El título del proyecto ideado por el ETSAB es un juego de palabras. Un espejismo es un fenómeno óptico y, su traducción al catalán, miratge, también es el resultado de fusionar las palabras mirall (‘espejo’) y passatge (‘pasaje’). Todo se encuentra incluido en este Mirrage comparable a una versión sofisticada de los clásicos laberintos de espejos de los parques de atracciones. Conlleva una ilusión tan compleja como un efecto fata morgana y un concepto lúdico relacionado con la niñez en el espacio urbano. Un pasaje —un lugar de paso que recoge y conecta— conduce a un interior de manzana. Este tránsito se convierte en una acción extraordinaria dentro de un recinto prismático de sección variable donde el techo y el pavimento no son dos planos paralelos para que puedan hacer rebotar la luz de forma infinita gracias a diferentes ángulos de incidencia. Es un espacio calidoscópico que juega con la luz, el color y los reflejos y donde la persona visitante se convierte al mismo tiempo en espectadora y actriz, mientras percibe y emite colores.

ALUMNADO: Andrea Álamo, Carla Archs, Laura Arroyo, Camila Cadaval, Adrian de Luna, Ana Luisa Diaz, Herland Luis Fernandez, Martina Gardeazabal, Ines Göhringer, Liina Kiviö, Dylan Kumps, Mikhail Kuznetsov, Asier Lacarra, Sergio Miñarro, Pau Miquel, Pedro Oliveira, Christian Thiago Peterhans, Guillem Sagrera, Raquel Tsuzuki Morita y Ksenija Zizic

TUTORES/AS: Carles Sala y Relja Ferusic

COLABORADORES/AS: FARO

PATROCINIO: Urbidermis, Vossloh Schwabe, HNA, Soleplex Swiss y Servei Estació