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Una escena vibrante, una fuerza muy potente. Así nos ven los programadores de fuera
Por Andreu Gomila
Durante la segunda semana de julio, unos 120 programadores de los cinco continentes estuvieron en Barcelona para vivir el Grec. Durante cinco días, se sentaron en las plateas de la ciudad para degustar qué es esto del teatro catalán. Son gente curtida, con experiencia viajando a todas partes para rescatar perlas para sus festivales o teatros, que buscan piezas originales, únicas, que muestren, según dijeron, el momento que vivimos en el mundo. Y esto, dicen, puede ser a través de un espectáculo ultralocal. Buscan calidad. Incluso tejer alianzas, como la que firmaron el año pasado la coreógrafa Vero Cendoya con el Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA), donde hizo un espectáculo comunitario en las 'villas' de la periferia de la capital argentina. "Buscamos espectáculos que se hagan preguntas diferentes a las que se está haciendo ahora mismo el teatro argentino", dice Federico Irazábal, director del FIBA.
El festival, dice Yolanda Cesta Cursach, del Museum of Contemporary Art de Chicago, "debe ser un espejo". Con espectáculos, como apunta Shih Hsin-Yuan, del National Theater & Concert Hall de Taipei, que sean "especiales, tanto por si son para bebés como para adultos". Por ello, no nos extraña que la decena de programadores que he contactado me digan que los espectáculos más internacionalizables son 'Vania', de Àlex Rigola, 'Rebota rebota y en tu cara explota' de Agnès Mateus y Quim Tarrida y 'Kingdom', de 'Agrupación Señor Serrano. Pero también hablan de 'Gentry', de Mos maiorum, 'La plaza ', del Conde de Torrefiel, de 'Flou Papagayo', de Mumusic Circus, y de 'Là ', de Baró d'Evel. Espectáculos muy diversos, pero con el denominador común de la singularidad.
HIBRIDACIÓN
Irazábal cree, de hecho, que uno de los puntos fuertes de la escena catalana es la hibridación: "Veo en las artes escénicas de Barcelona una fuerza muy potente en cuanto a cruzar los nuevos lenguajes escénicos, o las nuevas maneras de concebir la escena, con la situación política actual. En varios espectáculos he podido percibir un trabajo sobre la coyuntura sin que la propuesta caiga en ninguna zona declamativa ni ninguna bajada de línea. No en vano, cree que 'La plaza', por ejemplo, es una de las cosas más radicales que ha visto últimamente.
Andrew Wood, del San Francisco International Arts Festival, quedó maravillado con el 'Rebota rebota y en tu cara explota'. "Tiene una energía, una perspicacia e inteligencia que hace que el público viaje con ella de una manera implacable", asegura.
FRONTERAS
Paula Echenique, del Festival Internacional Santiago a Mil, un de los más importantes de Sudamérica, afirma: "Las artes escénicas catalanas siempre han destacado por la búsqueda de nuevos lenguajes, el abordaje de temas contingentes y el atrevimiento para mover las fronteras y explorar también en los terrenos multidisciplinares". Queda claro, pues, que el derrocamiento de muros funciona si hablamos de exportar. Al menos si hablamos de llevar nuestro teatro al norte de los Pirineos y al otro lado del Atlántico. Shih, no obstante, se quejaba que había pocos espectáculos europeos de gran formato que pudiera llevar a Taipei.
COMPROMISO
Otro aspecto que destacan los programadores es el compromiso, como dice Cathy Levy, del National Arts Centre de Ottawa: "He visto que en Barcelona hay una escena vívida y vibrante . El público está comprometido con las funciones, que son de gran diversidad y de temáticas variadas. He experimentado Barcelona como agente de danza, y la escena local y la oferta extranjera no deja de impresionarme ".
Joseph Melillo, programador ejecutivo de la Brooklyn Academy of Music (BAM) de Nueva York, cree que "los artistas catalanes tienen un punto de vista original sobre sus obras. He vivido una individualidad muy fuerte. Son aventureros artísticos, pioneros. Su calidad es remarcable. Exhiben virtuosismo artístico a montones". Lástima que este haya sido su último año como comisario del Next Wave Festival, un festival de otoño dedicado a las artes escénicas no tradicionales. Nos promete, sin embargo, que le ha dejado buena nota a su sucesor sobre lo que debe mostrar de Barcelona.