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Rami Be'er: Los círculos son el símbolo de la vida
La creación de la Kibbutz Contemporary Dance Company (KCDC) corre paralela a la historia de Israel. Superviviente de Auschwitz que se negó a bailar para los nazis, Yehudit Arnon llegó a Israel en 1948 y allí fundo el pequeño kibbutz Ga'aton, cerca de la frontera con Líbano, que hoy es un prestigioso centro internacional de danza, con una escuela de verano y sede de la KCDC desde 1970. Hace dos décadas, Arnon le pasó el testigo al coreógrafo Rami Be'er, que abrió la compañía a bailarines internacionales, y que trae al Teatro Grec la coreografía If At All.
P. Por qué los círculos son la figura central de If At All?
R. Los círculos están siempre presentes en nuestra existencia. En la relación con nosotros mismos, en la relación con otras personas y en la relación con el grupo. Los círculos nos permiten interpretar el mundo y la realidad desde una visión propia. Cada quien puede interpretar la coreografía desde su punto de vista porque los círculos son el símbolo de la vida y de la conexión entre el individuo y la sociedad. If At All no tiene un hilo narrativo, sólo sugiere cómo puede ser esta conexión sin llegar a juzgarla.
P. Qué importancia tiene en su coreografía el sentido de comunidad?
R. La comunidad es una parte importante de nuestra existencia. Somos una compañía internacional con la mitad de los bailarines israelíes y, el resto, extranjeros. Vivimos en un lugar precioso, rodeados de naturaleza, un kibbutz situado en Galilea donde trabajamos juntos en el proceso de creación de nuestros espectáculos. Todo el mundo aporta sus habilidades a la comunidad para que el resultado sea una coreografía que hable con una sola voz desde el escenario.
P. Cómo es este proceso de trabajo?
R. El lenguaje del cuerpo no tiene palabras. Es una herramienta que se expresa a través del alma y los sentimientos. Trabajamos para que este lenguaje del cuerpo conecte con la forma más natural del movimiento.
P. Cuál es hoy el legado de la bailarina checoslovaca Yehudit Arnon en la KCDC?
R. Yehudit llegó a Israel con mis padres en 1948 y fundaron el kibbutz Ga'aton. Ella me guió, fue mi maestra desde los 3 años. Después me fui a estudiar al extranjero pero regresé a Galilea. En 1996 me propuso ser el director artístico de la compañía. Mis raíces están en Galilea pero mis coreografías son universales. Ése es el legado de Yehudit.
P. Batsheva i la KCDC son compañías reconocidas internacionalmente. Por qué la danza contemporánea es una de las apuestas culturales de Israel?
R. La juventud del Estado de Israel es una de las razones del protagonismo de la danza contemporánea israelí. No tenemos una tradición de danza clásica como en algunos países europeos y toda tradición necesita beber de sus raíces. De todas formas, Israel es un portal para la creatividad en general.
P. Vivir en una realidad compleja como la de Oriente Próximo se refleja en sus coreografías?
R. Creo que sí pero no de forma directa. Forma parte de nuestra existencia pero, por desgracia, la violencia y los conflictos están en todo el mundo. Mis coreografías no abordan hechos ni palabras sino atmósferas y sentimientos que intentan transmitir un mensaje universal contra la violencia y el racismo.