Con los puntos de recogida de árboles se evitan abandonos incívicos en el espacio público y se puede aprovechar este recurso natural para mejorar el mantenimiento de los espacios ajardinados de la ciudad.

Los servicios de limpieza municipal retirarán los árboles, y los servicios de jardinería los llevarán al vivero, donde se trituran y se dejan madurar para hacer almohadillado para las zonas verdes de la ciudad, en un proceso de dos o tres meses. El almohadillado permite mejorar la retención de la humedad y la aireación del suelo y se deposita sobre la tierra vegetal en el interior de parques y jardines y en espacios ajardinados.

El año pasado se reciclaron 9.526 árboles de Navidad en Barcelona. Se convirtieron en 183 metros cúbicos de almohadillado, que se utilizó en los espacios verdes de la ciudad a lo largo del primer semestre del año.