Con el estudio y análisis de los resultados de las inspecciones se hace evidente que los bloques presentan deficiencias muy variadas. Por lo tanto, se ha establecido el criterio de la gravedad como elemento de priorización a la hora de definir una estrategia de actuación en el barrio, y se han definido cinco categorías que agrupan los edificios según las deficiencias que presentan:

• Edificios con medidas cautelares.
• Edificios con deficiencias estructurales graves y muy graves.
• Edificios con deficiencias graves y muy graves en algunos de los otros sistemas constructivos, como fachadas, cubiertas e instalaciones.
• Edificios con deficiencias de todos los niveles de gravedad (leves, importantes, graves y muy graves).
• Edificios con presencia de cemento aluminoso.

Habrá dos fases de actuación, en las que se intervendrá en 1.251 viviendas y que se dividen en dos niveles de prioridad. De estas viviendas, en este mandato 2023-2027 se actuará en un total de 897 pisos mediante obra, proyecto o planeamiento urbanístico.

Se prevé que se rehabiliten los 204 pisos de los 10 bloques de la prueba piloto. La inversión total prevista para esta actuación es de unos 10 millones de euros. Durante este mandato también se llevarán a cabo los proyectos ejecutivos y las herramientas de gestión urbanística necesarias para poder rehabilitar, durante el mandato siguiente, 693 viviendas más.

Estas son las dos primeras fases de una intervención global en el barrio del Besòs y el Maresme que continuará en los próximos mandatos con el objetivo de regenerar todas las viviendas que presenten deficiencias, mejorar la calidad de vida de los vecinos y vecinas, y al mismo tiempo reducir las vulnerabilidades de calidad de vida en la ciudad.