Demografía en evolución
- Datos abiertos
- Abr 21
- 13 mins
Albert Martin Disseny (Storydata)
En 2020, Barcelona batió el récord histórico de personas centenarias: 863, el 85% de las cuales eran mujeres. El envejecimiento, junto con la dificultad de los jóvenes para emanciparse, el auge de los matrimonios civiles y una población extranjera joven y concentrada en los barrios periféricos son algunas de las claves que nos aportan los datos para saber cómo viven y se transforman sus habitantes.
La irrupción de la covid-19 ha marcado un antes y un después; de momento, el impacto de la pandemia ha provocado que se registraran 4217 defunciones más de las esperadas para el 2020, pero muy posiblemente esta experiencia va a cambiar las formas de vivir y convivir en la ciudad.
Evolución de la población
La población de Barcelona está formada, según la última lectura del padrón, por 1 666 530 habitantes. En poco más de un siglo, la población de la ciudad se ha triplicado. Según datos del Departamento de Estadística y Difusión de Datos del Ayuntamiento de Barcelona, a principios de 1900 la ciudad tenía poco más de 500 000 habitantes. A partir de ese momento empezó a crecer significativamente, pero, contra lo que podía parecer, el crecimiento no es continuo. También experimenta retrocesos.
Desde 1979, la ciudad ha experimentado un fuerte descenso y una progresiva recuperación. Hablando estrictamente del número de habitantes, la Barcelona de hoy es igual que la de 1990. El Eixample es el distrito más poblado desde hace, como mínimo, cuarenta años. De cerca le sigue Sant Martí y, luego, Sants-Montjuïc, Horta y Nou Barris. Pero el que mejor representa uno de los problemas sobrevenidos de la ciudad, la gentrificación, es el distrito de Ciutat Vella, que desde 1970 ha perdido el 42% de su población. El 1 de enero de 2019 tenía una media de edad de 27 años.
El envejecimiento se afianza
La población de gente mayor tiene cada vez más peso en la metrópolis. Una de cada cinco personas que viven en la ciudad tiene 60 años o más. Se calcula que, hacia 2030, será una de cada tres, y que el 66% de las personas mayores de 80 años serán mujeres. La proporción de jóvenes, en cambio, es cada vez menor. Desde comienzos de los noventa, la población mayor aumentaba mientras que la joven se reducía. Actualmente, según el portal estadístico Open Data BCN, el porcentaje de habitantes de 15 años o menos no llega al 14%.
La población autóctona envejece; la extranjera, equilibra
A medida que el rango de edad aumenta, lo hace también la presencia de población femenina respecto a la masculina. En 2020, la ciudad batió un máximo histórico de 863 residentes de cien años o más, un 11% más que el año anterior. De estos, un 85% eran mujeres (736) y un 15%, hombres (127).
Uno de los grandes rasgos diferenciales de los habitantes que proceden del extranjero es, sin duda, la edad. Los datos del portal Open Data BCN indican que, en conjunto, el grupo de edad más numeroso en Barcelona es el de 40 a 44 años. Sin embargo, estaría fuertemente descompensada si no fuera por el gran peso de la población inmigrante joven, que hace que el número de habitantes de 20 a 30 años aumente. Sin población extranjera, el grupo de edad más numeroso sería el de 45 a 49 años.
La mitad de los barceloneses nace fuera de la ciudad
En 2020, casi un 30% de los habitantes de la ciudad era de nacionalidad extranjera. De ellos, uno de cada dos procedía de un país no comunitario. La población autóctona de Barcelona era poco más del 47,9%, lo que significa que, actualmente, más de la mitad de los habitantes de Barcelona no ha nacido en la ciudad.
La población extranjera se distribuye de forma irregular
En algunas áreas de Ciutat Vella, el Raval y una en particular del barrio de Provençals del Poblenou se concentra un porcentaje de extranjeros del 45% o más. La nacionalidad extranjera predominante es la italiana, repartida de forma homogénea por la zona central de la ciudad. La pakistaní es la segunda, establecida a lo largo del río Besòs. La china es la tercera y está posicionada en los límites del Llobregat y del Besòs. La hondureña, la cuarta, se concentra en el norte de la ciudad, donde también confluyen otras nacionalidades de América del Sur, así como la marroquí y la pakistaní.
De este modo, cuanto más periférica es la zona, mayor diversidad de nacionalidades se encuentran. Hay que destacar también la agrupación de población francesa en el noroeste, correspondiente a los barrios de Les Corts, Pedralbes, Sarrià-Sant Gervasi o Vallvidrera, el Tibidabo y Les Planes.
Las mujeres viven hasta seis años más
Si se ha nacido en Barcelona, la esperanza de vida al nacer es de 83,9 años. Pero si se tiene en cuenta el sexo, las mujeres viven una media de seis años más (86,7) que los hombres (80,7). Si, además del sexo, se tiene en cuenta el barrio de residencia, las cifras vuelven a variar y, aunque en los últimos años se han reducido, siguen mostrando importantes diferencias.
La esperanza de vida más baja corresponde al barrio de Trinitat Nova, en el que las mujeres viven 84 años y los hombres, 76, seguido de Vallvidrera, el Tibidabo y Les Planes, la Barceloneta y Montbau. La esperanza de vida más alta se encuentra en el barrio de la Maternitat i Sant Ramon, en el que las mujeres viven hasta los 90 años y los hombres, hasta los 84.
Cada vez menos nacimientos
Hace años que el crecimiento vegetativo o natural (la diferencia entre los nacimientos y las defunciones) de la ciudad es negativo y con tendencia a la baja. Eso significa que mueren más habitantes de los que nacen. En los últimos diez años, las defunciones en Barcelona se han mantenido entre 15 000 y 16 000 al año, mientras que la natalidad ha caído en picado. Si a comienzos de 2010 había 338 defunciones más que nacimientos, en 2019 la diferencia era de 2213.
La huella de la covid-19
No hay duda de que la pandemia dejará su huella en la población de Barcelona. Solo durante el 2020 se produjeron 4217 defunciones más de las esperadas, la mayoría de ellas entre los meses de marzo y abril. En algunos días de los meses más críticos se llegaron a observar 200 muertes diarias por encima de los valores habituales.
La difícil emancipación de los jóvenes
Las viviendas de Barcelona tienen una superficie media de 61 a 75 m² y lo más frecuente, según el censo de vivienda de 2011, es que viva una persona sola (29%) o una pareja con hijos (25,8%). Las parejas sin ningún hijo llegan al 22,4% y los hogares monoparentales son el 9,8%. De estos, 3 de cada 4 corresponden a madres solas. El 36% de las personas que viven solas son mujeres mayores de 65 años.
La emancipación juvenil es, para muchos jóvenes, una quimera. Los datos revelan que el 64,5% de la población de entre 18 y 24 años vive con el padre y/o la madre; en cambio, el porcentaje desciende al 24% entre los jóvenes de 25 a 34 años. Pero emanciparse no significa vivir solo/a. La principal forma de convivencia entre los jóvenes de 25 a 34 años es en pareja y el 22,1% comparte piso.
Matrimonios católicos en extinción
La mayoría de los matrimonios en Barcelona son civiles (85,4%). Al final de la etapa franquista, el número de matrimonios descendió y se ha mantenido, pero ha cambiado la proporción entre matrimonios católicos y civiles, y ahora el católico es minoritario. También se ha experimentado un leve descenso de divorcios y separaciones a partir de 2007, momento en el que llegó a uno de sus máximos históricos (5480). La reforma de la legislación de 2005 que facilitaba la ruptura sin tener que pasar por una separación previa hizo aumentar los divorcios un 56% entre 2005 y 2006. Desde entonces, casi todas las disoluciones terminan en divorcio. En cuanto a los matrimonios del mismo sexo, destaca la tendencia general al alza y el aumento de matrimonios entre mujeres.
El boletín
Suscríbete a nuestro boletín para estar informado de las novedades de Barcelona Metròpolis