Electrosmog es una instalación de vídeo multicanal que ignora, intencionalmente, la inteligibilidad de la comunicación y se ha creado a partir de grabaciones de las ondas radiofónicas que atravesaban la zona cero del reciente estallido social en Santiago de Chile. La propuesta de Gabriel Lecup explora las relaciones entre poder e información producidas bajo la represión política contra un movimiento social espontáneo que todavía sigue inquieto en busca de respuesta. Con sintonizadores de televisión digital baratos y piratas accedió a un espectro electromagnético infinito. Cascadas de píxeles vibrantes, campos de colores secuenciados, iterados, hipnóticos. También cuestiona el aumento exponencial de los campos electromagnéticos antropogénicos multiplicados por 10(18) en los últimos años. Un bombardeo casi sin respiro: teléfonos móviles, routers, ordenadores, servidores, videovigilancia, bomberos, policía, ambulancias; tráfico aéreo, marítimo y submarítimo civil, militar, pesquero, comercial, de ocio; radiodifusión y radioaficionados, televisión digital, comunicación por satélite, GPS, meteorología, exploración espacial; contadores de electricidad, termostatos digitales, smart objects, y una larga lista de ruido y furia.

Gabriel Lecup es un artista sonoro y visual nacido en Nepal. Estudió en Tolosa de Languedoc técnicas de sonido (Les Arènes, 2003) y Filosofía (Le Mirail, 2005). Residente actualmente en Barcelona, su trabajo investiga los mecanismos de construcción de identidad individual y colectiva a partir de la experimentación sonora y el desvío tecnológico. Sus instalaciones, performances y vídeos han sido presentados en España, Bélgica, Corea, México e Inglaterra. Ha recibido becas y residencias de L’Estruch Sabadell, Hangar Barcelona, Trinity Laban de Londres y La Maison de la Création de Bruselas. Es cofundador de la empresa de sistemas de proyección inmersiva Broomx Technologies, ganadora de Sónar+D 2018. También ha realizado R+D, desarrollo, formación y asesoramiento para varios proyectos de arte y tecnología, y ha desplegado su creatividad como videojockey en los clubs más emblemáticos de Barcelona.