la cultura, la caída de la economía no tiene ningún precedente, sobre todo cuando recordamos que esta crisis ha traspasado todas las fronteras existentes. Ahora las persianas (no todas) vuelven a levantarse, y las estaciones y los aeropuertos empiezan a recuperar con timidez el latido de años pasados.
Las restricciones provocadas por la pandemia han afectado a muchos negocios. Es probable que la economía remonte, pero la pérdida de pequeños comercios y puestos de trabajo, como la de miles de personas, es irreversible.
Turismo desaparecido
“El Aeropuerto de Barcelona bate el récord con 52,9 millones de pasajeros en 2019”. Así titulaban decenas de medios el imparable flujo de vuelos comerciales que recibía la ciudad a principios de 2020. Pero todo cambió a mediados de marzo.
El Aeropuerto de Barcelona quedó paralizado al registrar una pérdida histórica a raíz de la cancelación de gran parte de las operaciones. En el mes de abril de 2020, durante el primer estado de alarma, se registraron 25 307 pasajeros; en el mismo mes de 2019 la cifra era de más de cuatro millones. A partir de entonces, el descenso fue generalizado tanto en el aeropuerto como en el puerto, así como en la cantidad de viajeros y pernoctaciones registradas.
El Idescat (Instituto de Estadística de Cataluña) muestra que, a finales de 2020, los ingresos por gasto de extranjeros en el conjunto de Cataluña fueron del –82,9%. Los últimos datos (marzo de 2021) caen hasta el –91,3%. Aun así, estas caídas en la cantidad de viajeros y pernoctaciones se han debido a la reducción de la movilidad, y no a una crisis estructural de la economía global; por lo tanto, tal como muestran los datos, se empieza a notar un alivio gracias a la relajación de las restricciones.
Año sin turismo de negocios
El año pasado, la industria global de eventos se enfrentó al reto más grande hasta entonces. Todos los países impusieron restricciones de movimientos en sus fronteras; en abril de 2020, el 72% de los países las había cerrado totalmente.
La cancelación del Mobile World Congress en febrero fue el preludio de una cancelación masiva de reservas de alojamientos turísticos debido al parón de la actividad ferial y de congresos. Según el Observatorio del Turismo en Barcelona, se cancelaron cerca del 15% de ferias y congresos, y se aplazó el 85% restante. No sería tan relevante para la economía si no fuera porque el turista de negocios genera el doble de impacto económico que el turista de ocio.
Las pernoctaciones también disminuyeron, aunque con menos intensidad. Según el Observatorio, la cantidad de hoteles y plazas disponibles se redujo a un tercio, y se igualaba así la oferta hotelera que la ciudad tenía a mediados de los años noventa.
Oxígeno para los sectores afectados
Una de cada tres personas afectadas por un ERTE en 2020 trabajaba en el sector de la hostelería, según datos de la Oficina Municipal de Datos de Barcelona (OMD). La hostelería (100 716 trabajadores), el comercio (43 711 trabajadores) y la cultura y el entretenimiento (32 136 trabajadores) son los sectores que han necesitado más oxígeno para preservar a sus plantillas con ayudas del Gobierno. Unas ayudas que no han impedido que las cifras de desempleo se disparasen a partir del confinamiento.
El desempleo llega a máximos durante el verano
Hacía casi seis años que la ciudad no registraba un aumento de la cifra de parados. El incremento, además, ha sido drástico: de marzo a agosto de 2020, la cantidad de parados en Barcelona aumentó en más de 20 000 personas. Junio fue el mes más crítico, con una variación del +50%, y llegó a los casi 93 000 demandantes de ocupación. Las cifras del primer trimestre de 2021 mejoran ligeramente gracias a la relajación de las restricciones, pero siguen siendo preocupantes.
Asimismo, para conocer cuántos puestos de trabajo se han destruido por la pandemia, habrá que esperar al vencimiento de los contratos de ERTE y comprobar también el número de afiliados a la Seguridad Social, que desde principios de 2020 se mantiene estable gracias a las ayudas.
CRONOLOGIA DE LA COVID EN EL SECTOR CULTURAL 2020
14 de marzo
Cese de todas las actividades culturales.
Mayo
Equipamientos culturales a ⅓ aforo.
Junio
50% espectáculos en vivo y equipamientos culturales, apertura de librerías y galerías.
18 de julio
Cierre en los municipios de la AMB.
21 de julio
Espectáculos al aire libre y con asiento.
22 de septiembre
70% equipamientos culturales.
15 de octubre
50% equipamientos culturales.
29 de octubre
Cierre total, except bibliotcas y cines.
21 de noviembre
Nueva apertura.
Golpe de gracia a la cultura
La pandemia ha sido un revés para el sector cultural, que ya venía de un estado crítico. La fuerte caída del consumo cultural de los hogares, y también la falta de inversión en publicidad y patrocinios, ha causado una reducción en el número de entradas en equipamientos culturales (entre el 50 y el 85%) y en las recaudaciones de los teatros (–44,5%) y cines (–74,1%) de la ciudad, según el informe “Diagnosi per un pacte cultural” del ICUB (Instituto de Cultura de Barcelona). Los sectores que requieren de presencia de público han sido los más golpeados.
El Instituto de Cultura ha concedido, desde el inicio de la pandemia, ayudas extraordinarias por valor de 4,3 millones de euros. Asimismo, según este informe, se añadirán otros 1,9 millones este 2021.
Cierre de locales comerciales
Lo que no será tan puntual ni efímero, como bien apunta el informe del observatorio económico Eixos, es el cierre de comercios en la ciudad de Barcelona. Según los datos de este observatorio económico —que ya estudió y pronosticó un escenario poscovid del sector del retail durante la cuarentena de 2020—, la baja ocupación y el cierre consiguiente de comercios podrían llegar a ser críticos en los barrios más turísticos de la ciudad.
Para visualizar un escenario hipotético poscovid, Eixos diferencia los comercios que tienen más problemas para reabrir: los bares y restaurantes, las tiendas de ropa y zapatería, y los locales que dependen del turismo. Establece un índice de ocupación, el ROI, que debería encontrarse por encima del 80%. Antes del inicio de la pandemia, la media en Barcelona tenía un ROI del 80%. Había más actividad comercial en los barrios turísticos (como el Gòtic, la Barceloneta, la Vila Olímpica, Gràcia o la zona del Eixample y las Corts) y en los más periféricos de la ciudad (Horta, el Carmel, la Clota, el Bon Pastor, Trinitat Nova o Torre Baró). Estos últimos tres barrios llegaban a un índice de ocupación de casi el 100% antes del confinamiento.
El escenario poscovid que ha calculado Eixos muestra que barrios como el Gòtic, el Raval o Sant Pere, Santa Caterina y la Ribera estarían muy por debajo de este índice, que, si se sitúa por debajo del 70%, se considera punto crítico de desertificación severa. Todos los distritos de Barcelona se habrían visto afectados, pero en especial el eje Ciutat Vella - Eixample - Les Corts.
En cambio, las zonas periféricas no habrían recibido un impacto tan pronunciado, ya que la reducción de la movilidad comportó (y sigue haciéndolo) un aumento del consumo hiperlocal. Algunos barrios como la Clota, Torre Baró, Trinitat Nova o Vallvidrera y las Planes habrían mantenido estable la ocupación de sus comercios. Pero el motivo principal es, en palabras de David Nogué, fundador de Eixos, “la baja presencia de comercios no esenciales en estas zonas, y mayor en zonas centrales y ejes comerciales principales (tiendas de ropa, restaurantes, etc.)”.
El teletrabajo también ha perjudicado a las zonas céntricas, ya que toda la restauración dependía de la gente que trabaja en oficinas y negocios del centro, o que iban a hacer compras, aparte del turismo.
Aunque el estudio se llevó a cabo durante los primeros meses de pandemia, David Nogué corrobora los pronósticos más moderados que hicieron en 2020. Este implica el cierre de entre el 10 y el 30% de las actividades económicas en los escaparates de la ciudad. Aun así, este escenario poscovid depende de las actuaciones de las instituciones públicas, que, como señala Nogué, “tienen el poder de transformar el panorama comercial”.
La remontada de la macroeconomía
La pandemia de la covid-19 está comportando descensos excepcionales en la evolución del PIB de Barcelona. En conjunto, según el OMD, el PIB se ha reducido el –10,2% en relación con el 2019, siendo el sector de la hostelería y el comercio el que más ha caído (–17%). Por otro lado, las actividades financieras, inmobiliarias y profesionales, así como el sector público, no se han visto tan afectadas. Aunque la cifra experimentó una fuerte caída en el tercer trimestre de 2020, a finales de año ya se notaba una ligera tendencia a recuperar los niveles precovid, sobre todo del sector industrial.
Otro indicador económico relevante es la creación de nuevas sociedades mercantiles, que en abril de 2020 cayó el 89,5% respecto al año anterior, con la creación de tan solo 74 sociedades, cifra que superaba el descenso de los años posteriores a la crisis de 2008. Aun así, durante los últimos meses de 2020 y los primeros de 2021 se han recuperado los valores precovid.
Máximo histórico de ayudas
El impacto de la pandemia también lo han notado entidades como el Banco de Alimentos de Barcelona, que asegura que la crisis ha ampliado el espectro de las personas solicitantes de alimentos: el 30% de las que han pedido ayuda durante el primer año de pandemia no la habían necesitado nunca hasta entonces. Además, en junio de 2020 se llegó a un máximo histórico: se atendió a más de 160 000 personas. El incremento más alto respecto a 2019 fue durante el mes de agosto, en que casi se dobló el número de personas solicitantes de alimentos: de 30 603 a 58 510.
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