La séptima edición del programa Ciencia Ciudadana en las Escuelas, correspondiendo al curso 2023-2024, ha contado con la participación de 580 alumnos de 20 centros educativos que han colaborado en 8 proyectos científicos de disciplinas diversas.

Un modelo pedagógico basado en la experiencia directa

El objetivo principal de esta iniciativa impulsada, desde el año 2017, por la Oficina de Ciencia Ciudadana del Ayuntamiento de Barcelona es sensibilizar el alumnado y el profesorado sobre la importancia de implicarse en la investigación científica para afrontar retos sociales y medioambientales. Por este motivo, el proyecto apuesta por un modelo educativo innovador que combina la teoría con la experiencia directa. A lo largo de 15 horas de trabajo por proyecto, los y las estudiantes han aprendido a aplicar el método científico, utilizar herramientas digitales para la recogida de datos y analizar resultados, siempre con el apoyo de profesionales de la investigación.

Este enfoque ha permitido que las persones participantes desarrollen habilidades como el pensamiento crítico, la resolución de problemas y el trabajo en equipo. Como resultado, se han generado productos finales dentro del aula, como pósteres, videos, juegos de mesa y maquetas, que han servido para divulgar sus investigaciones en el territorio.

La experiencia de Ciencia Ciudadana en las Escuelas 2023-2024 en seis puntos clave

1. Interés creciente de los centros educativos

Este curso, el programa ha recibido un total de 47 solicitudes por parte de centros educativos, de las cuales se han adjudicado proyectos a 29 grupos-clase. Esto demuestra un interés creciente por parte de la comunidad educativa, que consolida la ciencia ciudadana como recurso pedagógico. Además, gracias al seguimiento personalizado que ofrecen la Oficina de Ciencia Ciudadana y los equipos de investigación, los proyectos han logrado unos resultados excelentes.

2. Temáticas diversas e implicación territorial en los proyectos 

Los 8 proyectos desarrollados durante este curso abrazan temáticas tan variadas como:

• el seguimiento de microplásticos (Microplastic Watchers, de Observadores del mar)
• la hidrología y estado ecológico de un río (RiuNet)
• la biodiversidad del ritmo natural (RitmeNatura)
• la alerta del mosquito tigre (Mosquito Alert)
• el impacto de las inundaciones (Floodup)
• el mapa sonoro de la ciudad (Mapa sonor)
• la flora urbana asociada a alergias (Plant*es)
• los olores y la calidad de vida (OdourCollect)

Estas iniciativas han estado posibles gracias a la colaboración entre 15 profesionales de los ocho grupos de investigación y los centros educativos participantes, que han establecido “parejas de investigación” para adaptar cada proyecto en las necesidades específicas de los estudiantes y del territorio.

3. Consolidación del programa: se duplica la participación respecto a sus inicios

En su primera edición (2017-2018), el programa contaba con la participación de 250 alumnos. Hoy, esta cifra se ha más que duplicado, llegando a 580. También se ha experimentado un crecimiento notable en otros indicadores: los centros educativos han pasado de 12 a 20, los grupos-clase de 12 a 29 y el profesorado implicado de 12 a 32. Estos datos evidencian el éxito del programa y el interés creciente para incorporar la ciencia ciudadana como recurso clave en la educación formal.

4. La experiencia contribuye a la sensibilización y a la cultura científica

Las encuestas realizadas antes y después del programa muestran que un 64% del alumnado cree que la ciencia es importante después de participar en el programa, una mejora significativa respecto al 57% inicial. También confirman un alto grado de satisfacción entre las personas participantes. Un 44% del profesorado valora la experiencia como “muy satisfactoria” y un 33% como “bastante satisfactoria”.

5. Seguimos explorando

Con la mirada puesta en las próximas ediciones, el programa continúa trabajando para ofrecer proyectos relevantes y accesibles en un mayor número de centros educativos. Así mismo, se mantiene el objetivo de fomentar la participación activa del alumnado en la investigación científica, contribuyendo a crear una sociedad más crítica e implicada en los retos globales.

6. La ciencia ciudadana se divulga

Finalmente, se han elaborado video-reportajes sobre algunos de los proyectos realizados. Estos materiales ofrecen una visión más detallada del impacto del programa y la dedicación de todos los actores implicados.