“Becoming. Architectures for en planet in transition” es la propuesta ganadora del comisariado del Congreso Mundial de Arquitectura UIA-Unesco Barcelona 2026.

El proyecto se ha dado a conocer hoy en un acto público en el Colegio de Arquitectos de Cataluña (COAC), uno de los seis organismos impulsores de este gran acontecimiento internacional, junto con el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana, el Departamento de Territorio de la Generalitat de Catalunya y el Ayuntamiento de Barcelona.

Entre los detalles que se han dado a conocer destaca la definición del escenario donde se celebrará el congreso, que sitúa la línea litoral de la metrópoli barcelonesa como eje territorial protagonista.

Un congreso, seis líneas de investigación

El proyecto ganador pone en el centro la capacidad de la arquitectura para transformar la realidad a través del tiempo y plantea seis líneas de investigación, cada una vinculada a un interrogante:

1. Becoming beyond-human: ¿cómo podemos estimular la conciencia y la acción para cuidar la coexistencia planetaria humana y no humana?
2. Becoming attuned: ¿qué formas de significado, ética y estética podemos incorporar en nuestra práctica profesional diaria?
3. Becoming embodied: ¿cómo podemos incorporar nuestros valores y deseos en la transición de la materia a la belleza constructiva?
4. Becoming interdependent: ¿cómo podemos incluir el conflicto, la empatía, la solidaridad y el cuidado como factores clave para mejorar las relaciones interpersonales y cívicas?
5. Becoming hyper-conscious: ¿qué herramientas y acciones debemos emprender para alcanzar una hiperconciencia de nuestro territorio y poder así catalizar cambios en las formas de vivir?
6. Becoming circular: ¿cuál será la forma de producción y reproducción territorial teniendo en cuenta las políticas posextractivistas y de proximidad de la circularidad?

El objetivo es que la ciudad se convierta en un laboratorio de investigación arquitectónica durante los próximos dos años, y que se cierre con una serie de conclusiones que puedan mostrar conocimientos y prácticas reales que hagan de la arquitectura un motor de cambio para las personas y el futuro del planeta.