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Timbre 4. O cómo se crea un pequeño gran teatro
Por Andreu Gomila
Corría el 2001 y Argentina estaba a punto de caer en el abismo político, económico y social. Sin embargo, Claudio Tolcachir tenía 26 años, quería montar un cabaret y ningún teatro le dejaba hacerlo como él quería. Así que encontró un local en la calle Boedo 640, lejos de Corrientes (el Broadway de Buenos Aires) y de los barrios teatreros, como San Telmo, Abasto o Palermo. Y nació Timbre 4, uno de los principales polos creativos teatrales no solo de Argentina, sino de toda América Latina, con giras que recorren Europa. En el Grec 2020, formará parte de un proyecto del festival entre teatros latinoamericanos y barceloneses. El mismo Tolcachir nos cuenta qué es Timbre 4, de dónde viene, dónde se encuentra y adónde va.
1. JAMÓN DEL DIABLO
La obra cabaretera basada en los cuentos de Roberto Arlt se llamaba 'Jamón del Diablo'. La levantó el mismo Tolcachir, que involucró a Lautaro Perotti, Tamara Kiper y Diego Faturos, primeros socios de Timbre 4. Más tarde, dos de sus estudiantes, Jonathan Zak y Maxime Seugé se añadirían a la cooperativa. Aquella obra estuvo cuatro años en cartel, ocupando un espacio para 50 espectadores.
"Me formé como actor, pero pronto me di cuenta de cómo sería la vida del actor: muy pasiva. Y eso no funcionaba en mi personalidad. Por eso decidí dirigir. Y de aquí Timbre 4 ", explica Tolcachir, que, en el momento del estreno del cabaret arltiano estaba haciendo de actor junto a la gran Norma Leandro en la zona de Corrientes. Inaugurar un teatro no estaba entre sus prioridades, pero 'Jamón del Diablo' le llevó en esta dirección.
"No teníamos el proyecto de hacer un teatro, sino que la idea fue creciendo con el tiempo"
2. LA OMISIÓN DE LA FAMILIA COLEMAN
Y en 2005 llegó 'La omisión de la familia Coleman', la pieza que catapultó de manera definitiva al teatro y a su director. Y todavía la hacen, casi quince años después. Entonces vieron que Timbre 4 no sería un romance de verano, que el local que habían alquilado para montar 'Jamón del Diablo' podía ir más allá. "No teníamos el proyecto de hacer un teatro, sino que la idea fue creciendo con el tiempo", apunta Tolcachir.
3. UNA ANTIGUA FÁBRICA DE SILLAS
Estos 18 años de vida de Timbre 4 están llenos de alegrías, pero no todo ha sido coser y cantar. Tenían un vecino que les denunciaba día sí, día también. Por ello alquilaron el pasillo contiguo a la sala y, más tarde, descubrieron, en el otro lado de la calle, un antigua fábrica de sillas, que acabaría siendo la sala principal, con capacidad para 150 espectadores, un espacio bastante grande para el off porteño. Tolcachir, entonces, dirigía 'Agosto' en Corrientes, lo que le permitió invertir mucho dinero y esfuerzos para reformar el espacio: estuvieron tres años de obras. Más tarde, aún abrieron otro, muy pequeño, para llevar a cabo proyectos más experimentales.
4. LA ESCUELA
Tolcachir tiene, dice, una capacidad pedagógica innata. "A los 17 años, en el instituto, un profesor me puso como ayudante e iba de clase en clase enseñando a mis compañeros a hacer teatro", recuerda. Los domingos por la mañana, mientras otros chicos y chicas dormían la mona, él se juntaba con otros en la plaza para ensayar. No es extraño, pues, que Timbre 4 cuente también con una escuela de teatro, donde los socios pasan el legado a los jóvenes. "Llegó un momento en que veíamos que estábamos seis meses al año fuera, viajando, y nos tuvimos que adaptar y confiar el teatro y la escuela a gente muy buena que estaba ahí cuando nosotros estábamos en el extranjero", añade Tolcachir.
5. LOS MODELOS
Muchos de los integrantes de Timbre 4 habían pasado por Andamio 90, un teatro fundado en 1990 (se abrió con 'Esperando a Godot', con Alfredo Alcón). Y cuando levantaron su teatro tenían en mente aquella experiencia. También conocían el trabajo de Ricardo Bartís con la fundación del Sportivo Teatral de Villa Crespo, "un espacio donde producir tus propias obras". Y el Espacio Callejón, algo más antiguo que Timbre 4 y que ahora dirige Javier Daulte.
"Cuando empecé con esto del teatro te decían que no viviría nunca de él, lo que veía como inaceptable, y nos rompimos la cabeza para conseguir que todos viviéramos de nuestra vocación"
6. EL FUNCIONAMIENTO
Timbre 4 funciona como una cooperativa. Y cuando ceden la sala a otra compañía, lo que sucede a menudo, les pueden prestar dinero para levantar un espectáculo, que más tarde se los devuelven. Además, cada reparto forma una cooperativa. "Cuando empecé con esto del teatro te decían que no viviría nunca de él, lo que veía como inaceptable, y nos rompimos la cabeza para conseguir que todos viviéramos de nuestra vocación", indica Tolcachir. La cooperativa les ofrece claridad en la información: "Nos ha ayudado a estar casi veinte años juntos".
7. UN TEATRO COMO LUGAR DE ENCUENTRO
"No soy padre de nada, pero abrí un espacio nuevo y me he encontrado con mucha gente y he conseguido que el teatro sea un lugar donde todos puedan desarrollarse", dice Tolcachir. "Me gusta el teatro, pero todavía me gusta más inventar cosas que no existen", añade. Y primero fue Timbre 4 y después, con Narcís Puig, el festival Temporada Alta en Buenos Aires. Ha ido tan bien (es en febrero) que el Festival Internacional de Buenos Aires ha decidido hacerles la competencia en enero.
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